Bruselas

Bruselas respalda el cambio de posición de Pedro Sánchez sobre la resolución del conflicto del Sáhara Occidental, que se ha traducido en un apoyo expreso al plan de autonomía propuesto por Marruecos. La Comisión Europea cree que el giro del presidente del Gobierno contribuirá a normalizar las relaciones con Rabat, que es considerado como un socio estratégico por parte de la Unión Europea.

"Lo que puedo decir sobre la posición de España es que la UE saluda cualquier evolución positiva entre sus Estados miembros y Marruecos en sus relaciones bilaterales, que sólo puede ser beneficiosa para la puesta en práctica de la asociación euromarroquí en su totalidad", ha dicho este lunes la portavoz de Exteriores del Ejecutivo comunitario, Nabila Massrali.

En cuanto al Sáhara, la portavoz se ha remitido a la declaración conjunta de la UE y Marruecos de junio de 2019, en la que las dos partes reafirman "su apoyo a los esfuerzos del secretario general de la ONU para continuar el proceso político que tiene como objetivo alcanzar una solución política justa, realista, pragmática, duradera y mutuamente aceptable a la cuestión del Sáhara Occidental, basada en el compromiso de conformidad con las resoluciones del Consejo de Seguridad".

"La UE acoge con satisfacción los esfuerzos serios y creíbles llevados a cabo por Marruecos con este fin", subraya la citada declaración conjunta.

¿Teme Bruselas que el giro de Sánchez respecto al Sáhara tenga como consecuencia que Argelia corte el suministro de gas a España y a la UE? "Es evidente que es importante preservar la estabilidad en la región", se ha limitado a responder la portavoz.

"La posición de la UE sigue siendo la misma. Es decir, pleno respeto y apoyo a las resoluciones de Naciones Unidas", ha aclarado más tarde el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell.

"Cualquier solución al problema tiene que encontrarse en el marco de estas resoluciones. Que por cierto también es lo que dice la carta enviada por el Gobierno español a Marruecos. También dice claramente que la solución tiene que encontrarse por acuerdo entre las partes en el marco de las resoluciones de la ONU. Expresa una preferencia por una solución, pero insiste en que la solución tiene que encontrarse en el marco de las resoluciones de la ONU", sostiene Borrell.

Por su parte, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se ha reunido en Bruselas con el enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, para "transmitirle el apoyo de España a su labor para alcanzar una solucion mutuamente aceptable en el marco de Naciones Unidas", según ha anunciado en su cuenta de Twitter.

Albares ha expresado su respeto a la decisión de Argelia de llamar a consultas su embajador en España tras el cambio de posición sobre el Sáhara, pero se ha mostrado convencido de que eso no afectará al suministro de gas. "Argelia es un socio sólido, estratégico, prioritario, fiable para España, también como suministrador de gas", ha dicho, sin querer aclarar si ha hablado en las últimas horas con su homólogo argelino.

"Siempre es un buen momento para alcanzar un acuerdo que garantiza la integridad territorial de España, la soberanía de España, la prosperidad, la estabilidad, la gestión de los flujos migratorios irregulares, la cooperacion en la lucha contra el terrorismo, los intereses comerciales", ha explicado Albares para justificar la oportunidad del cambio de posición sobre el Sáhara.

Precisamente, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, visitó Rabat por primera vez hace poco más de un mes, los días 8 y 9 de febrero. Allí, Von der Leyen destacó que "Marruecos es un país con el que hemos construido una asociación estratégica, estrecha y sólida".

La presidenta anunció además un paquete de ayudas de la UE a Marruecos por valor de 1.600 millones de euros para los próximos 7 años con el objetivo de impulsar la doble transición verde y digital. Una inversión que forma parte del programa europeo de inversión en infraestructuras Pasarela Global.

"Marruecos es el primer socio económico de la UE en África. Vayamos más lejos, con nuestra asociación verde para el desarrollo sostenible", dijo Von der Leyen en una comparecencia conjunta sin preguntas con el jefe de Gobierno marroquí, Aziz Ajanuch. En aquella ocasión, ninguno de los dos interlocutores mencionó la cuestión del Sáhara.

En las reuniones a puerta cerrada, las autoridades marroquíes sí plantearon a Von der Leyen la cuestión del Sáhara. La presidenta se limitó a reiterar entonces la posición europea, según explican a este periódico fuentes comunitarias.

Las relaciones entre la UE y Marruecos tocaron fondo con la crisis de Ceuta en mayo del año pasado, cuando Bruselas acusó a Rabat de utilizar a los menores migrantes como arma de presión política. Desde entonces, las dos partes han trabajado para reconstruir sus vínculos, algo que se vio ya el pasado septiembre con la reacción al fallo del Tribunal de Justicia de Luxemburgo sobre el Sáhara.

El TJUE anuló entonces los acuerdos comerciales y de pesca suscritos entre Bruselas y Rabat en 2018 y 2019, respectivamente, por incluir de forma ilegal al Sáhara Occidental. Pero Marruecos, España y la UE decidieron hacer frente común para desactivar las consecuencias de la sentencia.

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