El boicot total al petróleo ruso por la guerra en Ucrania fue propuesto por Ursula von der Leyen hace ya dos semanas. Pero a diferencia de los cinco anteriores paquetes de sanciones contra el Kremlin, que fueron ratificados rápidamente por los Veintisiete, las negociaciones sobre el embargo petrolero están bloqueadas, sin perspectivas de solución a corto plazo. Tampoco este lunes hubo fumata blanca. Los ministros de Exteriores de la UE no han logrado vencer la resistencia de Hungría, que veta en solitario esta medida con el argumento de que supondría una "bomba nuclear" para su economía.
"Desafortunadamente, hoy no ha sido posible encontrar un acuerdo para finalizar el sexto paquete de sanciones. Seguimos con las mismas dificultades sobre la unanimidad en el veto al petróleo", ha confesado el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, al término de la reunión. El debate volverá ahora al nivel de embajadores, pero Borrell no ha querido hablar de plazos para lograr una salida.
El ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, ha repetido este lunes que su país sólo aceptará el embargo al petróleo ruso "si la Comisión Europea ofrece soluciones a los problemas que ellos han creado". Unas soluciones que, según ha relatado, pasarían por una gran cantidad de fondos europeos extra para Budapest, que tiene una gran dependencia de Rusia. En primer lugar, un pago único de 750 millones de euros para adaptar las refinerías húngaras (550 millones) y aumentar la capacidad del oleoducto con Croacia (200 millones).
Además, el Gobierno ultra de Viktor Orbán alega que sustituir el petróleo ruso, que ahora reciben con descuento, por crudo de otro país provocaría un aumento del 60% en el precio de los carburantes. Un coste permanente para el que Budapest reclama ayudas europeas por valor de hasta 18.000 millones de euros en cinco años con el fin de modernizar su sistema energético.
Una factura que el propio Borrell ha reconocido que es muy elevada. Orbán era el dirigente de la UE que mantenía una relación más estrecha con Vladímir Putin hasta el estallido de la guerra, pero el Alto Representante asegura que los argumentos de Hungría en el debate son económicos y no políticos.
"Ahora, lamentablemente, el conjunto de la Unión ha sido tomada como rehén por un Estado miembro que es incapaz de ayudarnos a encontrar el consenso", ha denunciado el ministro de Exteriores lituano, Gabrielius Landsbergis, uno de los más duros en su exigencia de reforzar las sanciones contra Moscú.
A la reunión de la UE en Bruselas ha asistido también como invitado el propio jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kuleba, que ha expresado su "descontento" con la falta de acuerdo sobre el embargo al petróleo ruso. "El tiempo se acaba porque cada día Rusia sigue ganando dinero e invirtiendo ese dinero en la guerra", ha resaltado Kuleba.
El ministro de Exteriores ucraniano no sólo le pide a la UE que apruebe cuanto antes el sexto paquete de sanciones, sino que empiece a preparar ya el séptimo. La principal petición de Kiev para esta séptima tanda consiste en "matar todas las exportaciones rusas".
"Mientras Rusia pueda seguir exportando su petróleo, su gas, pero también otras mercancías como el hierro u otros materiales, tendrá dinero para continuar la guerra. Para detener la maquinaria de guerra rusa, debemos privar a Putin de dinero, es lo único que le preocupa: el poder y el dinero. Si le quitamos el dinero, sólo tendrá poder con bolsillos vacíos", sostiene Kuleba.
Los Veintisiete han dado luz verde a la propuesta de Borrell de dedicar otros 500 millones de euros del presupuesto de la UE a financiar la entrega de armas a Ucrania. Desde el estallido de la guerra, Bruselas ya ha aprobado un total de 2.000 millones de euros. El Alto Representante ha indicado que se trata únicamente de "la punta del iceberg", puesto que los Estados miembros están enviando además equipamiento militar por su cuenta.
Kuleba ha reclamado además a los Veintisiete que concedan a Ucrania el estatus de país candidato a entrar en la UE, una cuestión que según él mismo ha reconocido genera más controversia en el club. De hecho, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha propuesto crear una "comunidad política europea" más amplia que la UE para dar acogida a países como Ucrania pero también Reino Unido.
"No estamos hablando de una entrada inmediata, pero creemos que no hay argumentos racionales contra el anclaje de Ucrania en el proyecto de integración europea concediéndole el estatus de candidato", argumenta el ministro de Exteriores.
Durante el encuentro en Bruselas, los ministros de Exteriores de Finlandia y Suecia han informado a sus socios de su intención de solicitar la entrada en la OTAN para protegerse de la amenaza de Rusia. Una decisión que cuenta con el respaldo total de la UE y también de España, según ha dicho el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.
"El ingreso de Finlandia y Suecia -dos democracias consolidadas- reforzará a la OTAN, que es una Alianza de democracias que comparten valores, principios y objetivos y que es el fundamento de un orden internacional basado en normas", ha señalado Albares. La "histórica" cumbre de la OTAN en Madrid a finales de junio servirá para escenificar esta unidad sin precedentes, ha insistido.
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