Las cadenas de supermercado Lidl y Aldi ya pueden vender test rápidos de detección del coronavirus en sus superficies de Alemania, a partir de este mes. Las pruebas pueden ser comprados por cualquier persona, sin necesidad de prescripción médica.
Su precio varía entre los 5 y los 10 euros y su fiabilidad esté en torno a los 80%. Los test fueron aprobadas por el Instituto Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios alemán, BfArM, que dio el visto bueno a tres productos: el Rapid SARS-CoV-2 Antigen Test Card, el LYHER Covid-19 Antigen Schnelltest Nasal y el CLINITEST Rapid COVID-19 Self-Test.
Este último ha sido producido por Siemens Healthineersy "ofrece a los usuarios un gran flexibilidad para hacerse el test, con resultados muy buenos". Para la prueba se deben tomar muestras de ambas fosas nasales con un hisopo, que luego se lava en un reactivo, disolviendo una proteína específica de la superficie del virus. El último paso es verter el líquido en un agujero en el casete de prueba y esperar.
En 15 minutos, la muestra de prueba fluye hacia el campo de visión del casete y se vuelve visible mediante un guion. La posición y el número de líneas indican si el resultado de la prueba es positivo o negativo, o si se hizo algo incorrectamente durante el procedimiento de prueba y la prueba debe repetirse.
La medida, implantada en Alemania, responde a la necesidad de agilizar la estrategia de detección y diagnóstico de la COVID-19 con el objetivo último de tener "más seguridad en la vida cotidiana".