Un aristócrata, una jueza, militares... los 'ciudadanos del Reich' tras la intentona golpista en Alemania

El golpe, amén de las 25 personas detenidas, ha fallado, pero la puesta en escena del Reichsburger (Movimiento de Ciudadanos del Reich) evidencia el momento de efervescencia que vive la extrema derecha europea y, en particular, la alemana.

De haberse consumado el golpe, de forma inmediata, Alemania hubiera asumido un Gobierno con tintes dictatoriales, al más puro estilo nacionalsocialista, que estaría liderado por el aristócrata alemán Enrique XIII, quien se encontraba desde hace tiempo bajo vigilancia por las autoridades policiales. Este acomodado noble, propietario de un pabellón de caza, era, según dicta la principal línea de investigación sobre la que se trabaja ahora mismo, "el cabecilla" de toda una operación maniatada desde, al menos, noviembre de 2021.

En conjunto, los acusados habrían articulado una administración paralela al Ejecutivo del citado tiempo a esta parte. Esta estructura estaba lista para volverse completamente operativa en cuanto triunfase el golpe. Su diseño también incluía un brazo militar que se encontraba siendo instruido en campos de tiro. Para ello, contaban en sus filas con la presencia de exregulares de las fuerzas armadas alemanas, es decir, civiles que sirvieron a la Bundeswehr en el pasado.

Para garantizar el suministro de armamento, según apunta el Bild alemán, habían fundado empresas de seguridad nacional con un organigrama militar propio, la mayoría de ellas estaban armadas.

La identidad del jefe de este brazo militar, según ha trascendido, es Rudiger v. P., exteniente coronel de las fuerzas armadas y comandante del batallón de paracaidistas 251, asegura el mencionado medio. El personal administrativo del citado militar incluye a: Maximilian E., Michael F., Frank H., Thomas M., Wolfram S., Marco v. H., Peter W. y Christian W. Entre sus tareas estaban reclutar a nuevos miembros, adquirir armas, establecer una estructura de comunicación e informática a prueba de errores, entrenamiento militar, elaborar planes para un futuro alojamiento y, sobre todo, propaganda entre las filas de la policía y el ejército. Habrían comprobado la idoneidad de varios atrincheramientos militares en los últimos meses con el objetivo de mantener un ejército propio.

El brazo legislativo lo ocupaba Birgit Malsack Winkemann, abogada y jueza afiliada al partido Alternativa para Alemania (AfD), la extrema derecha alemana. En relación a su actividad política, fue miembro del parlamento entre 2017 y 2021.  Antes de ello, había ocupado el cargo de magistrada vitalicia en Berlín. A comienzos de año había vuelto a la actividad jurídica en el Tribunal de distrito de la capital. Tras su arresto este miércoles, ha quedado apartada de las decisiones que tome el mencionado estamento.

El momento de la detención de Birgit Malsack-Winkemann, indican medios germanos Reuters

Dentro del organigrama del golpe hubiera ostentado la cartera de Justicia, además, según asegura Spiegel, como tiradora deportiva, también se encuentra en posesión de armas. Una diputada del grupo de izquierdas había solicitado su inhabilitación del cargo de juez en base a sus dudas sobre "la lealtad constitucional", solicitando a tales efectos "un retiro temporal" a fin de evitar un grave perjuicio político.

El Tribunal Administrativo de Berlín, encargado del caso, rechazó la solicitud de jubilación anticipada al no percibir el riesgo. Como miembro de una organización de extrema derecha, la policía mantenía una serie de pesquisas abiertas en relación a su perfil.

Desde su formación se han mostrado sorprendidos por el arresto de su exdiputada, matizando que ahora "se deben de recopilar todas las informaciones posibles". Kristin Brinker, líder de la AfD, ha asegurado no haber notado radicalización en su compañera y que esta no estaba activa en el partido desde hace un año. 

Por el momento, se desconocen más identidades relacionadas con la macrooperación judicial desarrollada en la mañana de este miércoles. Sí ha trascendido que las pesquisas han obligado a intervenir, de forma conjunta, a la Policía italiana y austriaca en colaboración con la alemana.

Los miembros de los Reichsburger no reconocen a la Alemania actual como un Estado legítimo. Algunos de ellos son devotos del imperio alemán bajo monarquía, mientras que otros son partidarios de las ideas nazis, algunos, incluso, creen que Alemania está bajo ocupación militar. L

La agencia de inteligencia nacional de Alemania atribuye unas 21.000 personas al movimiento Reichsburger, de las que alrededor del 5% son consideradas extremistas de extrema derecha.