Hace casi 200 días que comenzó la guerra en Ucrania. Seis meses desde que Vladímir Putin decidió iniciar una brutal ofensiva que ha sembrado el horror en Europa y que el mandatario ruso sigue tratando de reivindicar ante el mundo. También por escrito.
Este mismo lunes, el presidente ruso ha aprobado una nueva doctrina de política exterior que busca justificar la invasión armada en aquellos territorios donde viven personas étnicamente rusas o de habla rusa. Es decir, países como Ucrania, pero también como Bielorrusia, Kirguistán y Kazajistán o Letonia, Lituania o Estonia.
Para ello habla de la necesidad de proteger al "Mundo Ruso" o al "Russkiy Mir'', un concepto espiritual y político que, para algunos, abarca toda la cultura rusa en su conjunto e incluye a quienes se encuentran fuera de Rusia. Mientras, para otros, este término tiene un componente geográfico y hace referencia a todo lo que una vez fue el viejo imperio zarista.
"Rusia tiene la obligación de proteger, salvaguardar y promover las tradiciones e ideales del mundo ruso", se recoge en el texto. Y aunque podría interpretarse como un intento por promover los valores y tradiciones nacionales, lo cierto es que algunos de los ideólogos del concepto, entre los que se encuentra el ultranacionalista Alexánder Duguin, han utilizado esta expresión para defender la ocupación de cualquier Estado exsoviético.
A lo largo de 31 páginas, el presidente ruso señala la voluntad de la Federación Rusa de "brindar apoyo a sus compatriotas que viven en el extranjero en cumplimiento de sus derechos, para garantizar la protección de sus intereses y la preservación de la identidad cultural".
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A priori, esta doctrina no tiene un carácter militar. De hecho, basta leer el título -Concepto de la Política Humanitaria de la Federación Rusa en el Exterior- para darse cuenta de que se presenta como una estrategia de poder blando. A pesar de ello, esta política consagra las ideas que el Kremlin lleva repitiendo desde finales de febrero para justificar su "operación especial" en Ucrania.
Y no sólo eso. El documento hace hincapié en una de las grandes inquietudes de Putin en materia de política exterior: los 25 millones de rusos étnicos que, a su juicio, se quedaron atrapados fuera de las fronteras tras el colapso de la Unión Soviética, un evento que él considera una catástrofe geopolítica.
Esa preocupación por los rusos étnicos es, precisamente, la que le ha servido de pretexto para llevar a cabo su ideología expansionista y agredir a otros Estados a los que considera parte de su esfera de influencia.
De Crimea a Lugansk
Sin ir más lejos, en 2014, tras la anexión ilegal de la península ucraniana de Crimea, el mandatario dio un discurso en el que explicaba las razones que le habían llevado a invadir el territorio y evocaba el concepto de "Mundo Ruso".
En él afirmaba que "millones de personas se fueron a dormir en un país y se despertaron en muchos otros Estados, convirtiéndose en las minorías étnicas de las antiguas repúblicas soviéticas; así, los rusos se convirtieron en una de las naciones más grandes, si no la más grande del mundo, separada por fronteras".
Rusia tiene la obligación de proteger, salvaguardar y promover las tradiciones e ideales del mundo ruso"
Asimismo, la pasada primavera, el líder ruso utilizó la misma estrategia para explicar por qué reconocía formalmente la independencia de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk. En esa ocasión, durante su discurso a la nación, utilizó el término de "Nueva Rusia" o "Novorrósiya" para referirse a esos dos territorios del sureste de Ucrania que el Imperio ruso conquistó al otomano entre los siglos XVII y XIX.
El verano previo a la guerra actual, el 12 de julio de 2021, Putin también sacó a relucir su propia visión de la historia. Lo hizo en un extenso artículo publicado en la página web del Kremlin donde hablaba sobre los lazos históricos que unían a Rusia y a Ucrania y, sobre todo, sobre su intención de "reunificar el Mundo Ruso".
El mandatario se remontó a la época del antiguo pueblo rus, considerado como el antepasado común de rusos, bielorrusos y ucranianos, y destacó los numerosos hitos de la historia común para argumentar que rusos y ucranianos son "un mismo pueblo": el ruso.
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