Los Presupuestos matan la 'geringonça' liderada por António Costa y Portugal se prepara para elecciones
Toda la derecha y los antiguos socios del Ejecutivo, el Bloque de Izquierda (BE) y los comunistas, han votado en contra de los Presupuestos.
28 octubre, 2021 06:04Noticias relacionadas
En 2016 la palabra del año en Portugal fue geringonça. El término significa algo así como "chapuza" y fue el mote que la oposición le puso al Gobierno formado a finales de 2015 por el socialista António Costa (que había quedado segundo en aquellas elecciones). El pacto de la izquierda lo integraban el Partido Socialista (PS) de Costa, el Partido Comunista (PCP), el Bloco de Esquerda (BE) y el Partido Ecologista os Verdes (PEV).
Sus detractores estaban convencidos de que aquello no duraría más que unos meses. Pero se equivocaron. La geringonça acabó aquella legislatura y Costa logró la victoria cuatro años después, en las elecciones de 2019. Revalidando el cargo de primer ministro y revalidando así la geringonça.
Al final la "chapuza" se ha mantenido en el poder en Portugal durante seis años y ha caído porque la alianza de izquierdas no ha conseguido ponerse de acuerdo con los Presupuestos de cara al ejercicio de 2022.
El año pasado el BE ya votó en contra de las cuentas públicas (era la primera vez que lo hacía desde que la geringonça viera la luz en 2015). La novedad este año ha sido que el PCP y el PEV también han votado en contra y eso ha tumbado definitivamente el presupuesto.
Los comunistas defienden su voto negativo porque aseguran que el Gobierno se niega a subir el salario mínimo hasta los 850 euros (sólo iban a llegar hasta los 705 euros), porque no han obtenido el compromiso de la creación de una red de guarderías públicas gratuitas, por la negativa a retomar una negociación colectiva (en los términos deseados por el Partido Comunista), y por la negativa a subir el sueldo de los funcionarios o incluso por la decisión de revalorizar las pensiones por debajo de lo convenido, según recoge el Diário de Notícias de Portugal.
Estas son algunas de las razones aducidas por el PCP, pero los analistas consideran que hay una relación directa entre esta nueva actitud de ruptura con el PS y el hecho de que los comunistas han perdido algunos ayuntamientos en las últimas elecciones locales.
Al parecer, los comunistas habrían llegado a la conclusión de que los pactos con el Partido Socialista terminan 'robándoles' votos, como ha ocurrido en todas las elecciones que se han celebrado desde que se pusiera en marcha la geringonça en 2015. Por eso ahora intentan desmarcarse de los socialistas y seguir su propio camino.
Ahora que el Parlamento ha tumbado los Presupuestos, Portugal se encamina a elecciones anticipadas. A pesar de que el primer ministro dice que está dispuesto a seguir gobernando incluso en duodécimos, al no haber cuentas públicas en vigor cuando comience el año 2022.
Estocada a la 'geringonça'
No hubo milagro, ni conjura, ni sorpresas de última hora. El rechazo a los Presupuestos supone la estocada final a la geringonça.
Para la líder del BE, Catarina Martins, "la geringonça murió por la obsesión por la mayoría absoluta". Y también señaló que esta vez faltó el "camino de compromiso" que hubo en 2015, con un acuerdo por escrito que fijara las bases para toda la legislatura.
El líder parlamentario del partido comunista, João Oliveira, sostuvo que "no estaba en nuestras manos dar la respuesta que sólo el Gobierno podía dar", en declaraciones recogidas por Efe.
Al otro lado del hemiciclo, el líder de la oposición, Rui Rio (PSD, centro-derecha), acusó al gobierno de Costa de haber sido "totalmente dependiente de la izquierda radical" y haber quedado "a merced de sus exigencias". "Nunca fue capaz de formar una mayoría parlamentaria estable", señaló.
"Este Gobierno muere aquí en el Parlamento y esta geringonça también", sentenció el líder del ultraderechista Chega, André Ventura, a quien los analistas sitúan como uno de los que mayor rédito puede obtener en este adelanto electoral.
El Gobierno no dimite
Tras su derrota, el primer ministro insistió en que el Gobierno no va a dimitir y aseguró que garantizará la estabilidad del país.
Costa insiste en no cerrar ninguna puerta, ni siquiera la posibilidad de gobernar en duodécimos, una vía legal que le permitiría mantenerse con un presupuesto diezmado. Sin embargo, esa es una opción que el arco político da prácticamente por descartada. Y la prensa portuguesa también. No en vano los periódicos del país vecino señalan que la campaña electoral dio comienzo ayer mismo.
El presidente, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, ya ha señalado que se reunirá con los líderes de los distintos partidos, convocará al Consejo de Estado y disolverá la Asamblea.
"Escucharé a los partidos sobre ese tema. Sólo después tomaré una decisión", aseguró el presidente este miércoles a los periodistas antes de que se confirmara el rechazo parlamentario a los Presupuestos.
Tras el 'no' a las cuentas el presidente se reunió este miércoles con el primer ministro y recibirá al Consejo de Estado el próximo día 3 de noviembre. Mientras tanto, en los pasillos, los partidos especulan ya con posibles fechas electorales y apuntan a mediados de enero como la opción más probable. El día 16 de enero parece ser la fecha elegida, pero todavía no es oficial.
"No veo otra salida (que elecciones anticipadas) para el interés nacional", insistía el líder de la derecha al término de la votación en el Parlamento. "Tenemos que resolver la situación desde el punto de vista político rápidamente. Es necesario convocar elecciones lo más rápido posible", reclamaba.
Las palabras de Costa
"Me da pena este cierre prematuro", admitía el líder socialista António Costa ante el pleno de la Asamblea que rechazó el Presupuesto.
"Confío en que mi frustración" y la "frustración" de los electores de la izquierda "se pueda convertir en una mayoría reforzada, estable y duradera en una próxima sesión legislativa".
"¿Con quién quieren estar? ¿Con un Gobierno del Partido Socialista o quieren sumarse a la derecha contra un Gobierno del PS?", lanzaba en su mensaje al Bloco de Esquerda y al Partido Comunista. "Para mí, un voto contra de la izquierda es también una derrota personal". Y esas fueron las últimas palabras de Costa antes de reunirse con el presidente de la república. La suerte está echada.