Portugal ha intentado mantener los colegios y las universidades abiertas en este segundo confinamiento pero se ha dado de frente con los números. Tras un incremento brutal de los contagios y de las muertes en esta tercera ola, el primer ministro, António Costa, se reunió de urgencia con la ministra de sanidad, Marta Temido, la ministra de Presidencia, Mariana Vieira da Silva, y varios especialistas este miércoles por la noche y se prepara para anunciar el cierre de todos los establecimientos de enseñanza.
Se ha convocado un Consejo de Ministros para la mañana de este jueves en el que se acordara la nueva medida que deberá hacerse efectiva este mismo viernes. Este miércoles, Portugal registró más de 14.600 contagios y 219 muertes, números que jamás se han registrado en la primera ola.
El Gobierno decidió imponer un confinamiento el viernes pasado, aunque más ligero que el primero, de marzo y abril y, ante la falta de acuerdo de los especialistas sobre qué hacer con los establecimientos de enseñanza, decidió mantenerlos abiertos. "No podemos olvidar el coste social y en el proceso de aprendizaje de los niños del cierre de los colegios en marzo", dijo el primer ministro en ese momento.
La falta de cumplimiento de las restricciones durante el fin de semana, obligó al Ejecutivo a incrementar las medidas este martes y, tras la explosión de contagios, se planteó el cierre de los colegios.
El presidente de la República ya había dejado entrever este miércoles la posibilidad de cerrar las escuelas. "En estos momentos hay dos datos nuevos, la variante británica y saber si el contagio está llegando a las escuelas a un ritmo que pone en tela de juicio la actividad normal. Si el ritmo fuera alto tendremos que actuar", señaló.
La principal preocupación a día de hoy es la prevalencia de la variante británica, que está aumentando a un ritmo del 70% cada semana en el territorio. Según el Instituto Nacional de Salud Ricardo Jorge (INSA), desde el inicio de diciembre ya han circulado por el país cerca de 30.000 casos de esta variante y, en la segunda semana de enero, ha representado un 13% de las infecciones registradas.
Según las estimaciones de los especialistas, a este ritmo de crecimiento, dentro de tres semanas, la variante británica "ya podría representar cerca del 60% de todos los casos en Portugal". Esta información ha sido considerada por el Gobierno como "muy relevante y determinante, teniendo en cuenta el crecimiento de la variante inglesa del coronavirus en Portugal", según adelantó un miembro del Gobierno a la agencia Lusa, así que el cierre de las clases presenciales se hace inevitable. "El objetivo es aislar el sistema escolar. Sin clases hay menos personas obligadas a salir de casa".