La muerte de Silvio Berlusconi (Milán, 1936) a los 86 años ha dejado en shock a Italia. El que fuera primer ministro del país ha tenido una vida plagada de lujos y de ganancias millonarias, pero también de escándalos, de juicios y de multitud de polémicas. En total, 36 juicios. Todo un récord para un primer ministro italiano.
Polémicas desencadenadas por la gran cantidad de hilos que fue capaz de mover durante sus múltiples actividades empresariales en todos los frentes que mantuvo abiertos durante su trayectoria. Sin embargo, solo en uno de ellos terminó con una sentencia que se convirtió en firme el 1 de agosto de 2013.
Empresario, magnate de los medios de comunicación, presidente y propietario de clubes de fútbol, y una extensa carrera como político, le permitieron hacer una gran fortuna. Un camino forjado a fuerza de escándalos y de controversias que mancharon su trayectoria y que le convirtieron en un personaje con una dudosa reputación.
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Juicios donde le acusaron de graves cargos como contabilidad falsa, corrupción, falso testimonio, malversación, difamación, sobornos, abuso de poder, tráfico de drogas… Una larga lista que no fue óbice para que contraatacara defendiéndose apelando hasta la última instancia disponible, siempre fiel a su papel de fajador.
Habitual de las salidas de tono, las bravuconadas y sus líos con la justicia, sus gestiones siempre estuvieron marcadas por el sello personal de una figura que fue capaz de hacer cualquier cosa con tal de salirse con la suya y seguir haciendo inmenso su imperio. Incluso llegó a acusar a los fiscales de "rojos comunistas" y de "politizados".
¿Cómo fue el 'caso Ruby' y los abusos de menores?
Si algo ha estado presente en la vida de Silvio Berlusconi han sido sus escarceos amorosos y las polémicas con sus relaciones reconocidas y no reconocidas. Sin embargo, alguno de sus vicios fueron mucho más allá de la ley como sucedió en el 'caso Ruby', uno de los episodios más oscuros de su trayectoria.
Una joven marroquí, de nombre Karima El Mahroug, que era conocida como 'Ruby Rompecorazones', fue arrestada con apenas 17 años por un robo menor. Como parte de la investigación, se descubrió que la joven había asistido en multitud de ocasiones a varias fiestas organizadas por Berlusconi tanto en Milán como en Roma. El magnate le entregaba regalos y le pagaba a cambio de mantener relaciones íntimas con ella.
En un primer momento, la propia Ruby llegó a denunciar a Silvio por esta cuestión. Sin embargo, poco después ambos negaron esta circunstancia. Como parte de la denuncia, la propia Karima contó que en estas fiestas se realizaban rituales de origen de africano, los famosos 'Bunda-Bunda'. Estos generalmente consistían en que una decena de chicas desnudas rodeaba al anfitrión en una pileta y jugaban con él bajo el agua.
La promiscuidad y los actos subidos de tono eran el principio de estas orgías que se extendían durante días. Otros de los asistentes describieron estas fiestas como olimpiadas sexuales con strippers que incluían bailes sensuales y otras acrobacias afrodisíacas. Ante esta escalada de acusaciones, 'il Cavaliere' intentó librarse por la vía judicial de estos escándalos. Quiso bajar la edad desde la que los menores tenían permitido tener sexo con personas adultas sin penalización.
Poco después, su ministro de Justicia, Angelino Alfano, quiso sacar una ley que estableciera que los cuatro hombres más importantes del estado -presidente, primer ministro y presidentes de la Cámara de los Diputados y el Senado- no pudieran ser juzgados más que por delitos relacionados con el ejercicio de sus funciones.
Después de fracasar estos intentos, los testigos y denunciantes del caso comenzaron a rectificar sobre sus versiones y a desdecirse. En un primer momento, el ex primer ministro italiano fue condenado a siete años de prisión y a una inhabilitación de por vida de ocupar un cargo público por abuso de poder e incitación a la prostitución de menores. Sin embargo, un año más tarde, la condena fue revocada y, finalmente, quedó absuelto.
¿En qué consistió el fraude fiscal por el 'caso Mediaset'?
Silvio Berlusconi fue toda una institución en Italia, pero también en España, especialmente por su papel en los medios de comunicación. El político y empresario fue el fundador del Grupo Mediaset.
El 'caso Mediaset' arrancó en 1992. Fue entonces cuando se descubrió que el grupo había creado una red de empresas offshore en paraísos fiscales para evadir impuestos. ¿Cómo? El Grupo compraba derechos de televisión de eventos deportivos a precios inflados para, posteriormente, registrar estas compras como gastos deducibles de impuestos.
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Había veces en las que dichas compras fueron hechas a empresas ficticias que pertenecían a la propia Mediaset. Por tanto, era la pescadilla que se mordía la cola, ya que se compraban los derechos de televisión a sí mismos.
En 2006 fue acusado de corrupción, fraude fiscal y falsificación de cuentas. Y hubo que esperar al 1 de agosto de 2013 para ver la resolución del caso y su única condena definitiva: un año de cárcel pero no fue encarcelado debido a su edad y a una ley de amnistía. Eso sí, cumplió con trabajos para la comunidad en un geriátrico durante un año. También le supuso su expulsión del Senado y la renuncia al título de 'Cavaliere'.
¿A qué otras batallas judiciales hizo frente?
Múltiples han sido las batallas judiciales a las que se enfrentó Silvio Berlusconi en sus más de ocho décadas de existencia. Cargos que fueron de lo más variado. Así, por ejemplo, tuvo que sentarse en el banquillo de los acusados porque, presuntamente, había sobornado a su abogado David Mills.
En concreto, le habría ofrecido 600.000 euros para que diera un falso testimonio en dos juicios contra él. De esta manera, no saldría a la luz información relevadora y comprometedora sobre algunos de sus negocios.
Cuando menos resulta curioso que, cuando sucedieron los hechos, 'il Cavaliere' era primer ministro de Italia. Él fue absuelto por prescripción; Mills condenado a cuatro años de cárcel.
Otro capítulo de esta saga de juicios tuvo que ver con una trama de espionaje. ¿Su nombre? 'P3'. O 'caso Previti'. En dicha red de espionaje cabían políticos, empresarios y miembros de los servicios secretos italianos.
El nombre Previti se debió a que, según las investigaciones, la red había sido desarrollada por el abogado Cesare Previti que, en el pasado, había trabajado para Berlusconi. Fue acusado de corrupción y tráfico de influencias por ayudar a Berlusconi a sobornar a un juez y tener un fallo favorable.
¿Más historias? El 'caso Unipol', donde se le acusó de tráfico de intereses a la hora de vender una compañía de seguros. Condenado en primera instancia, fue anulada por el Tribunal Supremo. O el 'caso Lodo Mondadori', acusado de corrupción en la compra de la editorial del mismo nombre. Aquí fue absuelto en última instancia.