Una enfermera británica ha sido declarada culpable este viernes de asesinar a siete bebés recién nacidos e intentar matar a otros seis en la unidad neonatal de un hospital en el noroeste de Inglaterra donde trabajaba.
La sanitaria, Lucy Letby, de 33 años, ha sido condenada por matar a cinco niños y dos niñas y atacar a otros diez recién nacidos en el hospital Countess of Chester, donde trabajó en el turno nocturno entre junio de 2015 y junio de 2016.
El veredicto llega después de un largo juicio de más de 10 meses que se ha llevado a cabo en el Tribunal de la Corona de Manchester y que convierte a Letby en uno de los asesinos de niños en serie más mortíferos de Reino Unido, según recoge Reuters. El lunes Letby escuchará la sentencia, por la que podría enfrentarse a una larga pena de prisión y, posiblemente, a cadena perpetua completa.
Según detallaron los fiscales durante el proceso judicial, Letby envenenó a algunas de sus víctimas inyectándoles insulina, mientras que a otros les infiltraba aire o les obligaba a ingerir leche a la fuerza. A veces atacaba a las víctimas en varias ocasiones antes de matarlas, de acuerdo con la Fiscalía.
Durante uno de los registros policiales en su casa, las autoridades encontraron numerosas notas en las que confesaba haber cometido los crímenes. "Los maté a propósito porque no soy lo suficientemente buena para cuidarlos", escribía en una nota. "Soy una persona horriblemente malvada", declaraba en otra. Asimismo, la Policía también encontró notas médicas de los niños y pruebas de que la mujer había realizado búsquedas en las redes sociales de los padres y familias de los bebés asesinados.
Los crímenes de Letby salieron a la luz cuando los médicos comenzaron a sospechar de la cantidad de muertes inexplicables en la unidad neonatal, donde se tratan a los bebés prematuros o enfermos. Allí, explicó durante una de las audiencias Pascale Jones, fiscal principal del Servicio de Fiscalía de la Corona, "se le confió a Letby la protección de algunos de los bebés más vulnerables".
No obstante, sus compañeros "desconocían que había un asesino entre ellos" porque la enfermera "hizo todo lo posible para ocultar sus crímenes, variando las formas en que repetidamente dañaba a los bebés bajo su cuidado", de acuerdo con Jones.
En las redes sociales, Letby se mostraba feliz y sonriente con una intensa vida social. En una de las fotografías incluso se le veía acunando a un niño, según han recogido varios medios de comunicación británicos.
Durante el juicio, la acusación describió cómo la profesional sanitaria había intentado en cuatro ocasiones asesinar a una niña antes de lograrlo, mientras que, cuando la madre de una de las víctimas la vio atacando a sus bebés gemelos, la asesina dijo: "Confía en mí, soy enfermera".
Por su parte, Letby siempre se ha declarado inocente. Cuando prestó testimonio dijo, entre lágrimas, que nunca había tratado de hacer daño a los bebés, que sólo quería cuidarlos. Culpó a cuatro médicos de haber conspirado para echarlela culpa por los errores de la unidad. "Nunca he asesinado a un niño o lastimado a ninguno de ellos", dijo en declaraciones recogidas por Reuters.