Giorgio Mulè quiere unos Estados Unidos de Europa. Quiere un plan Marshall para África impulsado por la UE y liderado por Roma y Madrid. Y quiere "reforzar y relanzar" el eje italoespañol, "como comprometieron recientemente Pedro Sánchez y Mario Draghi, en Barcelona". El número dos del Ministerio de Defensa italiano viajó a España en las últimas semanas para "aprender" del centro de satélites de Inteligencia que la UE tiene en Torrejón. "España es líder en ciberseguridad en la OTAN, hemos venido a aprender", comenta en su entrevista con EL ESPAÑOL.
Mulè, uno de los líderes emergentes de Forza Italia, quiere que el liderazgo en ese camino, "que es el lógico", lo lideren España e Italia. "Europa ha estado lidereada demasiado tiempo por el eje francoalemán... el italoespañol es más viejo, existe desde los tiempos de los tiempos". Y es, en su opinión, más coherente: en historia común, en maneras de sentir, en problemas comunes -como las fronteras migratorias-, intereses comunes y desgracias comunes -la Covid-. "Además, ambos países lideraremos el crecimiento económico en la UE de los próximos años", añade, "si actuamos concertados convenceremos al resto de Estados miembros de nuestra visión de la construcción europea".
Señor Mulè, ¿en qué ha consistido su visita a España?
Es fundamental venir a conocer este centro de excelencia que tienen aquí en España. Queremos estar informados de todo lo que hace cada país de la UE. En Italia estamos desarrollando la Agencia de la Ciberseguridad. En unos dos meses debe estar aprobada la ley, y era fundamental venir a recibir información. Sobre todo, porque Europa debe, a nuestro juicio, invertir en el ámbito ciber y en su soberanía tecnológica.
¿Italia es partidaria de que el despliegue de la tecnología 5G lo hagan sólo empresas europeas, o su Gobierno está abierto a la entrada de compañias extranjeras, como las chinas, muy interesadas en ello?
La soberanía tecnológica debe residir en la capacidad de poder desarrollar tu propia infraestructura, que debe estar blindada respecto a los intereses de potencias que no son amigas. No son aliadas pero, sobre todo, no son amigas. Italia ha desarrollado una infraestructura 5G que es 'in house' y que acepta contribuciones de empresas de potencias como China. La soberanía tecnológica reside, esencialmente, en dotarse de una infraestructura propia.
Pero eso será mucho más caro para los Estados miembros de la UE... ¿estamos dispuestos?
Frente a la seguridad no pueden existir problemas de presupuesto. Si para que el Estado esté a salvo hay que gastar más dinero, se gasta. Piense en la industria de los juguetes. Sin duda, los que se fabrican en China son más baratos, pero muchos son peligrosos para los propios niños. Si hacemos una gran infraestructura, que es más barata pero que no es segura, no tiene ningún sentido.
¿Cómo es la colaboración entre España e Italia en materia de Defensa?
La colaboración es muy activa, mucho. Recuerde que el primer Memorando de Entendimiento entre España e Italia en el ámbito miliar es del 16 de junio de 1980. Es decir, llevamos más de 40 años de cooperación muy estrecha. El Eurofighter es hoy uno de los temas en los que vamos muy de la mano, en particular con la oferta presentada por España para la venta de 40 cazas a Suiza. Apoyamos decididamente esa acción española porque, además, abre la posibilidad de nuevas operaciones con Suiza en el campo económico y geopolítico.
Pero es que además hay una colaboración a nivel empresarial muy potente, con compañías nuestras como Leonardo, con Aermacchi... con toda la parte, diríamos, operativa.
¿Y desde el punto de vista operativo?
Desde el punto de vista militar, hemos tomado el relevo al mando español en las patrullas con base en Lituania, para la defensa de los países bálticos. Trabajamos junto con los amigos españoles en Congo, Líbano, Bosnia, Kósovo... somos naciones que se sienten, cómo decir, hermanadas.
Sí que hay competencia entre los proyectos de nuevo caza europeo: el Tempest, de Italia con Reino Unido y el FCAS de España, Francia y Alemania.
Sí, nosotros tenemos un caza de sexta generación, el Tempest, cuya tecnología se desarrolla desde la del f-35, un caza de quinta generación... Debería haber una mediación porque le proyecto de nuestros amigos españoles y franceses, el FCAS es sólo de cuarta generación, o cuarta generación y media. Queremos que España se venga a bordo de nuestro proyecto, que es lo normal.
La última cumbre bilateral entre España e Italia se celebró hace unos meses, pero todavía con Giuseppe Conte al frente del Consiglio. Después del último cambio de Gobierno en su país, ¿se ha retomado la agenda acordada entonces, ha habido algún cambio reseñable?
Hay una gran discontinuidad respecto al gobierno precedente en política exterior. Para empezar, en la política con China. Este Gobierno y el partido que yo represento, Forza Italia -que es el del presidente Tajani y del presidente Berlusconi-, es decididamente atlantista, europeísta y sobre todo, defiende una política que no divague nunca más. El Consejo anterior al Gobierno Draghi tenía una posición ambigua con China y Rusia. Nosotros sí estamos por el diálogo, pero desde la disuasión.
Pero donde sí hay continuidad es en la relación con España. Lo demuestran las reuniones, no sólo la última hace pocas semanas entre Sánchez y Draghi en Barcelona, sino también en los trabajos operativos conjuntos entre el ministro Colao y la ministra Calviño, por ejemplo, o entre los minsitros de Trabajo.
¿Hay posiciones comunes respecto a la construcción europea?
Nosotros vemos a España como un hermano también en la visión europea y europeísta. Por ejemplo, en los temas fronterizos. Juntos, debemos convencer a Europa que las nuestras no son fronteras de España con Marruecos o de Italia con Libia, ¡son fronteras de Europa! Y esta visión conjunta no se centra sólo en las políticas de Defensa y Exterior, sino en la política social. La convergencia es natural porque tenemos las mismas raíces cristianas, europeístas y atlantistas.
Son cuestiones europeas que deben abordarse desde Europa. Y no haberlo afrontado con decisión en el último Consejo Europeo hará más difícil la relación con el norte de África.
¿Y qué se puede hacer? Porque la cosa no avanza con la política de control de los flujos migratorios, si no hay solidaridad europea...
Claro, es que en esto España e Italia comparten la visión del Antonio Tajani que, cuando era todavía presidente del Parlamento Europeo, bautizó como el Plan Marshall para África. La idea de los gobiernos italiano y español es la de ayudar al desarrollo de aquellos países con una inversión que sea grandísima en términos económicos para lograr que no veamos más llegadas irregulares, porque no sean necesarias para sus habitantes.
Además, compartimos la idea de que en esos países debemos mantener una fuerte presencia militar, cada vez más arraigada en África -estoy pensando en el Sahel- porque África es una región que hemos dejado en las manos de China y eso ha sido un error estratégico fundamental de Europa.
¡No es una forma de neocolonialismo! Ese 'plan Marshall' plantea un recrecimiento de la soberanía digital e infraestructural... es decir, crear trabajo construyendo la soberanía de esos países.
¿Hay alternativa a ese plan? Porque suena tan ambicioso que se aleja del realismo...
La UE del egoísmo en la distribución de los refugiados y la reubicación de los irregulares se condena a sufrir un fenómeno que no puede gobernar. El fenómeno se gobierna si todo el mundo sabe que Europa no es un continente al que puedes llegar y quedarte.. aunque eso sólo funciona si en África hay las condiciones de desarrollo. ¡Y no de esclavitud!, como ha impuesto la China en los últimos 10 años.
Pero este 'Plan Marshall para África' es carísimo... ¿lo podemos afrontar desde la UE, tras la pandemia? Mire que nos hemos endeudado hasta las cejas para los planes de recuperación.
Sí que es posible. Es muy posible. Porque no estaría basado en las subvenciones, las ayudas directas o el asistencialismo. ¡No es una forma de neocolonialismo! Ese 'plan Marshall' plantea un recrecimiento de la soberanía digital e infraestructural... es decir, crear trabajo construyendo la soberanía de esos países. La financiación debe impulsarse desde Europa. La Unión debe financiar el 50%, el 70%... hasta el 90% de esos desarrollos en los países del Sehel, del Magreb y del cuerno de África.
La política de migración común de la UE sigue estancada... ¿por qué no conseguimos avanzar en un aspecto que es clave para la consolidación de Schengen?
Porque como sabe en Europa se confunde últimamente los conceptos de soberanismo y el populismo. Si el populismo significa cerrar el Estado y levantar muros, se pierde la propia idea de Europa. Si Europa sólo piensa en sí misma acaba pasando que cada país piensa sólo en sí mismo... y mira el Brexit. La historia reciente nos ha enseñado que donde hay egoísmo no hay desarrollo, y que donde hay egoísmo acaba habiendo racismo y rechazo al inmigrante.
Yo soy un convencido de que la Unión Europea ya está madura, como intentamos en el último Consejo Europeo, para afrontar el problema de raíz. Es decir, con solidaridad entre nosotros para la acogida de las personas que, sin duda, van a venir.
El año que viene, en 2022, se celebran los 40 años de la entrada de España en la OTAN... seremos sede de la Cumbre de la Alianza. ¿Qué significa ese hito para un país como España, que no forma parte del bloque principal militar de los aliados?
Significa que los aliados ven a España con la madurez de un país que marca la diferencia en la Alianza Atlántica. Y refleja la fiabilidad que ofrece España en los teatros de operaciones. Todo eso hace que los miembros de la OTAN miren a España como un país del que se pueden fiar. Y España es un país que destaca, quizá no tanto por su visibilidad, pero sí por la capacidad operativa.
La actualidad de la OTAN no reside tanto en la defensa de los confines -aunque ahí ha estado liderando la misión en los cielos de los países bálticos, donde les hemos relevado-, sino en las operaciones del quinto escenario: la ciberseguridad. La clave es que se active el artículo 5 de la OTAN, el de la solidaridad armada, también en este tipo de amenazas. Y por eso, que España sea la base de los centros de satélites de Inteligencia significa que tiene un papel fundamental, proactivo, en las misiones clave de la OTAN... las de la cibersoberanía, no las de hace 30 años.
Han pasado casi seis meses desde la llegada de Joe Biden a la presidencia de EEUU, ¿qué ha cambiado respecto a la Administración Trump?
Los italianos sabemos que estamos donde estamos y salimos de donde salimos tras la IIGM gracias a los americanos. Mario Draghi es custodio de esos valores atlantistas. Ahora bien, la política actual, la defensa de los derechos humanos, debe ser multilateral. Y esto significa tener puestas las miradas no sólo a Occidente, sino también al Sur y a Oriente.
En todo caso, las lecciones de hace 70 años nos valen para ahora. Hay que tener la mirada puesta en cómo actúan Rusia, Turquía, China. En países como los del Golfo. Es decir, diálogo mientras se mantiene un equilibrio y respeto multilateral.
¿De qué manera va a invertir Italia los fondos Next Generation EU?
Nosotros y España somos los países que más hemos sufrido el golpe de la Covid en términos económicos y sociales. En Italia, el nuevo Gobierno ha reescrito todo el plan y lo hemos hecho muy claro y directo, a diferencia de lo que estaba haciendo Giuseppe Conte, que no terminaba de aclarar los planes ni las vías de inversión.
El Gobierno Draghi y la fuerza que yo represento, Forza Italia, lideramos un enfoque práctico... y no nos ha ido mal. Porque la Comisión Europea nos ha puesto nota, de uno a 10... todo dieces. Eso no significa que seamos los primeros de la clase, pero sí que sabemos muy bien lo que queremos hacer.
Ahora se pretende que las multinacionales rindan sus tributos según dónde generen sus ingresos, y ése es un objetivo que debemos defender juntos España e Italia...
¿Habrá programas comunes con otros estados miembros de la Unión Europea?
Eso no, pero estamos abiertos a inversiones empresariales. Vamos a digitalizar el país en la dirección de la ciberseguridad, que incluye inversiones muy importantes en todas las redes de la industria privada... toda Italia, de norte a sur, estará conectada por una red de alta velocidad ferroviaria, con conexiones portuarias.
Y junto a las inversiones, las reformas. Para empezar, la de la cúpula de la Administración; además, la Reforma de la Justicia; y finalmente, la reforma del Fisco. Queremos hacer más eficiente el sistema público que da soporte al productivo: dar certezas de que ne determinado tiempo se conseguirá tal autorización, o en tal tiempo se solucionará un contencioso judicial. Y otra certeza fundamental para las empresas, la impositiva: una tributación más clara, y más justa.
Una vez abierta la Conferencia sobre el Futuro de Europa, ¿qué papel pueden jugar Italia, España... y las dos juntas?
Juntas deben hacer entender al resto de miembros de la UE que la defensa de las fronteras exteriores de la UE compete a todos. El futuro de Europa depende en buena parte del refuerzo en la distribución de esfuerzos. También desde el punto de vista fiscal. Ahora se pretende que las multinacionales rindan sus tributos según dónde generen sus ingresos, y ése es un objetivo que debemos defender juntos España e Italia... jugamos un papel principal en este punto.
Por demasiado tiempo, Europa ha estado bajo una influencia franco-alemana preminente. En adelante, en razón de la historia y de la alianza que iniciamos hace muchos años, España e Italia deben ganar peso y ser una guía para Europa.
¿Usted cree que España e Italia pueden jugar un papel más poderoso que Francia y Alemania?
Evidentemente, a nivel económico aún no. Los PIB agregados de Alemania y Francia todavía superan a los de Italia y España. Pero tenemos otras razones, las raíces culturales, los modos de sentir... Y lideramos, eso sí, las tasas de crecimiento económico previstas en los próximos años. Italia crecerá un 5% este año y un 4,5% el siguiente... España aún lo hará más.
Así que debemos tener una política común entre España e Italia, como ya hemos visto en la última bilateral entre Sánchez y Draghi en Barcelona... es decir, el eje italoespañol no debe ser creado, ¡ya existe desde los siglos de los siglos! Pero sí debemos renovarlo y relanzado como guía de Europa. Con los valores de solidaridad, la libertad y el respeto a los derechos y a la empresa, podemos impulsar un cambio en Europa.
¿Italia ve razonable aspirar a unos Estados Unidos de Europa?
Por supuesto que sí. Ésa es la idea. Es la etapa a la que todos debemos aspirar. Hemos hecho una moneda única, no ha sido suficiente. Estamos creando la ciudadanía europea... Europa son valores y Europa también es la emisión de deuda que estamos haciendo ahora todos juntos.
Los Estados Unidos de Europa serán, tal como lo veo yo, lo que acojan nuestros hijos después de que nosotros desarrollemos esta unión de destino que es la emisión de deuda común... que nos llevara a una Hacienda común, a una agenda común, a una política migratoria común. Conforme avancemos en la integración de políticas e intereses más cerca estaremos de los EEUU de Europa.
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