Parece que la calma empieza a llegar, poco a poco, a Francia. Después de cuatro intensas noches marcadas por los saqueos, incendios y ataques contra la policía y los espacios públicos, este sábado parece haber sido algo más tranquilo, aunque no ha estado exento de actos esporádicos de violencia.
De nuevo, Emmanuel Macron ha desplegado a 45.000 agentes a lo largo y ancho del país para evitar que el caos reine en las calles, como lo ha hecho desde la muerte de Nahel por los disparos de un policía el martes. En esta ocasión ha surtido más efecto que en la noche del viernes. No obstante, a las ocho de la mañana el ministro Gérald Darmanin informaba de al menos 719 detenciones desde el inicio de la tarde y afirmaba que "es una noche más tranquila gracias a la decidida actuación de la policía".
La ciudad donde se han producido más enfrentamientos contra las fuerzas de seguridad ha vuelto a ser Marsella. A principios de la noche se han vivido algunos momentos de tensión y, entre los incidentes más violentos que se han registrado, está el saqueo de un estanco de tabaco que ha terminado con el dueño herido.
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Según Le Monde, el propietario se había quedado dentro de su negocio para vigilar, pero un grupo de alborotadores consiguió romper la verja y entró a robar, agrediéndole por el camino. En esa ciudad portuaria se habían arrestado a 56 personas pasadas las dos de la mañana.
En el centro de Lyon, otra de las ciudades más afectadas por los disturbios el pasado viernes, también ha bajado la tensión y, según Le Monde, no se han registrado saqueos ni enfrentamientos. Sin embargo, en distritos de la periferia se han podido escuchar disparos de mortero y en Givors se produjo un intento de asalto a la biblioteca.
La capital, París, también ha sido un foco caliente en las protestas por la muerte del joven de 17 años. Al igual que en otras ciudades, la intensidad de los altercados ha sido mucho menor, aunque a la 1:30 el Ministerio del Interior informaba de 126 arrestos solo en esa ciudad. En la zona de los Campos Elíseos, por ejemplo, se han vuelto a ver coches volcados usados para formar barricadas.
Pese a todo, no hay que olvidar que importantes actos de violencia, aunque más esporádicos, han seguido ocurriendo esta noche y que muchos de los participantes son jóvenes de entre 13 y 18 años. Por ejemplo, en la localidad de L'Haÿ-les-Roses la casa del alcalde ha sido atacada por un coche en llamas y su mujer ha tenido que ser hospitalizada.
En Brest, al noreste del país, se ha incendiado un concesionario de Renault. Y situaciones parecidas se han vivido en Niza, Rennes... Y hasta Suiza, donde se han expandido los disturbios. Según Le Figaro, en la ciudad suiza de Laussane se produjeron escenas de violencia y saqueos que se inspiraban en las imágenes de los disturbios franceses.
"La gente se reunió en el Flon (en el centro de Lausanne) el sábado por la noche llamando a propagar los incendios del otro lado de la frontera. Esos mensajes se difundieron por las redes sociales y a primera hora de la tarde, individuos atacaron a la Fnac, rompiendo la puerta y agrediendo a los policías que venían a resguardar el local", afirma el periódico. Unos altercados en los que habrían participado, según testigos presenciales, centenares de personas.
Funeral de Nahel
Mientras tanto, en Nanterre, hogar de Nahel y lugar donde se iniciaron las protestas, esta noche ha reinado la calma. El joven fue enterrado este sábado y, según Le Monde, al funeral acudieron varios cientos de personas que hicieron fila para entrar a la gran mezquita del distrito y dar su pésame a la familia.
El policía que tiroteó a Nahel continúa en prisión preventiva por homicidio doloso.