El destino de los 300.000 reservistas rusos con experiencia militar llamados el miércoles a combatir en Ucrania estaba escrito antes de que Vladímir Putin lo anunciase por televisión en un inédito e inesperado discurso a la nación. Y es el que el presidente ruso ya había firmado el decreto que ordena una "movilización militar parcial" en Rusia. Un texto abierto y vago que no especifica la fecha de finalización de la medida. Tampoco la cifra de ciudadanos convocados.
A lo largo de lo que parecen diez puntos, el documento establece los términos bajo los que los reclutas pueden saltarse servicio (como superar la edad máxima o estar en baja forma) y habla de las remuneraciones de las Fuerzas Armadas. Tres páginas repletas de generalidades en las que llama la atención el punto número siete. "Para uso oficial", reza el artículo.
Se trata de una cláusula aparentemente clasificada que podría permitir la movilización de un millón de personas y no de 300.000 como había anunciado Putin. Así lo sostiene el diario ruso independiente Nóvaya Gazeta Europe, heredero de la reconocida y crítica cabecera Nóvaya Gazeta que el Tribunal Supremo ruso cerró hace apenas unos días.
Citando a fuentes confidenciales de la Administración presidencial, el periódico asegura que esa cláusula secreta confirmaría los peores temores de la población rusa: que esa "movilización parcial", ya de por si impopular, es en realidad una "movilización general" de la población.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Perskov, se ha visto obligado a desmentir esa información, que ha tachado de "mentira". No obstante, no ha desvelado qué encierra el artículo siete del decreto. "Es algo de lo que no puedo hablar", ha añadido en declaraciones a la agencia de noticias rusa ITAR-TASS.
Lo que sí ha explicado es que los 300.000 reservistas que el Kremlin mantiene que enviará a la guerra "no serán convocados todos a la vez", lo que da a entender quelos reclutas serán entrenados y enviados al campo de batalla en tandas.
Manifestantes citados
La primera de ellas, al parecer, ha empezado este mismo jueves. Apenas 24 horas después del anuncio de Putin, miles de reservistas de distintos puntos de Rusia recibieron la citación oficial para unirse el ejército. Aquellos que no han tratado, no han podido o no han querido huir se han despedido de sus familias y se encuentran ya camino al frente.
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La noche anterior, cientos de rusos se agolparon en las fronteras del país tratando de escapar del servicio militar. En cuestión de horas se agotaron los billetes de avión para salir de Rusia y, en distintas regiones de Rusia miles de ciudadanos salieron a la calle para protestar por la movilización. Unas manifestaciones que acabaron con cerca de 1.300 detenidos en más de 40 ciudades.
De acuerdo con la oenegé OVD-Info, a algunos de esos manifestantes la policía les entregó citaciones para alistarse mientras estaban bajo custodia. Según la ley rusa, que condena con largas penas de prisión a quienes evadan el llamamiento, las autoridades tienen el poder de detener a una persona sospechosa de estar evitando la movilización.
En este sentido, Dmitry Peskov, el portavoz del Kremlin, se limitó a decir que "no va en contra de la ley", recoge la agencia Reuters. Asimismo, la organización de derechos humanos también advierte que se ha llamado a filas también a los periodistas.