La posibilidad de que Francisco renuncie al pontificado ha cogido fuerza este domingo tras la visita a la tumba de Celestino V, el primer papa en renunciar voluntariamente al trono de San Pedro hace más de seis siglos, en 1294. Esto ha alimentado la especulación después de que 20 nuevos cardenales fueran juramentados este fin de semana.
Francisco no ha mencionado el tema de su dimisión durante las horas que ha permanecido en L’Aquila, la capital de la región italiana de los Abruzos. Una localidad que se encuentra a un centenar de kilómetros de Roma y a la que el pontífice ha llegado en helicóptero desde el Vaticano. Una vez en la ciudad, el Papa argentino ha recorrido el lugar sentado en una silla de ruedas acompañado de sus ayudantes para cuando necesitaba ponerse de pie.
Esta visita del Papa ha servido para celebrar la fiesta de la Perdonanza, que creó el porpio Celestino V durante los escasos cuatro meses y medio que duró su pontificado. Sin embargo, la ciudad fue destruida en gran parte por un terremoto de 2009 que mató a 305 personas y aún se está reconstruyendo.
En la misa dada este domingo ante miles de personas en una plaza de esta localidad, Francisco ha señalado que en la Divina Comedia Dante había ridiculizado a Celestino por su cobardía al abdicar de su cargo, refiriéndose a la decisión como “el Gran Rechazo”. Sin embargo, Francisco ha considerado que al renunciar al poder, Celestino había mostrado la "fuerza de la humildad".
“A los ojos de los hombres, los humildes son vistos como débiles y perdedores, pero en realidad son los verdaderos vencedores porque son los únicos que confían completamente en el Señor y conocen su voluntad. Ninguna lógica de poder fue capaz de aprisionarlo o manejarlo”, ha asegurado el Papa.
“La humildad no consiste en desvalorizarse a uno mismo, sino en ese sano realismo que nos hace reconocer nuestro potencial y también nuestra miseria”, ha añadido el pontífice.
El predecesor de Francisco, Benedicto XVI, quien en 2013 se convirtió en el primer pontífice en 600 años en renunciar voluntariamente, visitó L'Aquila cuatro años antes de renunciar. En el pasado, Francisco también elogió la valentía de Benedicto a la hora de renunciar.
El Papa ha desestimado los rumores sobre si planea renunciar dentro de poco, pero también ha insistido en que la renuncia debe ser una opción aceptable para los pontífices que sienten que ya no pueden liderar adecuadamente a los más de 1.300 millones de católicos del mundo.
Nuevos cardenales
Francisco ha nombrado el pasado sábado a 20 nuevos cardenales, pero ha decidido aprovechar la ocasión para celebrar también este próximo lunes y martes una reunión en la que ha invitado a participar a todos los 'purpurados' del mundo y en la que soplan aires de cónclave al ser la primera vez en la que aquellos que elegirán al futuro pontífice se verán las caras.
[El Papa nombra nuevos cardenales que podrían elegir a su sucesor]
Para el consistorio, como se denomina a la reunión de cardenales, el primero que se celebra en pleno agosto, se había anunciado el nombramiento de 21 nuevos purpurados, pero serán 20 porque el belga Lucas Van Looy decidió no aceptar la birreta y el anillo cardenalicios.
Dieciséis de los nuevos cardenales podrán ser elegidos para el futuro cónclave como sucesor de Francisco. Según las reglas del Vaticano debe tener menos de 80 años en el momento de la votación, en caso de que renuncie. Estos nombramientos significan que el pontífice ha elegido a 83 de los 132 cardenales para elegir un nuevo Papa, casi dos tercios del total y es el porcentaje necesario para que se apruebe cualquier nombre propuesto.
El periodista Alberto Melloni afirmaba hace unos días en el diario La Repubblica que la reunión tiene "un claro sabor preconclavario" pues "el Papa ha anunciado en repetidas ocasiones que la "puerta de la renuncia está abierta".
"Quizás el Papa lo convocó para verificar la calidad de los nombres que ha elegido o para crear un poco de sociabilidad cardenalicia: pero ciertamente los cardenales nunca han visto un consistorio como este", explicaba Melloni.