El primer ministro británico, Boris Johnson, será sometido este mismo lunes a una moción de censura interna después de que el Partido Conservador recibiese las suficientes cartas para poner en marcha la votación, anunció la formación. Tras varias amenazas en lo que va de año, la moción de censura se votará esta misma tarde.
El presidente del llamado Comité 1922 (que agrupa a los diputados conservadores sin cartera), Graham Brady, confirmó que un número suficiente de parlamentarios han solicitado la votación: se habían enviado al menos 54 cartas, alcanzando el mínimo del 15% de los 359 parlamentarios conservadores.
Esto desencadena automáticamente una votación secreta de todos los parlamentarios conservadores, que generalmente se lleva a cabo dentro de las 24 horas. Si Johnson obtiene el 50% (180 diputados) o más de los votos a su favor, permanecerá como líder conservador y, por lo tanto, como primer ministro y estará a salvo de tal desafío durante al menos un año bajo las reglas del partido. Si no llega a ese margen, será destituido y comenzará una campaña para instalar un nuevo líder, con Johnson excluido.
El hecho de que la votación se lleve a cabo tan rápido ha sido, probablemente, por elección de Downing Street, con la esperanza de que los grupos de rebeldes no puedan coordinarse o hacer campaña contra Boris Johnson.
Un portavoz de Downing Street señaló a The Guardian que "esta noche es una oportunidad para poner fin a meses de especulación y permitir que el gobierno dibuje una línea y siga adelante, cumpliendo con las prioridades de la gente". "El primer ministro agradece la oportunidad de presentar su caso ante los parlamentarios y les recordará que cuando están unidos y enfocados en los temas que les importan a los votantes, no existe una fuerza política más formidable", destacó.
Desde la publicación del informe sobre el escándalo del "partygate", que habló de peleas, borracheras e incluso vómitos inducidos por el alcohol en fiestas en Downing Street, que, además, rompian las normas de confinamiento de la pandemia, Johnson y su gobierno han sido muy cuestionados.
El primer ministro instó a sus compañeros de partido a seguir apoyando el Gobierno, pero, muchos, al regresar a sus distritos electorales la semana pasada, se han encontrado con un coro de críticas sobre el comportamiento de Johnson. El primer ministro también fue abucheado por el público en las celebraciones del Jubileo de Platino de la Reina el fin de semana. Ahora, 54 parlamentarios han decidido dar el paso al frente y pedir la destitución de Johnson.
Probable victoria
Pese a que los medios británicos auguran que la rebelión no conseguirá descabalgar a Johnson, su posición podría quedar muy fragilizada si un gran número de diputados votan en su contra. La votación es anónima, por lo que ministros y altos cargos del Ejecutivo pueden oponerse a su líder sin que sus nombres salgan a la luz.
En torno a 160 de los parlamentarios "tories" ocupan algún cargo gubernamental que pondrían en riesgo ante un cambio de líder, algo que los expertos consideran una posible ventaja para Johnson. Si el jefe de Gobierno gana la votación, no podría convocarse una nueva moción contra él en doce meses.
Para el primer ministro, la votación de censura interna supondrá "una oportunidad para poner fin a meses de conjeturas" sobre su futuro político, según su portavoz. "Es una oportunidad para poner fin a meses de conjeturas y permitir que el Gobierno trace una línea y siga adelante, cumpliendo con las prioridades de la gente", indicó la portavoz. "El primer ministro agradece la oportunidad de defenderse ante los parlamentarios y les recordará que cuando están unidos y centrados en los temas que importan a los votantes, no existe una fuerza política más formidable (el Partido Conservador)", agregó.
El Ejecutivo ha cerrado filas en torno a Johnson, con los pesos pesados explicitando su apoyo al líder, incluidos potenciales candidatos a su puesto, como la ministra de Exteriores Liz Truss. Sin embargo, otros destacados conservadores han anunciado que votarán por la caída de Johnson.
La figura más relevante entre esos rebeldes es hasta ahora el diputado y exministro Jeremy Hunt, a quien se considera como uno de los mayores aspirantes a reemplazar al jefe de Gobierno si éste se ve obligado a dimitir. "La decisión de hoy es cambiar o perder. Yo votaré por el cambio", escribió Hunt en su cuenta de Twitter.
El ahora presidente de la comisión parlamentaria de Sanidad considera que los "tories" van rumbo de perder las próximas elecciones generales. "Las consecuencias de no cambiar (de líder) serán entregar el país a otros que no comparten esos valores (conservadores)", agregó Hunt.
Otro destacado "tory" en reclamar la salida de Johnson es John Penrose, máximo responsable anticorrupción del Gobierno, quien anunció hoy mismo su dimisión en una carta dirigida al primer ministro.
Johnson ha convocado a sus diputados en el Parlamento a primera hora de la tarde para tratar de persuadirles en privado para que renueven su confianza en él. Desde la oposición, el líder laborista Keir Starmer se unió a las voces que piden la caída de Johnson y pidió a los diputados "tories" que voten contra el primer ministro en la moción.