Portugal va a adelantar la última fase de su plan de desconfinamiento, prevista inicialmente para el 3 de mayo, al día 1, cuando también abrirá la frontera terrestre con España, gracias a la estabilización de la pandemia en el país.
"Podemos dar un paso al frente hacia la próxima etapa del desconfinamiento", anunció el primer ministro portugués, António Costa, en rueda de prensa, donde destacó la "evolución muy positiva" que ha mantenido el país durante el proceso de desescalada, que arrancó el pasado 15 de marzo.
Será el último alivio a las restricciones que se impusieron desde el 15 de enero, cuando el Gobierno decretó el confinamiento ante una durísima tercera ola que llegó a colocar a Portugal como el país del mundo con mayores índices de contagios y muertes.
Con el aval de los epidemiólogos, Portugal deja atrás incluso el estado de emergencia -el nivel de alerta más elevado, vigente desde el 9 de noviembre- y desde el 1 de mayo pasará al de calamidad, un escalón menor.
Aun así, el primer ministro dejó un aviso: "El deber cívico de confinamiento continua. Todos debemos evitar los contactos que no sean necesarios para que la pandemia no vuelva a empeorar".
Fin al toque de queda
Este 1 de mayo se acaban las restricciones horarias a la restauración, que los fines de semana sólo podía abrir hasta las 13.00 y, como demandaban los hosteleros, pasará a cerrar a las 22.30 todos los días, al igual que las salas de espectáculos y eventos culturales.
También aumentará el número máximo de comensales permitidos por mesa, hasta diez en terrazas y seis en el interior de los establecimientos.
Se amplía el horario comercial los sábados y domingos, se incrementa el aforo máximo de las bodas y bautizos hasta el 50 % y estarán autorizadas todas las modalidades deportivas, incluso las de alto riesgo de contacto como las artes marciales o el rugby.
Los gimnasios, que reabrieron el pasado 5 de abril, recuperarán sus clases grupales.
A pesar del desconfinamiento, se mantienen algunas limitaciones: el teletrabajo seguirá siendo obligatorio hasta finales de año y se prohíbe el consumo de alcohol en la vía pública.
Además, los restaurantes sólo podrán servir bebidas alcohólicas con las comidas y los bares y discotecas continúan cerrados, sin previsión de cuándo podrán abrir.
Las nuevas reglas serán aplicadas a 270 de los 278 municipios que forman parte del territorio continental de Portugal, mientras que los otros ocho permanecen en fases anteriores de la desescalada porque presentan un mayor riesgo de contagio.
Abren las fronteras
El sábado abrirá la frontera terrestre con España, que permanece cerrada desde el 31 de enero excepto para el tránsito de nacionales y residentes, transporte de mercancías y trabajadores transfronterizos, por los pasos autorizados.
Era la segunda vez que se reponían los controles a lo largo de los 1.200 kilómetros de la llamada Raya hispanolusa durante la pandemia, después de un primer cierre que estuvo en vigor entre el 17 de marzo y el 30 de junio de 2020.
La apertura será bien recibida en la frontera, donde las autoridades políticas y civiles, además del sector empresarial, han insistido durante los últimos meses en que esta medida estaba ahogando la economía de sus regiones.
António Machado, presidente de la eurorregión Puerta de Europa, que engloba a las comarcas fronterizas de Almeida (Portugal) y Ciudad Rodrigo (Salamanca), aseguró a Efe que el balance de este segundo cierre ha sido "extremadamente negativo".
Portugal, con algo más de 10 millones de habitantes, suma desde que empezó la pandemia 836.033 casos confirmados del virus y 16.974 fallecidos.