Édouard Philippe, popular primer ministro de Francia entre 2017 y 2020, ha vuelto esta semana a la primera línea de la política nacional con el objetivo no disimulado de suceder al presidente Emmanuel Macron en 2027 bajo la premisa de que es el mejor situado para derrotar a la ultraderecha.
Con la estrategia habitual de publicar un libro, dar numerosas entrevistas y celebrar las jornadas parlamentarias de su pequeño partido "Horizons", Philippe ha lanzado los mensajes adecuados para dejar clara su ambición de ser el candidato del macronismo en las próximas elecciones presidenciales.
El principal mensaje que dio el viernes, en el cierre de la conferencia parlamentaria de su partido, ya tuvo mucho de electoral, centrado en cómo la creciente carestía de la vida está afectando a las clases medias y populares.
"Ninguna democracia puede resistir de forma duradera el empobrecimiento de la clase media, o incluso una falta de perspectivas de la clase media", afirmó.
El exprimer ministro, igual que otros políticos de diversos partidos, dijo a la radio pública France Inter que "no hay ninguna duda" de que "es posible" una victoria en 2027 de la líder ultraderechista Marine Le Pen, derrotada en 2022 por Macron por un margen mucho menor que el de 2017 (17 puntos porcentuales frente a 32).
Y a continuación evitó cuidadosamente presentarse como candidato, pero reconoció que tiene "una idea bastante clara, en mi caso, sobre cómo podrían ser las cosas".
En los últimos meses, según avanza Efe, las encuestas muestran que Philippe es el gran favorito de los franceses para derrotar a Le Pen en 2027.
El último sondeo, realizado por Elabe y publicado el pasado jueves por el canal informativo BFMTV, señala que un 58% de los consultados cree que Philippe ganaría a Le Pen en una eventual segunda vuelta, muy por encima del ministro del Interior, Gérald Darmanin (32 %), quien ya ha avanzado que aspirará a la presidencia.
Más lejos en una hipotética batalla con Le Pen por el Elíseo quedan el titular de Economía, Bruno Le Maire (solo el 31 % de los franceses cree que puede ganar), o el líder izquierdista Jean Luc Mélenchon (27 %).
Otro sondeo divulgado esta semana, de Harris Interactive, señala que Le Pen ganaría en 2027 una primera vuelta presidencial, con Philippe segundo, aunque la encuesta no indaga en qué pasaría en una segunda vuelta entre ambos.
Philippe, de 52 años, entró en política en la universidad, acercándose primero a la fracción más socialdemócrata del Partido Socialista, aunque luego fue deslizándose hacia la derecha moderada. Es desde 2010 alcalde de la importante ciudad portuaria de Le Havre (norte).
Dejó el partido derechista Los Republicanos (LR) tras ser nombrado primer ministro en 2017 por un recién elegido Macron, cuyo movimiento se alimentó de políticos de centroderecha, centroizquierda y personalidades independientes.
Macron le sustituyó en julio de 2020, tras la primera ola de la pandemia de covid, para nombrar al frente del Gobierno a Jean Castex, un burócrata eficaz pero sin carisma personal.
Ya entonces se especulaba con la posibilidad de que el presidente veía en él un posible heredero político cuya popularidad debía preservar para asegurar su retorno sin desgaste y evitar que Marine Le Pen alcance la presidencia del país.
En 2021 fundó el partido de centroderecha "Horizons", que está alineado con la actual mayoría macronista y tiene 28 diputados, siete senadores y dos diputados europeos.
En su posición actual, alejado del círculo central del poder, Philippe puede mostrarse como leal a Macron (no intentó ser candidato en 2022) pero a la vez libre de tener sus propias ideas.
Según los analistas, su principal problema puede ser cómo mantener el aura de favorito durante tanto tiempo, ya que quedan más de tres años hasta el inicio de la campaña presidencial de 2027.
Pero Philippe parece tenerlo todo previsto y esta semana ha deslizado una frase que explica esta peculiar posición: "Cuatro años para un esprint es largo, pero cuatro para preparar un triple maratón es casi escaso".