Bruselas

Es un "momento decisivo" y una "elección geopolítica", sostiene el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Se trata de una decisión de trascendencia "histórica", asegura el canciller alemán, Olaf Scholz. Una exhibición de "la unidad de Europa en contra de Putin y a favor de Ucrania, de su soberanía nacional y de su integridad territorial", ha indicado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

[La candidatura de Kiev pone a prueba la capacidad de la UE de absorber a más miembros]

Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete han acordado este jueves, por unanimidad y sin apenas debate, otorgar el estatus de candidato a entrar en la Unión Europea a Ucrania, un país en guerra y con parte de su territorio ocupado por Rusia. Esta decisión era inconcebible hace apenas unas semanas, pero la agresión de Vladímir Putin ha provocado una aceleración sin precedentes de la historia en Europa.

Los líderes europeos han reconocido además como país candidato a la vecina Moldavia, que también está en el punto de mira del Kremlin. Sólo Georgia se queda descolgada de este momento histórico por haber retrocedido en materia de reformas democratizadoras, aunque se le garantiza una "perspectiva europea".

"El Consejo Europeo ha concedido el estatus de países candidatos a Ucrania y Moldavia. Un momento histórico y una señal de esperanza para el pueblo ucraniano", ha dicho el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, el primero en anunciar la noticia en Twitter. "Hoy es un buen día para Europa", ha asegurado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.

Una vez adoptada la decisión, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se ha conectado por videoconferencia a la cumbre y ha trasladado su agradecimiento a los líderes europeos. "Es un momento único e histórico en las relaciones entre la UE y Ucrania. El futuro de Ucrania está dentro de la UE", ha escrito Zelenski también en Twitter.

"Después de que la OTAN ha dicho no a una adhesión de Ucrania, por buenos motivos, nosotros habríamos cometido un error político y habríamos dejado un vacío si no hubiésemos tendido la mano a Ucrania y a Moldavia. Y no podíamos dejar este vacío político y geoestratégico. Este es el sentido de la perspectiva europea y del reconocimiento del estatus de candidato", ha explicado el presidente francés, Emmnauel Macron.

Kiev avanza así hasta la casilla de salida en el proceso de unirse al club, que será largo y tortuoso: las negociaciones de adhesión ni siquiera tienen fecha de inicio y en todo caso costarán años o incluso décadas, ha repetido Macron. La decisión de los líderes europeos tiene un importante valor simbólico, pero conlleva en la práctica muy pocos efectos concretos, ya que no crea ninguna obligación legal o financiera para Bruselas. Así lo demuestra el caso de Turquía, país candidato desde 1999 y que probablemente nunca entrará en la Unión.

Pedro Sánchez conversa con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante la cumbre de este jueves UE

La candidatura de Ucrania pone además a prueba la capacidad de la UE para absorber a nuevos miembros. Con sus más de 40 millones de habitantes, Ucrania se convertiría en el quinto país más poblado de la UE, por detrás de Alemania, Francia, Italia y España y por delante de Polonia. Una adhesión que, de completarse, alterará profundamente los equilibrios de poder dentro de la Unión y desplazará su centro de gravedad hacia el Este.

"Los ucranianos están luchando no sólo por la libertad de Ucrania, sino también por la libertad del mundo democrático. Este apoyo político es muy importante para el espíritu de combate de los ucranianos", ha celebrado el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda. 

Para el primer ministro belga, Alexander De Croo, el reconocimiento de Kiev como país candidato "es una señal importante desde el punto de vista político". "Pero debemos ser claros: para Ucrania va a ser un recorrido muy, muy largo, con reformas enormes que costarán mucho tiempo", ha avisado.

En el mismo sentido se ha expresado el primer ministro holandés, Mark Rutte, que se resistió hasta el final a conceder el estatus de candidato y que ahora resalta que las negociaciones de adhesión no empezarán hasta que Ucrania complete las siete reformas previas que le exige Bruselas en materia de lucha contra la corrupción y refuerzo del Estado de derecho.

El primer ministro holandés, Mark Rutte, conversa con Ursula von der Leyen durante el Consejo Europeo de este jueves UE

Unas reformas que la propia Ursula von der Leyen ha admitido que son muy difíciles de llevar a cabo en una situación de guerra. "A nosotros nos preocupaba que la Comisión se iba a precipitar en la concesión del estatus de candidato. Pero Von der Leyen ha presentado un dictamen muy equilibrado, duro y brutalmente honesto sobre lo que todavía debe hacer Ucrania para que se puedan abrir las negociaciones", señala Rutte. 

En todo caso, la concesión del estatus de candidato (un proceso que normalmente cuesta años) se ha completado en un tiempo récord. Volodímir Zelenski firmó la solicitud de entrada el pasado 28 de febrero, cuatro días después del estallido de la guerra. Descartada de momento su entrada en la OTAN, el presidente ucraniano ha convertido la candidatura a la UE en un emblema de su combate contra el Kremlin.

Los jefes de Estado y de Gobierno, en la sala de reunión del Consejo Europeo UE

Desde el primer minuto, Zelenski contó con el apoyo de Polonia y los Bálticos, que están en primera línea del choque contra Moscú. "Polonia ha sido el principal embajador para conceder el estatus de candidato a la UE a Ucrania. Durante las discusiones en la cumbre de Versalles (a principios de marzo), sólo Polonia y otros pocos Estados miembros estaban a favor", presume el ministro polaco, Mateusz Morawiecki. 

Paso a paso, el presidente ucraniano ha logrado convencer incluso a los más escépticos. Los últimos en ceder han sido el francés Emmanuel Macron y el alemán Olaf Scholz, que anunciaron su cambio de postura durante su visita a Kiev la semana pasada. Después, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, publicó un dictamen positivo, que acabó de decantar a los indecisos más recalcitrantes, Países Bajos y Portugal. 

¿Cuál es ahora el siguiente paso? El Ejecutivo comunitario debe hacer un primer balance a finales de año sobre las reformas exigidas a Kiev, que se refieren sobre todo a la lucha contra la corrupción y la independencia del poder judicial. La próxima etapa, la apertura de negociaciones, requiere de nuevo la unanimidad de los Estados miembros. Un consenso que ya será más difícil de encontrar. Macedonia del Norte y Albania son candidatos desde 2005 y 2014, respectivamente, y aún no han logrado empezar el diálogo.

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