Desde que empezó la contraofensiva ningún ataque ucraniano contra las filas enemigas ha sido terminal. Sin embargo, el goteo diversificado, lento y constante de golpes en diversos ejes (algunos de ellos inesperados) ha logrado no sólo confundir a los rusos, sino provocar grietas en las capas defensivas del ejército del Kremlin.
Un claro ejemplo de ello es Bakhmut, en la región de Donetsk (en el este), donde en los últimos días las fuerzas ucranianas han dado un nuevo empujón para recuperar la ciudad que tanto significa simbólica y estratégicamente. En concreto, Kiev ha logrado consolidar sus posiciones en el flanco sur que rodea Bakhmut.
Según recoge el Institute for the Study of War (ISW), han sido varios blogueros militares rusos los primeros en informar de que allí los ucranianos han conseguido penetrar en las afueras de Klishchiivka este martes. Se trata de una pequeña aldea que tiene un gran valor, ya que se encuentra en un terreno elevado desde el que se pueden observar las principales carreteras de acceso a Bakhmut, situada a unos escasos siete kilómetros.
Además, las tropas de Ucrania también habrían "noqueado" a los rusos en posiciones cercanas a Andriivka, otro de los asentamientos clave cercanos a la ciudad que los rusos tomaron el pasado mayo, según ha informado este martes el portavoz del Estado Mayor delas Fuerzas Armadas de Ucrania, Andriy Kovalev, en su canal de Telegram.
Los avances forman parte de un plan para "rodear a Bakhmut" y expulsar a las fuerzas rusas, ha señalado el martes el portavoz de la agrupación oriental de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Serhii Cherevatyi, en declaraciones recogidas por la CNN. Tomar estas dos localidades facilitaría a las fuerzas ucranianas atacar objetivos rusos en la ciudad y sus alrededores desde terrenos más elevados. Y no sólo eso: permitiría cortar las líneas de suministro que van hacia la ciudad reducida a ruinas y escombros.
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Estas pequeñas y relativas conquistas vienen precedidas de discretas pero fructíferas embestidas. De hecho, la viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Maliar, ha indicado que sólo la semana pasada sus fuerzas liberaron cuatro kilómetros cuadrados de territorio en dirección a Bakhmut. "Durante la ofensiva en este sentido, se han desocupado 35 kilómetros cuadrados en total", ha detallado en las redes sociales.
Ucrania escapa del frente
En el sur, en la región de Zaporiyia, Ucrania parece estar siguiendo una estrategia similar: insistir sin descanso hasta agotar las defensas que Rusia consolidó meses atrás. De acuerdo con el último informe del ISW, los soldados ucranianos siguen lanzando ofensivas en Velyka Novosilka y habrían logrado avanzar casi dos kilómetros cuadrados en dirección a Orijiv, aunque las imágenes geolocalizadas recogidas por el think tank estadounidense muestran que las tropas rusas estarían resistiendo con éxito.
Ahora bien, el extenso frente del sur es una prioridad para las tropas de Volodímir Zelenski que buscan romper el corredor terrestre que une la península de Crimea anexionada ilegalmente en 2014, las regiones ocupadas del Donbás y la Rusia continental. Y para lograrlo el avance terrestre no es suficiente. Por ello, llevan ya tiempo lanzando quirúrgicos ataques sobre objetivos alejados de la línea del frente, como el que la semana pasada destrozó parcialmente el puente de Kerch por segunda vez en un año.
Sin ir más lejos, este mismo lunes Kiev trató de bombardear con 17 drones un depósito de municiones situado al norte de Crimea. Y aunque las autoridades rusas aseguran haber repelido el ataque, se vieron obligadas a cortar temporalmente el tráfico en una importante autopista y una línea ferroviaria que cruza la península, según informó el Ministerio de Defensa ruso.
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No obstante, este no ha sido el golpe que más ha preocupado a Rusia. Al mismo tiempo, el Kremlin denunció que Ucrania había intentado bombardear con drones el corazón de Moscú, a lo que el Kremlin respondió bombardeando posiciones cercanas a la frontera con la OTAN. En concreto, en Reni, la ciudad de la región Odesa bañada por el Danubio y situada en la frontera con Rumanía, país miembro de la Alianza.
La supuesta ofensiva ucraniana fuera de sus fronteras terrestres no acaba ahí. De acuerdo con el Ministerio de Defensa de Rusia, el martes, uno de sus barcos de la Flota del mar Negro había destruido dos lanchas ucranianas no tripuladas que habían tratado de hundirlo durante la noche. Se trataría de la embarcación conocida como Sergei Kotov, un patrullero que realiza tareas de inspección.
La tensión en este mar no ha parado de aumentar desde que Rusia anunció la semana pasada que no sólo que abandonaba el acuerdo que permite la salida de grano a través del mar Negro desde los puertos ucranianos, sino que declaraba potencial objetivo bélico a cualquier barco que navegase esas aguas.