Bruselas

"No es la primera vez que podríamos enfrentarnos a un Gobierno con la participación de movimientos extremistas, ya sea de extrema derecha o de extrema izquierda. No es un fenómeno nuevo en la UE", señala el comisario de Justicia, Didier Reynders. La Unión Europea observa con preocupación las elecciones que celebra Italia este domingo, en las que todas las encuestas dan la victoria a la coalición de derechas formada por los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, la Liga de Matteo Salvini y la Forza Italia de Silvio Berlusconi.

Dado que Hermanos de Italia es el partido más grande de la derecha, la nueva primera ministra será con toda probabilidad la posfascista Meloni. Tanto ella como Salvini se han declarado abiertamente eurófobos en el pasado y han coqueteado con la idea de dejar el euro. Los dos -y también Berlusconi- han expresado en algún momento admiración por Vladímir Putin.

El temor en las capitales europeas es que el nuevo Gobierno italiano sabotee las sanciones contra el Kremlin en el momento más delicado de la guerra en Ucrania. O que Roma se embarque en una deriva de descontrol presupuestario que desencadene una nueva crisis de deuda en la eurozona (la deuda italiana supera el 150%). Bruselas ya tiene una mala experiencia en este ámbito: en 2018 tuvo que tumbar los presupuestos del Gobierno populista del Movimiento 5 Estrellas y La Liga porque suponían una vulneración "sin precedentes" del Pacto de Estabilidad.

[Giorgia Meloni, la posfascista de padre 'comunista' que podría gobernar Italia en otoño]

Pese a las frecuentes salidas de tono durante la campaña, Meloni se ha esforzado en las últimas semanas por aplacar la inquietud de Bruselas y suavizar su perfil más radical. En su programa conjunto, la coalición de derechas se compromete a mantener su apoyo a la integración europea y a respetar los compromisos asumidos en el marco de la OTAN de apoyo a Ucrania frente a la agresión de Rusia.

"Es difícil decir qué significará esto para la cohesión de la UE. Salvini ha sido más crítico con la UE en política migratoria o por lo que se refiere a Rusia. Meloni suena muy diferente. Habrá que ver qué pasa. En campaña se dicen unas cosas, pero la realidad después en el Gobierno es diferente. Debemos ser cautos en dar por supuesto que Italia va a cambiar de repetente en temas muy importantes como la guerra en Ucrania o en energía", señala un diplomático europeo.

"Los líderes europeos se están preparando para una fase más problemática en la relación entre la UE e Italia. No creo que estén subestimando los posibles problemas. Pero también es importante no exagerarlos. Meloni intentará parecer dura con la UE, pero al final no querrá arriesgarse a perder el dinero del fondo de recuperación Next Generation", explica a EL ESPAÑOL Luigi Scazzieri, investigador del Centre for European Reform

"Italia se encuentra en una posición financiera tan frágil que no puede permitirse una confrontación con sus socios de la UE. Pero habrá temas en los que un Gobierno de Meloni hará mucho ruido, como la migración o la defensa de los intereses de las empresas italianas", apunta Scazzieri.

De hecho, Italia es el principal beneficiario de las ayudas Next Generation, por delante de España, con 191.500 millones de euros. En su programa, la coalición de derechas anuncia que intentará introducir modificaciones en el plan de recuperación, pero siempre de forma pactada con Bruselas.

El comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, avisa de que el margen de cambios es muy limitado. Y el Banco Central Europeo (BCE) ya ha dicho que la puesta en práctica por parte de Roma de las reformas exigidas por Bruselas es una de las condiciones para activar el nuevo instrumento de control de las primas de riesgo: la deuda italiana es la que más ha sufrido desde el estallido de la guerra y el inicio de las subidas de tipos de interés.

[Polémica en Italia por el saludo fascista de un estratega y amigo de Giorgia Meloni]

En todo caso, la coalición de derechas que se dispone a gobernar Italia, pese al liderazgo de Meloni y la presencia de Salvini, cuenta con la cobertura del Partido Popular Europeo (PPE), al que pertenece la presidenta Ursula von der Leyen. El presidente del PPE, el también alemán Manfred Weber, hace valer el europeísmo de Berlusconi y de su lugarteniente Antoni Tajani, que ha sido comisario y presidente de la Eurocámara.

"Me sorprendió positivamente el programa final de la coalición de centro-derecha. Está muy claro que está a favor de la integración europea, reafirma la cooperación transatlántica con nuestros amigos americanos, su papel en la OTAN y los valores europeos", asegura Weber en una entrevista en Il Corriere della Sera.

"Meloni es amiga del húngaro Viktor Orbán, que ha sido expulsado del PPE, ¿no le provoca eso incomodidad?", le pregutan. "Apoyo a Forza Italia, no tengo que defender a los otros partidos. Lo principal es el acuerdo de coalición con un programa común: el enfoque europeísta y atlantista es muy claro. No hay duda", responde Weber.

Las críticas más duras contra Meloni en Bruselas las ha pronunciado el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans, en su condición de líder de los socialdemócratas europeos. "Hablemos claro: no conozco soberanistas que no sean contrarios a las instituciones europeas. Así que no importa lo que digan hoy. El polaco Kaczynski, por ejemplo, está contra Rusia pero también contra Bruselas y contra las instituciones europeas. Los soberanistas no toleran hacer las cosas juntos", dijo en una entrevista a La Repubblica.

"Todavía tengo una fe enorme en la democracia italiana y sus instituciones. En cambio, tengo miedo de la agenda social y moral de la derecha. Piensa en lo que dicen de las mujeres. Veo que la derecha radical quiere reabrir el debate sobre el derecho al aborto. Lo mismo ocurre con las uniones del mismo sexo. Esta agenda moral y social nos haría retroceder al menos treinta años", sostiene Timmermans.

Noticias relacionadas