Vladimir Putin ya ha dado su ultimátum: para renovar los acuerdos del mar Negro, el Kremlin necesita la certeza de que los BRICS dependerán únicamente del grano ruso. Aunque no ha acudido esta semana a Johannesburgo para el encuentro entre presidentes del grupo ―Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica― por riesgo a que lo arrestaran, Putin sí ha enviado a sus homólogos un mensaje por vídeo en el que pide a sus socios aceptar las condiciones de Moscú.
A diferencia del resto de mandatarios, Putin ha ignorado discusiones ajenas a la cuestión del cereal, y desde su despacho en el Kremlin ha reivindicado que "las obligaciones para con Rusia han sido sencillamente ignoradas". En su intervención del lunes, el presidente explicó: "No se ha cumplido ninguna de las condiciones del llamado acuerdo sobre el levantamiento de las sanciones impuestas a las exportaciones rusas de cereales y fertilizantes al mercado mundial".
Pero la intención de Putin no era reprochar. El presidente aún tiene fe en lo que ha llamado "mayoría global", e insta al resto de BRICS ―que representan, en su conjunto, más del 40% de la población del planeta― a confiar en Rusia como la proveedora principal de grano y cereales de sus miembros. Sólo en ese caso estaría dispuesto a renegociar el acuerdo para el tránsito a través del mar Negro.
"Cooperamos sobre la base de los principios de igualdad, apoyo a la asociación y respeto de los intereses de la otra parte, y ésta es la esencia del curso estratégico orientado al futuro de nuestra asociación, un curso que satisface las aspiraciones de la parte principal de la comunidad mundial, la llamada mayoría global", dijo en un intento de apelar al anticolonialismo y a su perseguido "orden mundial multipolar".
Durante su ponencia, Putin también mostró interés por negociar el cambio de divisa en el comercio entre países BRICS. El líder ruso es partidario de sustituir el dólar estadounidense por las monedas nacionales. El Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS desempeñaría un papel importante en este proceso, y su presidenta Dilma Rousseff cuenta con el apoyo de Brasil, país del que fue presidenta, y su nuevo mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.
[El yuan de China reemplaza al dólar estadounidense como la divisa más negociada en Rusia]
Rutas comerciales
Los BRICS son un foro cada vez más importante para Rusia en un momento en que su economía se enfrenta a las sanciones occidentales por la guerra de Ucrania y busca establecer nuevas relaciones diplomáticas y comerciales con Asia, África y América Latina.
Putin afirmó que Rusia quiere desarrollar dos proyectos emblemáticos en particular: una ruta marítima septentrional con nuevos puertos, terminales de combustible y una flota ampliada de rompehielos, y un corredor norte-sur que conecte los puertos rusos con las terminales marítimas del Golfo y el océano Índico, informa Reuters.
Además, indicó que Rusia seguiría siendo un proveedor fiable de alimentos a África y que estaba ultimando las conversaciones para suministrar grano gratis a un grupo de países africanos, como prometió en una cumbre celebrada en San Petersburgo el mes pasado.
La promesa se produjo después de que Rusia se retirara del acuerdo que había permitido a Ucrania exportar grano desde sus puertos del mar Negro, y después de que bombardeara repetidamente puertos y almacenes de grano ucranianos, lo que llevó a Kiev y a Occidente a acusarla de utilizar los alimentos como arma de guerra.