El jefe del Estado italiano, Sergio Mattarella, confesó este miércoles que no va a presentarse a un segundo mandato en febrero, cuando termina su septenio, lo que crea incertidumbre sobre el que todos apuntaban como su sucesor: Mario Draghi, el actual presidente del Gobierno elegido precisamente para impulsar un proceso de reformas con el que sacar al país de la crisis derivada de la pandemia.
Mattarella, que en julio cumplirá 80 años, afirmó que en ocho meses "podrá descansar", respondiendo a las preguntas que le plantearon algunos alumnos del colegio que hoy fue a visitar.
"Cuando me eligieron para el Quirinal (la sede de la Presidencia italiana) estaba preocupado porque sabía lo exigente que era la tarea. Pero dos cosas me ayudaron: tengo excelentes colaboradores, pero sobre todo el hecho de que en Italia, según la Constitución, no hay un solo organismo que decida, sino que las decisiones se distribuyen entre muchos”, dijo Mattarella a los niños.
"El Presidente de la República debe conocer todos, seguir todos para poder intervenir con sugerencias. Pero en ocho meses termina mi mandato como presidente. Yo soy ya viejo y en algunos meses voy a poder descansar", agregó.
Mattarella rechazó así la posibilidad de poder repetir mandato, como ya ocurrió con Giorgio Napolitano en 2015, cuando accedió a repetir el septenio en un momento de bloqueo político.
La permanencia de Matttarella como presidente de la República, al menos algún año más, habría permitido a Draghi llegar al final de la legislatura en 2022 y concluir el proceso de reformas vinculadas a las ayudas del Plan de Recuperación europeo y posteriormente pensar en poder ser elegido Jefe de Estado.
Italia comenzará a finales de julio el llamado "semestre blanco", los seis meses que preceden a la elección del Jefe de Estado y en los que no se pueden disolver las cámaras. El problema es que Mario Draghi era la posibilidad más plausible para sustituir a Mattarella, pero fue el mismo presidente de la República quien lo llamó para que sacase al país de la crisis política con la perdida de mayoría del Gobierno de Giuseppe Conte.
Si antes la figura del expresidente del Banco Central Europeo y del Banco de Italia ponía de acuerdo a todos, ahora existen muchos interrogantes, ya que si Draghi ocupase el Quirinal eso supondría tener que convocar elecciones anticipadas.
El líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, aseguró hace unos días que votarían a favor de Draghi como presidente de la República, lo que los analistas ven como una manera de forzar las elecciones.
Quienes guardan silencio sobre la posibilidad de Draghi en el Quirinal son los progresistas del Partido Demócrata, conscientes de su debilidad en las urnas y sin una clara posición respecto a futuras alianzas con el Movimiento 5 Estrellas.
La elección del presidente de la República requiere una mayoría de dos tercios en las tres primeras votaciones y una mayoría del 50% más uno en la cuarta votación, lo que hace necesario en estos momentos alianzas entre los partidos.