Sólo en dos ocasiones el presidente francés, Emmanuel Macron, ha hablado en público sobre la polémica reforma de las pensiones que ha provocado una oleada de indignación entre la ciudadanía. Ha sido lunes, a las 20 horas, cuando el líder galo se ha dirigido a la nación en un discurso televisado con el objetivo de rebajar la creciente tensión social y política desatada por su proyecto estrella que eleva la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64.
"Nadie, y mucho menos yo, puede hacer oídos sordos a las manifestaciones". Con estas palabras ha iniciado Macron su alocución: haciendo referencia a las movilizaciones que llevan casi cuatro meses sacudiendo las calles del país. "La respuesta no puede ser el inmovilismo ni el extremismo", ha matizado antes de señalar que,"ante esta ira y sentimiento de abandono tenemos que actuar juntos".
En esta línea, el presidente francés ha defendido que la reforma de las pensiones "era necesaria" para evitar la acumulación de déficit y ha anunciado un plan impulsar Francia en los próximos 100 días. "Crearemos un nuevo pacto de vida en el trabajo a través del diálogo social", ha indicado. Para ello, ha aclarado, "mantendrá la puerta siempre abierta a patronal y sindicatos para conseguir mejorar las condiciones de trabajo".
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No obstante, las principales fuerzas sindicales del país -la Confederación General de Trabajadores (CGT) y la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (DFDT)-llevan meses protestando contra la reforma y ya han avanzado que no reanudarán conversaciones con el Gobierno sobre ningún tema hasta que se revierta la norma, que ha tenido un paso por el legislativo accidentado.
El pasado viernes, el Consejo Constitucional -el equivalente al Tribunal Constitucional español- derribó los últimos obstáculos para la implementación de la reforma. Los nueve miembros del órgano, conocidos como los sabios, dieron luz verde a la totalidad del texto. La madrugada del sábado, Macron promulgó su impopular reforma de pensiones.
Previamente, el líder francés aprobó la reforma por decreto a través del artículo 49.3 de la Constitución, un mecanismo legal que permite pasar una norma sin ser sometida a votación parlamentaria.