El apoyo del presidente norteamericano, Joe Biden, a liberar las patentes de las vacunas contra la Covid-19 pilló con el paso cambiado a la Unión Europea, que siempre se ha opuesto a esta posibilidad. Bruselas atribuyó el viraje de Estados Unidos a un intento de esconder su negativa a exportar dosis a los países más pobres y de retratar a los europeos como los auténticos insolidarios. Ahora, la UE contraataca a Biden con una nueva propuesta para aumentar la producción global de vacunas que se acaba de enviar a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El plan de Bruselas mantiene la oposición radical a liberar las patentes de las vacunas. "Queremos mantener los niveles de protección necesarios para la inversión en innovación, para así poder luchar contra las nuevas cepas de COVID-19 y cualquier enfermedad futura. La UE no considera que la amplia suspensión (de patentes) propuesta por varios miembros de la OMC sea la respuesta adecuada a la pandemia. Abogamos por un enfoque diferente y más específico", alega el Ejecutivo comunitario.
En materia de propiedad intelectual, la única novedad de la propuesta que ha remitido la UE a Ginebra consiste en facilitar las licencias obligatorias. La Comisión sigue defendiendo que es mucho más eficaz fomentar los acuerdos voluntarios entre titulares de patentes y fabricantes de vacunas. Hasta la fecha ya se han firmado 280 pactos de este tipo para aprovechar al máximo las licencias.
Al mismo tiempo, Bruselas admite que la pandemia es una circunstancia de emergencia nacional y por ello se puede renunciar al requisito de negociar con el titular de la patente. Según la propuesta europea, los Gobiernos podrían conceder una licencia a un productor preparado para fabricar vacunas a un precio asequible sin el consentimiento del titular de la patente. Eso sí, siempre pagando una compensación.
Aumentar la producción
Aparte de las licencias obligatorias, el plan de la UE para que las vacunas llegue a los países más pobres tiene otros dos pilares. En primer lugar, eliminar todas las restricciones a la exportación de dosis y de ingredientes. Bruselas hace valer que mientras los europeos han exportado ya 300 millones de vacunas producidas en territorio comunitario (la misma cantidad que se ha destinado a uso interno), ni Estados Unidos ni Reino Unido exportan vacunas.
Finalmente, la UE insiste en la necesidad de tomar todas las medidas necesarias para acelerar la fabricación de vacunas, incluyendo en los países de África. "En realidad, el principal problema en este momento es la falta de capacidad de fabricación suficiente para producir rápidamente las cantidades requeridas. El objetivo debe ser asegurar que toda la capacidad de fabricación disponible y adecuada en cualquier parte del mundo se utilice para la producción de vacunas Covid-19", ha dicho el vicepresidente de la Comisión y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis.
La UE quiere que todos los productores y desarrolladores de vacunas se comprometan de forma concreta a aumentar el suministro a los países en desarrollo vulnerables. En este sentido, Bruselas pone como ejemplo a BioNTech-Pfizer, Johnson & Johnson y Moderna, que ya han anunciado que tienen previsto entregar 1.300 millones de dosis este año a precio de coste para los países más pobres y a precios reducidos para países de ingresos medios.
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