Linda pone nombre propio -no necesariamente real, pero así la identifican las autoridades italianas- a una de las millones de historias posibles sobre migrantes. Con apenas cuatro años ha navegado sin su familia de Túnez a Lampedusa, todo a raíz de una cadena de infortunios que los separó a la hora de partir. Sus padres priorizan abrazarla de nuevo, aunque sea en el lugar del que pretendían escapar.

Son originarios de Sayada, ciudad costera próxima a Monastir, 160 kilómetros al sur de la capital. El padre de Linda, un vendedor ambulante de comida, no puede ganarse la vida en un contexto de profunda crisis política y escasez de alimentos. Su otra hija, de siete años, tiene una afección cardíaca y necesita atención médica permanente. Entre su documentación para el viaje estaba el historial clínico de la menor, que esperaba que en Europa pudiera recibir el tratamiento adecuado.

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Llegó el día del viaje. Debían nadar unos metros para subir a bordo. El padre lo hizo cargando con Linda y unos metros atrás escuchó gritar a su esposa, junto a la otra niña. Se encontraba en el agua con equipaje y tenía miedo de ahogarse. El padre dejó a Linda en la embarcación y volvió al agua para ayudar a su mujer y su hija. En ese momento, relata The Guardian, "el conductor del bote vio los grandes faros de un camión y pensó que era la policía, así que encendió el motor y se puso en marcha".

Repatriación

Linda, acompañada de otras 70 personas, emprendía el peligroso trayecto sin sus padres, que fueron detenidos y encarcelados acusados de abandonar a la menor, y liberados una vez se confirmó que la pequeña alcanzó tierra sana y salva tras 26 horas en el mar. Fue el 17 de octubre. En este momento, el Gobierno de Túnez intenta la repatriación, pero el de Italia pone toda serie de problemas. 

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Linda "pregunta constantemente por sus padres", que tienen prohibido viajar. Se encuentra en un centro para niños en Palermo. Está bien pero aún bajo los efectos de un shock emocional, explican al Guardian personas conocedoras del caso. "Juega con otros niños y un equipo de apoyo psicosocial la ayuda a liberar sus miedos y presión", según una portavoz de Save the Children.

Un juez siciliano ha bloqueado la repatriación, pero no ha tomado la decisión definitiva, que basará en todas las pruebas que reúna sobre ese momento en el que Linda y su familia quedaron separados. Si determina que se trató de un infortunio y no de un acto voluntario, Linda podrá regresar.