El derrumbe de un panteón de cuatro pisos en un cementerio de la ciudad italiana de Nápoles ha dejado al descubierto una docena de ataúdes, algunos de ellos colgando a varios metros de altura. Es la seguna vez que se produce un colapso de este tipo en el mismo camposanto.
Las autoridades sellaron el cementerio de Poggioreale mientras se iniciaba una investigación sobre el colapso del edificio de mármol, llamado Resurrección, en el área de la Puerta Balestrieri. No había visitantes en el camposanto en el momento del colapso.
Los críticos culpan a la mala gestión de los cementerios en la ciudad italiana, ya que Nápoles es una metrópolis caracterizada por una politica que habitualmente está cuestionada por malas prácticas. Sobre todo porque el caso de Poggioreale ya no es considerado una caso aislado por los analistas, sino un hecho sobre el que no se ha tomado ninguna solución ni remodelación del reciento desde el primer derumbamiento que se produjo el pasado 5 de enero.
“El colapso fue precedido por una explosión y una densa nube de polvo”, ha asegurado Vincenzo Santagada, concejal de Nápoles y responsable de los cementerios de la ciudad. “Como administración nos estamos ocupando de todos los trámites necesarios”, ha añadido.
Una investigación paralela después de que unos 300 féretros fueron destruidos en el derrumbe de un edificio en otra área del cementerio en enero.
Las familias de los muertos realizaron una protesta el martes. Es el caso de Maurizio Boddi, cuya esposa, padres y suegros están enterrados en ataúdes de este edificio, ha asegurado al periódico Dire de Italia: "La única suerte es que sus ataúdes no se han caído, ya que están en el interior del edificio".
Versión de los políticos
Los políticos de Campania (a región que rodea a Nápoles) han señalado que los cementerios de la ciudad no han sido atendidos o remodelados durante años.
“Ha habido un nuevo colapso en el cementerio de Poggioreale”, ha escrito en Facebook Francesco Emilio Borelli, consejero regional del partido Europe Greens. “Esta es una situación crítica e inaceptable. Durante demasiados años, los cementerios de Nápoles han sido mal administrados y abandonados a su suerte, siendo víctimas de estafadores y especuladores”, ha aseverado.
En febrero del año pasado, 200 ataúdes cayeron al mar frente a la ciudad costera de Camogli, en Liguria (norte de Italia) después de que unas partes de un cementerio se derrumbaran en un deslizamiento de tierra y que también destruyó dos capillas.