El Parlamento Europeo ha destituido a su vicepresidenta Eva Kaili solo cuatro días después de su detención por su supuesta participación en una trama de sobornos de Qatar. La presidenta de la cámara, Roberta Metsola, ya le retiró sus competencias durante el fin de semana, pero no podía apartarla del cargo sin el votarse en pleno, como ha ocurrido este martes en Estrasburgo, superándose la mayoría de dos tercios exigida: 625 votos a favor, uno en contra y dos abstenciones.
La institución ha actuado rápido -poniendo en marcha una investigación interna y paralizando indefinidamente el acuerdo para levantar la exigencia de visados a los ciudadanos qataríes que viajan a la Unión- y se ha expresado tajante en voz de Metsola, quien ha afirmado que "el Parlamento Europeo y la democracia europea están siendo atacados" y se ha comprometido: "No habrá impunidad. (...) No esconderemos la basura bajo la alfombra".
La griega Kaili (44 años) no ha encontrado respaldo ni el beneficio de la duda en su familia política, los socialdemócratas, que la han expulsado del grupo y que se presentarán como "parte perjudicada" en la causa judicial. Arrestada el viernes, afronta cargos por pertenencia a organización criminal, corrupción y blanqueo de capitales en el marco de la investigación sobre presuntos sobornos de Qatar a personas que pudieran influir en la toma de decisiones de la Eurocámara.
"Qatar es líder en derechos laborales"
Kaili mantuvo en noviembre reuniones en Qatar, encuentros de alto nivel con el primer ministro y con el ministro de Trabajo. Semanas después, pronunció en el estrado un enérgico discurso sosteniendo que aquél país es "líder en derechos laborales" o que el Mundial de fútbol -murieron miles de personas en la construcción de los estadios- "es una prueba de cómo la diplomacia deportiva puede lograr una transformación histórica de un país con reformas que inspiran al mundo árabe".
Varios eurodiputados venían denunciando una campaña de presión por parte del régimen qatarí con motivo del voto de una resolución crítica precisamente con la celebración allí del campeonato. La policía judicial belga sospechaba desde hace varios meses que "un país del Golfo" había irrumpido en el corazón de las instituciones europeas y empezado a corromperlas con "grandes sumas de dinero y obsequios importantes" -según la fiscalía- para cambiar voluntades en votaciones clave.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, calificó lo ocurrido hace unas horas como "una noticia muy, muy preocupante". "Se trata de acusaciones muy graves", añadió el español, que presidió la Eurocámara entre 2004 y 2007.
Kaili es solo la cabeza visible entre los investigados y aún se desconocen las dimensiones del caso. Este lunes, la policía llevaba a cabo una redada en la sede del Parlamento. La dirigente ha sido apartada del cargo de vicepresidenta pero no del escaño, que conserva y del que no pueden expulsarla: tendría que renunciar ella.