Anoche Ucrania conquistó la 66ª edición del festival de Eurovisión. Doscientos millones de telespectadores celebraron el éxito de Kalush Orchestra, la banda que representaba a un país que se desangra en el corazón de Europa por la guerra que Putin decidió iniciar el pasado 24 de febrero, hace ya 81 días.
Horas después, el asesor de la Alcaldía de la asediada ciudad ucraniana de Mariúpol, Petro Andriushchenko, ha denunciado que Rusia ha lanzado bombas de fósforo blanco contra la acería de Azovstal -uno de los últimos bastiones defensivos de la ciudad- nada más producirse la victoria del país en el certamen.
"El infierno ha llegado a la Tierra. A Azovstal", ha declarado Andriushchenko en un mensaje de su cuenta de Telegram, acompañado de un vídeo con imágenes de fuego de artillería.
"Utilizaron proyectiles incendiarios 9M22S con capas de termita. La temperatura de combustión es de unos 2.000 a 2.500 grados centígrados. Es casi imposible detener la quema", ha denunciado.
"Es increíble cómo aguantan nuestros defensores. Todos estamos en deuda irrevocable con ellos", ha añadido en el mensaje, recogido por el portal de noticias ucraniano Focus.
Las bombas de fósforo blanco son un proyectil incendiario cuyo contenido comienza a arder al contacto con el aire. Su alcance indiscriminado y su brutal devastación prohíben su uso en zonas pobladas según el derecho Internacional.
El asesor ha publicado imágenes de proyectiles donde se podían leer inscripciones en referencia a la Orquesta Kalush, el grupo ganador del concurso de canciones celebrado el sábado por la noche en Italia, tal y como recoge Europa Press.
"Así reacciona Rusia a nuestra victoria", ha añadido el asesor acompañado de una imagen de una bomba rusa con la leyenda "Kalush, como pedísteis", junto a la fecha de la final del concurso, este sábado 14 de mayo, según una traducción de la agencia DPA. Las imágenes no han podido ser verificadas de forma independiente.
En videos que circulan en las redes sociales se ven explosiones en la planta de Azovstal en Mariúpol que, según Anduchenko, serían de bombas de fósforo blanco. Las bombas de fósforo blanco producen un fuego que no se puede apagar con agua y sus componentes se pegan a la piel de las víctimas, que pueden arder hasta los huesos.
Los supervivientes pueden tener secuelas de por vida debido a que los componentes de las bombas son altamente tóxicos y pueden causar daño solo con respirarlos. Ya antes las autoridades ucranianas habían acusado a Rusia de utilizar bombas de fósforo blanco en el ataque a la población de Popasna.
Ahora mismo hay unas 1.000 personas refugiadas en la planta de Azovstal, completamente sitiada por las tropas rusas. Los intentos de rescatarlas están resultando difíciles, y siguen rechazando los llamamientos rusos para que se rindan.