Los ministros de Exteriores de la Unión Europea respaldarán esta semana en Praga la suspensión del acuerdo de visas con Rusia. El objetivo es limitar la cantidad de permisos de viaje emitidos, según adelanta el diario Financial Times, después de que algunos países miembros del este amenazaran con cerrar sus fronteras a los turistas rusos.
A esta decisión se ha opuesto de forma casi inmediata el Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell. "No soy partidario y no es buena idea dejar de entregar visados a todos los rusos", ha declarado en una entrevista a la emisora austriaca ORF, debido a que considera que "cortar el contacto con los civiles rusos" no tendría "resultados positivos".
Algunos países han exigido una acción colectiva a la UE para evitar que los ciudadanos rusos viajen a la UE con visas de turista. Esto supone un desafío más en las relaciones entre Europa y Rusia tras la invasión de Ucrania.
Países como República Checa y Polonia, entre otros, dejaron de emitir visas a los turistas rusos poco después de que el presidente Vladímir Putin ordenara la invasión de Ucrania en febrero. Ahora, además, han exigido que Bruselas promulgue una prohibición total, una petición que comparten con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski.
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Durante este tiempo, muchos estados miembros han otorgado este tipo de documentos a los ciudadanos rusos, lo que les ha permitido viajar a cualquier parte del área Schengen con visado. Por ello, los ministros planean dar apoyo a la suspensión del acuerdo de concesión de visas entre la UE y Rusia en una reunión de dos días en Praga. La misma comenzará este próximo martes.
“Es inapropiado que los turistas rusos paseen por nuestras ciudades y nuestros puertos deportivos”, ha asegurado a Financial Times un alto funcionario de la UE involucrado en las conversaciones. “Tenemos que enviar una señal a la población rusa de que esta guerra no está bien, no es aceptable”, ha añadido.
Trámites más costosos
Algunas partes del acuerdo de 2007, relacionadas con la libre circulación de funcionarios gubernamentales y empresarios, se suspendieron al comienzo de la guerra. Sin embargo, una ampliación de aquello eliminaría el trato preferencial para los rusos al solicitar todas las visas de la UE. Esto requeriría más documentos, lo que los haría más costosos y aumentaría significativamente los tiempos de espera.
“Estamos en una situación excepcional y requiere medidas excepcionales. Queremos ir más allá de suspender la concesión de visas”, ha afirmado el alto funcionario de la UE. También ha señalado que se podrían introducir cambios más profundos sobre este tema para fin de año.
Por el momento, no hay consenso sobre las medidas adicionales que podría tomar Bruselas para reducir la cantidad de visas de la UE emitidas a los rusos. El debate se centra en si detener su emisión por completo o también extender cualquier prohibición a los ciudadanos de Bielorrusia, país que ha apoyado la invasión. Algunos estados miembros, incluido Alemania, han advertido ya de los peligros de una prohibición total.
Josep Borrell, alto representante de Exteriores y Seguridad de la UE, presidirá las conversaciones de Praga. El dirigente español ha asegurado que se opone a la prohibición de todas las visas rusas, diciendo que el bloque necesita "ser más selectivo".
Postura de los países bálticos
Finlandia, Polonia y los países bálticos que limitan con Rusia han sugerido que están preparados para dejar de permitir que los rusos con visas de turista ingresen a sus territorios.
Con la suspensión de los viajes aéreos entre la UE y Rusia, muchos turistas rusos utilizan estos países como ruta de tránsito hacia otros destinos de la Unión. Kaja Kallas, primer ministro de Estonia, afirmó la semana pasada que el 30% de los rusos que viajan a la UE lo hacen a través del país báltico.
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“Espero encontrar una solución europea conjunta sobre cómo limitar significativamente los flujos de turistas rusos a Europa”, ha señalado el ministro de Relaciones Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, quien ha descrito un acuerdo entre los 27 como “el más sostenible y legalmente correcto”. El dirigente ha advertido que “si no se encuentra una solución conjunta, no descartamos un acuerdo regional entre los países más afectados por los enormes flujos de turistas rusos, que abusan de la hospitalidad europea”.
Borrell: "Hay que ser selectivos"
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, considera que esta medida que supone una prohibición total no conseguiría la unanimidad necesaria entre los miembros de la UE.
Sin embargo, ha señalado que es necesario revisar algunos procesos de visado para ciertos grupos rusos. "Tenemos que ser selectivos", ha señalado.
Kiev aprovecha el chantaje
Ucrania ha aprovechado la subida del gas anunciada por Rusia para aunar fuerzas con la comunidad internacional. Kiev no solo necesita armamento para combatir la guerra y poder enfrentarse a Moscú, sino también el apoyo del mayor número de países del mundo para aislar diplomáticamente al Kremlin.
Con la central nuclear de Zaporiyia en manos rusas, Kiev intenta implicar a toda costa a la comunidad internacional en su conflicto armado con Moscú, que se opone a la internacionalización de la guerra.
"Si dejamos que Rusia gane la guerra, entonces podrá dictar sus condiciones a Europa. En el mundo comenzará una reacción en cadena en la que otros Estados autoritarios entenderán que pueden lograr sus objetivos con la ayuda de una guerra agresiva", ha advertido a un diario finlandés Mijailo Podolyak, asesor ucraniano.
Esta nueva estrategia por parte de Ucrania viene tras el órdago de Rusia a Europa, que ha amenazado con subir el precio del gas hasta los 5.000 euros por cada mil metros cúbicos para finales de 2022. Esto supondrá un incremento del 42,8% en la factura. Así lo ha anunciado este domingo el subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia y expresidente del país, Dmitri Medvédev. Los países occidentales vinculan este aumento con la campaña militar rusa en Ucrania.