El 'brexit', en tiempo de descuento: pesimismo en Bruselas y Londres sobre el pacto comercial
Barnier retoma este sábado en Londres las negociaciones presenciales con los británicos, pero avisa de que persisten grandes diferencias.
28 noviembre, 2020 02:27Noticias relacionadas
"Estos son días decisivos para nuestras negociaciones con Reino Unido. Pero a día de hoy no puedo decir si al final habrá un acuerdo", admitía esta semana la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. Apenas quedan 34 días para que los británicos abandonen definitivamente el mercado único y la unión aduanera. Y la recta final del diálogo está siendo una montaña rusa de emociones: un día el pacto comercial estre Bruselas y Londres se vislumbra al alcance de la mano; la jornada siguiente la ruptura total parece inevitable.
Tras unos días en cuarentena porque un miembro de su equipo dio positivo por Covid-19, el negociador de la UE, Michel Barnier, retoma este sábado en Londres las conversaciones presenciales con su homólogo británico, David Frost. Durante toda la semana han proseguido los contactos por videoconferencia, pero apenas ha habido avances. El ambiente vuelve a ser de pesimismo a los dos lados del Canal de la Mancha, aunque nadie quiere ser el primero en levantarse de la mesa.
"Persisten las mismas diferencias importantes", ha escrito Barnier en su cuenta de Twitter. Los tres grandes escollos no han cambiado desde el principio de la negociación: el acceso de los buques europeos a las aguas territoriales británicas tras el brexit; las condiciones para mantener una competencia justa entre las empresas británicas y las comunitarias, en particular por lo que se refiere a los subsidios públicos; y el sistema de resolución de litigios.
"Algunas personas me preguntan por qué seguimos hablando todavía. Mi respuesta es que mi trabajo es hacer todo lo que pueda para ver si existen las condiciones para un acuerdo. Es tarde, pero un acuerdo aún es posible y yo continuaré negociando hasta que esté claro que ya no lo es", asegura el negociador británico.
"Pero para que un acuerdo sea posibe, debe respetar plenamente la soberanía de Reino Unido. Eso no es sólo una palabra, tiene consecuencias prácticas que incluyen: controlar nuestras fronteras, decidir nosotros mismos un sistema de control de subsidios sólido y fundamentado y controlar nuestros caladeros", ha insistido Frost. Incluso en tiempo de descuento, el Gobierno de Boris Johnson sigue atrapado en el mismo dilema entre independencia y cooperación que ha impedido hasta ahora avanzar en el acuerdo comercial.
"Claramente hay diferencias importantes y sustanciales que deben resolverse, pero seguimos en ello", ha dicho Johnson. "La probabilidad de un acuerdo depende mucho de nuestros amigos y socios de la UE. Hay un acuerdo que puede cerrarse si quieren hacerlo", sostiene el primer ministro británico.
Antes de salir hacia Londres, Barnier ha informado sobre el estado del brexit tanto a los embajadores de los Veintisiete como a la Eurocámara. Su diagnóstico es el mismo que el de Von der Leyen: ahora mismo no se puede decir si habrá o no acuerdo. "Las diferencias sobre la pesca, las condiciones de competencia justa y la gobernanza siguen siendo grandes", explica un diplomático europeo.
El tiempo se acaba
"Si Londres no toma las decisiones necesarias rápidamente, alcanzar un acuerdo será imposible. El tiempo se acaba rápidamente. Quedan sólo unos días para seguir negociando", añade el diplomático. El Parlamento Europeo debe ratificar cualquier pacto y cualquier retraso adicional dificultaría este trámite. Su presidente, David Sassoli, ya sopesa un pleno extraordinario para el 28 de diciembre.
Los Veintisiete han reiterado su "plena confianza" en Barnier y su equipo y han vuelto a avalar su estrategia de negociación. La UE sigue pensando que la mejor solución sería un acuerdo comercial con Reino Unido, pero "no a cualquier precio".
Al mismo tiempo, los embajadores han tomado nota de que "en este momento no puede excluirse un escenario de no acuerdo". Por ello, ha habido consenso en que la UE "debe prepararse de forma diligente para todas las alternativas".
En las últimas semanas, Von der Leyen se había resistido a publicar las medidas de contingencia de la UE para amortiguar el impacto de un brexit caótico. Tenía miedo de enviar una señal negativa a Londres en la fase crucial de las negociaciones. En su reunión de este viernes, los embajadores le han pedido de forma unánime que presente estas medidas "de forma urgente y sin más demora".