La Unión Europea recurre a la teoría de la disuasión para tratar de evitar una nueva guerra en Ucrania. Una estrategia que pasa por anunciar de antemano un amplio catálogo de sanciones políticas y sobre todo económicas contra Moscú, con la esperanza de que el presidente ruso, Vladimir Putin, se lo pensará dos veces y desistirá de cualquier plan de invadir Ucrania. Para poner en práctica esta estrategia, los europeos han acordado coordinarse con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y también con Reino Unido.
"La Unión Europea está unida en su apoyo a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. Todos los ministros han dejado claro hoy que cualquier agresión contra Ucrania tendrá consecuencias políticas y un alto coste económico para Rusia", ha enfatizado el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, al término de la reunión de los jefes de la diplomacia de los 27 celebrada este lunes en Bruselas.
Los dirigentes europeos están extremadamente inquietos por la acumulación de tropas rusas en la frontera ucraniana (más de 100.000) y los mensajes ambiguos que está lanzando Putin, que exige "garantías de seguridad" a la UE y a la OTAN. Entre ellas, que la Alianza retire cualquier oferta de adhesión a Ucrania o Georgia. La escalada de tensión en la zona ha monopolizado todos los debates de este lunes en la capital belga.
"En este tipo de situaciones, hay que esperar lo mejor, pero prepararse para lo peor. Y eso es más o menos lo que estamos haciendo. Y para lograr lo mejor, ahora estamos en modo disuasión. Para intentar evitar la crisis, para intentar evitar cualquier acción militar, porque una vez haya empezado es muy difícil de detener. Lo más importante ahora es disuadir", ha explicado Borrell. En todo caso, la UE ya ha desbloqueado destinar 35 millones de euros para mejorar la logística del Ejército ucraniano.
"Hemos tenido un mensaje unido y contundente. Queremos responder a la situación en la frontera ucraniana y a cualquier desafío a la integridad territorial y la soberanía de Ucrania con determinación y, al mismo tiempo, evitar en la medida de lo posible cualquier tipo de escalada", sostiene el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.
¿Guerra total?
"Hay que seguir apostando por gestiones diplomáticas y velando por que haya una cooperación estrecha con todos aquellos países que son afines. Pero la mayoría estamos de acuerdo también con preparar el marco económico y político necesario para que, en el caso de que haya una acción hostil contraria al derecho internacional, poder actuar en consecuencia y que la disuasión sea lo más efectiva posible", ha insistido Albares.
Ni el ministro español ni Borrell han querido desvelar qué nuevas sanciones económicas se aplicarían a Rusia si al final acaba invadiendo Ucrania. La lista volverá a discutirse durante la cumbre de líderes europeos que se celebra el jueves en Bruselas.
"Estamos convencidos de que Rusia se está preparando para una guerra total contra Ucrania", sostiene el ministro de Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis. Se trata de un "ataque sin precedentes" desde la Segunda Guerra Mundial contra un país que ha decidido alejarse de la órbita de Moscú y acercarse a Occidente.
"Eso significa que la respuesta de los países Occidentales tiene que ser también sin precedentes, y que tenemos que escuchar lo que nuestros aliados de Estados Unidos están pidiendo y que tenemos que ser muy fuertes en nuestra respuesta a esto", ha insistido.
A su juicio, ni la UE ni la OTAN deben ceder al "chantaje" de Putin y cerrar el paso a Ucrania o Georgia. "La arquitectura de seguridad de Ucrania y Georgia ha sido elegida por sus ciudadanos. No fue impuesta por Occidente. No fue impuesta por la OTAN. No fue impuesta por Estados Unidos. Fue decidida por sus ciudadanos y tenemos que respetar su deseo", subraya Landsbergis.