Rusia investiga si los servicios de inteligencia de Occidente estuvieron implicados en la rebelión del grupo de mercenarios rusos Wagner. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha declarado este lunes al canal de televisión RT que Rusia tiene "estructuras con este fin y les aseguro que ya se dedican a eso".
Por el momento, se sabe que varios diplomáticos estadounidenses, entre ellos la embajadora en Moscú, Lynne Tracy, mantuvieron contacto con las autoridades rusas durante el intento de sublevación del sábado. Según el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, Washington quiso asegurarse de que las autoridades rusas protegerían al personal diplomático estadounidense si fuera necesario.
El jefe de la diplomacia del Kremlin añadió al respecto que los servicios de inteligencia estadounidenses esperaban que el motín tuviese éxito: "Vi cómo informaban de los sucesos en Rusia. En particular la CNN, si mal no recuerdo, informó que la inteligencia estadounidense sabía con varios días de antelación de los preparativos del motín, pero decidió no comentarlo a nadie, por lo visto con la esperanza de que la rebelión tuviera éxito", dijo.
Sin embargo, comentó que este domingo la embajadora de EEUU, Lynne Tracy, "transmitió señales" a los representantes rusos "que radicaban ante todo, en que Estados Unidos no está implicado en esto [la rebelión], que confiaba en que las armas nucleares estuvieran bien y que los diplomáticos estadounidenses no se vieran afectados". Además, señaló que la embajadora estadounidense "subrayó de modo especial que EEUU parte del hecho de que todo lo sucedido es un asunto interno de Rusia", informa Efe.
Lavrov recordó que EEUU siempre reacciona de modos muy diferentes ante los intentos de rebeliones en terceros países, en dependencia de quién está en el poder y quién trata de dar el golpe de Estado, y se refirió en particular lo ocurrido en Ucrania en 2014: "Las provocaciones sangrientas contra agentes del orden desarmados, el golpe de Estado contra el presidente legítimo pocas horas después de que se firmara un acuerdo apoyado por la UE para solucionar el conflicto. EEUU no protestó contra esta revuelta, al igual que sus aliados europeos", aseveró.
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Sin embargo, denunció que Occidente calificó de intentona golpista las protestas pacíficas de Moldavia contra la presidenta europeísta Maia Sandu, en las que participaron miles de personas.
"Donde a Occidente le interesa conservar las autoridades que abrigaron, no puede haber protestas por definición, pero donde las autoridades no responden a los intereses hegemónicos sino a los intereses nacionales del país y el pueblo, lanzan cualquier tipo de escoria en contra de ellas", dijo. Según Lavrov, "esas son las reglas estadounidenses, el mundo al estilo norteamericano, tal y como lo quieren ver y como lo quiere fortalecer".
Por el contrario, indicó, a raíz de los sucesos del 24 de junio muchos diplomáticos llamaron al Ministerio de Exteriores ruso "con mensajes de solidaridad, apoyo y seguridad en que la situación se mantendrá bajo control, que retornará al cauce constitucional".
"Yo también sostuve varias conversaciones telefónicas por iniciativa de mis colegas extranjeros. Muchos de ellos [...] pedían que no hiciéramos públicas estas llamadas, por ello tratamos de no hacerlo, respetamos sus solicitudes", aseguró.