La Unión Europea ha anunciado este viernes una nueva tanda de sanciones contra el Kremlin cuyo objetivo es aumentar su aislamiento y drenar los recursos que utiliza para financiar su "guerra bárbara" contra Ucrania. Bruselas prohibirá la exportación de cualquier artículo de lujo europeo a Rusia (una medida que pretende golpear a los oligarcas que apoyan a Vladimir Putin) y vetará cualquier nueva inversión europea en el sector energético ruso.
Además, la UE se coordinará con Estados Unidos, Reino Unido y Canadá para expulsar a Moscú de las principales instituciones financieras multilaterales, incluidos el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Rusia se verá privada también de las ventajas comerciales de las que goza por su estatus de nación más favorecida en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
"Nos aseguraremos de que Rusia no pueda obtener financiación, préstamos o cualquier otro beneficio de estas instituciones. Porque Rusia no puede violar gravemente el derecho internacional y, al mismo tiempo, esperar beneficiarse de los privilegios de ser parte del orden económico internacional", ha dicho la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. Finalmente, Bruselas prohibirá importar productos del sector del acero y del hierro procedentes de Rusia.
"La invasión despiadada de Rusia a Ucrania continúa. Los civiles son atacados implacablemente, incluso en escuelas, edificios de apartamentos y hospitales. Y a pesar de las repetidas ofertas de la parte ucraniana, hasta ahora Rusia no ha mostrado ninguna voluntad de participar seriamente en las negociaciones para una solución diplomática", ha denunciado Von der Leyen.
"En cambio, todo lo que escuchamos son nuevas mentiras y falsas acusaciones. Y cínicamente, los corredores humanitarios aún no se abren o son bombardeados por las fuerzas rusas poco después de que se anuncien", ha criticado la presidenta.
El nuevo paquete de sanciones es ya el cuarto desde el estallido de la guerra y empezará a tramitarse este mismo sábado. La prohibición de exportar productos de lujo europeos a Rusia, a la que se habían opuesto hasta ahora países como Italia, se ha concebido como "un golpe directo a la élite rusa". "Aquellos que sostienen la maquinaria de guerra de Putin no deberían poder disfrutar de su lujoso estilo de vida mientras las bombas caen sobre personas inocentes en Ucrania", sostiene Von der Leyen.
En cuanto a la prohibición de importar productos en el sector del hierro y del acero, el objetivo es "privar de miles de millones de ingresos a un sector central del sistema de Rusia y garantizar que nuestros ciudadanos no estén subsidiando la guerra de Putin".
"Finalmente, propondremos una gran prohibición de nuevas inversiones europeas en el sector energético de Rusia. Porque no deberíamos estar alimentando la dependencia energética que queremos dejar atrás. Esta prohibición cubrirá todas las inversiones, transferencias de tecnología, servicios financieros, etcétera, para la exploración y producción de energía y, por lo tanto, tendrá un gran impacto en Putin", ha señalado la presidenta.
Von der Leyen asegura que las sanciones sin precedentes aprobadas hasta ahora están funcionando, aunque defiende que hay que seguir aumentado la presión sobre Putin. "El rublo se ha desplomado. Muchos bancos rusos clave están aislados del sistema bancario internacional. Las empresas se están yendo del país, una tras otra, no queriendo que sus marcas se asocien con un régimen asesino", ha destacado.
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