Al menos 12 personas han resultado heridas este lunes por la explosión de un silo de grano en el puerto de Derince (Turquía), una ciudad en el mar de Mármara situada a 70 kilómetros de Estambul. El depósito de cereales, que pertenecía al organismo público de productos agrícolas turco (TMO), reventó por la acumulación de polvo de trigo.
La deflagración tuvo lugar sobre las 14:40 horas (13:40 españolas), y se pudo sentir en numerosos distritos vecinos, informa la cadena turca NTV. El alcalde del municipio, Tahir Büyükakın, ha explicado que tres de los 12 heridos están en estado grave, pero se descarta que haya muertos.
Varios testigos han señalado que la explosión ha tenido lugar en la zona de Kocaeli y que se ha sentido en varias localidades cercanas. Además, se ha detectado una columna de humo sobre el puerto, según la agencia de noticias Anatolia.
Los equipos de rescate ya se han desplazado hasta la zona siguiendo las directrices del gobernador de la región de Kocaeli, Seddar Yavuz, que ha anunciado que se desplazará hasta la zona afectada, informa Europa Press.
Según NTV, en los depósitos de cereales del puerto de Derince se almacena trigo destinado a la exportación, con una capacidad total de 100.000 toneladas, y la explosión dañó 13 silos, que están perdiendo grano, informa Efe.
Un año difícil para Turquía
La explosión en el puerto de Derince llega seis meses después de un terremoto que asoló a la parte sur del país. El pasado 6 de febrero, un choque entre las placas tectónicas arábiga y anatolia resultó en el seísmo de mayor magnitud en la región en años, y dejó más de 45.000 muertos en el país. En la vecina Siria, otras 5.000 murieron como resultado de las avalanchas y destrozos del terremoto.
"La magnitud del sismo de Turquía y su foco superficial, unos 17 kilómetros, implican un gran potencial destructor", subrayó el pasado febrero Elisa Buforn, catedrática de Geofísica y Meteorología de la Universidad Complutense de Madrid. Salvando las distancias, el terremoto que asoló Lorca en 2011 ocurrió a tan sólo 1.000 metros de profundidad.
[Más de 2.300 muertos y 11.000 heridos en Turquía y Siria por un terremoto de magnitud 7,8]
Sin embargo, la profundidad no es el único factor que determina el potencial destructor de un seísmo. Los daños que se producen en una zona también dependen de la vulnerabilidad de los elementos que se exponen a los temblores, desde la población a las infraestructuras pasando por edificios y obras arquitectónicas de todo tipo.
"En esta zona geográfica fronteriza, que ya de por sí tiene una alta probabilidad de terremotos de gran magnitud a los que sus habitantes viven expuestos, existen diversos factores que agudizan la vulnerabilidad, como es la presencia de población añadida desplazada por la guerra en Siria, que vive en construcciones poco seguras y con enormes dificultades para cubrir sus necesidades más básicas. Muy a menudo, los conflictos bélicos con desplazamiento de población incrementan el riesgo frente a desastres naturales, y, por desgracia, este es un claro ejemplo", sentenció Galderic Lastras a SMC España, del departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano de la Universidad de Barcelona.