Cientos de manifestantes contrarios a la reforma de las pensiones de Emmanuel Macron han bloqueado este jueves el acceso a la terminal 1 del aeropuerto de Charles de Gaulle, el mayor de Francia. Si bien en este momento no hay vuelos afectados, las aerolíneas han anunciado que cancelarán entre el 15 y el 20% de sus operaciones este fin de semana en distintos aeropuertos de Francia.
Varios viajeros se han visto obligados a llegar a pie al aeropuerto ya que se ha cortado el acceso a la terminal 1 por carretera debido a una manifestación espontánea de trabajadores. Decenas de coches se encuentran parados y agentes de la Policía de París han acudido a la zona.
Los manifestantes, en contra del aumento de la edad de jubilación de 62 a 64 años, ya están desbloqueando los accesos y abandonando poco a poco el aeropuerto en dirección a la plaza de la Bastilla de París, desde donde partirá una manifestación contra el Gobierno de Macron que se prevé multitudinaria. Las autoridades esperan entre 600.000 y 800.000 personas en toda Francia.
Cancelación de vuelos el fin de semana
La Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) ha anunciado este jueves en un comunicado que ha pedido a las compañías aéreas que reduzcan su programa de vuelos para el viernes en un 30% en el aeropuerto parisino de Orly y en un 20% en los de Marsella, Burdeos y Lyon.
Para el sábado, las aerolíneas tendrán que anular un 15% de las operaciones en Orly y de nuevo el 20% en Marsella, Burdeos y Lyon. Todavía no hay indicaciones para el domingo porque los controladores aéreos -que son los que hacen paro, no el personal de las compañías- tienen que pronunciarse con 48 horas de antelación.
Este jueves, coincidiendo con la novena jornada de movilización nacional contra la reforma de las pensiones convocada por todos los sindicatos, se han suprimido de forma preventiva un 30% de los vuelos en Orly y un 20% en Marsella, Toulouse y Lyon.
¿Sin queroseno en los aeropuertos?
Los problemas para la actividad aérea podrían ir más allá de la huelga de los controladores aéreos, porque, como reconoció este jueves el propio Gobierno, hay inquietud sobre el aprovisionamiento en queroseno de los aeropuertos de París.
De hecho, el Ministerio de la Transición Energética ha indicado que ha aprobado un decreto para obligar a trabajar a algunos empleados de la refinería de Gonfreville del grupo TotalEnergies en Normandía de la que se abastecen, aunque por el momento no ha decidido notificarles esa obligación.
El Ministerio explicó que "el Gobierno sigue la situación hora a hora" y que aplicará esas obligaciones "cuando no se puedan evitar".
Delante de esa refinería de Gonfreville, esta mañana se había constituido un piquete de huelga que intentaba evitar que esas notificaciones se formalizaran impidiendo el cambio de turno.
Trenes cancelados y basura
Los paros igualmente van a continuar el fin de semana en los ferrocarriles y, aunque la compañía estatal SNCF todavía no ha dado cifras globales de los trenes que no circularán, los viajeros ya están recibiendo notificaciones en caso de anulaciones.
En la recogida de basuras, las convocatorias de huelga en París y en su área metropolitana se han prolongado de momento hasta el lunes, con varios miles de toneladas de residuos todavía acumulados en las calles e incineradoras paradas.
Artículo 49.3
Las protestas estallaron después de que Macron decidiera utilizar el artículo 49.3 de la Constitución para evitar someter a votación en la Asamblea Nacional de Francia la reforma de las pensiones, después de constatar que el Gobierno no tenía la mayoría suficiente para sacar adelante uno de los proyectos estrella del presidente de francés.
La justificación de la reforma dada desde el principio por el Gobierno de Macron es garantizar el equilibrio financiero en el horizonte de 2030, ante el potencial déficit en los próximos años por el envejecimiento de la población, que supone un mayor número de jubilados y menos cotizantes.
El Consejo de Orientación de las Pensiones (COR, un órgano oficial consultivo) calcula que ahora y hasta el horizonte de 2027-2028, el déficit de ese régimen será de entre 9.000 y 11.000 millones de euros anuales, una cifra que aumentará a 16.000 para 2032. En términos relativos, eso significará un agujero de entre cinco y ocho décimas del producto interior bruto (PIB).
Para compensar ese déficit, la principal medida consiste en retrasar progresivamente hasta 2030 la edad mínima de jubilación en dos años, de los 62 actuales a 64.