Dos activistas de Just Stop Oil han estampado este lunes dos tartas contra la figura de cera del rey Carlos III de Inglaterra en el Madame Tussauds de Londres. Piden suspender la concesión de licencias y permisos de extracción de petróleo y gas a los que dio luz verde la todavía primera ministra de Reino Unido, Liz Truss. Los dos activistas han sido detenidos por daños contra bienes ajenos.
Esta acción tiene lugar 10 días después de que dos ecologistas del mismo movimiento verde lanzaran sopa de tomate sobre el cuadro de Los girasoles de Vicent Van Gogh en la National Gallery de Londres mientras preguntaban: "¿Vale más el arte que la vida?" con la misma reivindicación que el acto de hoy. El cuadro estaba protegido por un cristal y las dos activistas fueron detenidas.
Según el movimiento ecologista Just Stop Oil, con esta acción exigen el cese inmediato de cualquier nuevo proyecto petrolero o gasístico en Reino Unido, después de que Truss haya levantado el veto al fracking."La ciencia es clara, la demanda es sencilla: detened las nuevas licencias de petróleo y gas", han gritado estos dos activistas mientras lanzaban las tartas a la escultura de Carlos III, que está rodeada de otros miembros de la familia real británica, como su mujer Camilla Parker Bowles o su hijo el príncipe Guillermo.
La figura de Carlos III no ha sido elegida al azar, ya que el rey, siguiendo el consejo de Truss, no acudirá a la Cumbre del Clima, más conocida como COP 27, que se celebrará en Sharm el Sheikh (Egipto) entre el 6 y el 18 de noviembre, donde estaba previsto que pronunciara un discurso. "Ha abandonado sus planes de asistir y dar un discurso", denuncian.
En redes sociales, Just Stop Oil hace un llamamiento a manifestarse cada día a las 11:00 horas frente a Westminster.
Ataques contra obras de arte
Este nuevo ataque de activistas climáticos se produce apenas 24 horas después de que dos ecologistas alemanes lanzaran este domingo un bote de puré contra Los almiares de Claude Monet, en el Museo Barberini de Potsdam, al sur de Berlín
Este tipo de acciones contra obras de arte se han repetido en los últimos meses como forma de protesta de los acivistas climáticos. Hace sólo unos días dos ecologistas pegaron su mano en el cuadro Masacre en Corea de Pablo Picasso expuesto en un museo de Melbourne, en el sureste de Australia, con la intención de llamar la atención sobre la crisis climática. El cuadro no sufrió daños por estar protegido con un fino cristal.
También Just Stop Oil pegó papel sobre El carro de heno, de John Constable, de la National Gallery, como protesta por el avance del cambio climáticon hace unos meses. En mayo de este año un visitante del Louvre, en silla de ruedas y disfrazado, lanzó una tarta contra La Gioconda de Leonardo da Vinci.
En julio le llegó el turno a La primavera de Botticelli: tres activistas de Ultima Generazione pegaron sus manos al lienzo. También del movimiento Letzte Generation fueron en agosto hasta el Laocoonte y sus hijos y le colgaron al mito griego una pancarta que decía "Ni gas ni carbón".