Nada más anunciar su dimisión como primer ministro de Portugal, António Costa canceló su agenda para el resto del martes. Solo a última hora de la tarde reunió a su gabinete de ministros en el palacio de São Bento, sede de su Gobierno desde 2015. Allí se acordó adelantar la Comisión Nacional ―el congreso del Partido Socialista portugués― de marzo a este jueves, con el único punto del orden del día de un análisis de la situación política.

Otra cuestión que impacientaba a los ministros era la del relevo a Costa al mando del Gobierno de Portugal. El ya ex primer ministro ha anunciado que no volverá a presentarse como candidato en futuras instancias, y la legislatura que ha interrumpido esta semana aún no se da por concluida: esta pelota está sobre el tejado del presidente, el centroderechista Marcelo Rebelo de Sousa, que ha convocado al Consejo de Estado el mismo jueves.

Aunque es probable una convocatoria anticipada de elecciones, queda bajo discreción del jefe de Estado el futuro político de la nación. Y parece que los socialistas se aferran a la ilusión de continuar el mandato que deja Costa. El presidente del partido, Carlos César, respondió así a la dimisión de su compañero: "Tiene un enorme legado como dirigente. Seguimos contando con António Costa para servir al país". Aunque sobrevuelan nombres, como el de la diputada Ana Catarina Mendes y el del ministro de Finanzas Fernando Medina, la agrupación "está preparada para cualquier escenario: elecciones anticipadas o continuar gobernando el país".

Gran parte de los partidos fuera de la coalición de Gobierno quiere elecciones. La principal organización de la oposición, el Partido Social Demócrata, lo ha expresado. Su líder, Luís Montenegro, dijo el martes: "El gobierno se ha derrumbado desde dentro. No podemos perder más tiempo. Debemos recuperar nuestra dignidad. Esta recuperación sólo puede lograrse con elecciones anticipadas. Estamos preparados para ellas". "Es hora de penalizar la reincidencia de una organización partidaria en tramas de amiguismo político. Esto no puede ser Portugal", añadió en una rueda de prensa. "Portugal no necesita aventuras. Necesitamos inclusión, unidad y ambición", subrayó.

Pero en la formación de Montenegro hay cierto miedo a unas elecciones anticipadas. En los últimos meses, el partido ultraderechista Chega ha crecido en las encuestas, y el PSD no querría gobernar con la formación. Chega, que tiene esperanzas de conseguir la mayor representación de la extrema derecha en el Parlamento desde la democracia portuguesa, defiende que las elecciones anticipadas son el único escenario posible.

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Su presidente, André Ventura, pidió el martes al presidente de la República que pida "la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones lo antes posible", y consideró que el nombramiento de un nuevo primer ministro que "no ha sido legitimado por los portugueses" sería "un fraude" y "una gran traición" de Marcelo de Sousa "a lo que dijo hace dos años".

Con ese comentario, el líder de Chega se refería al discurso de Rebelo de Sousa en la toma de posesión del actual Gobierno, el 30 de marzo de 2022, en el que advirtió de que la posible salida de António Costa como primer ministro, que se está produciendo ahora, llevaría a la disolución del Parlamento. "Le dieron la mayoría absoluta a un partido, pero también a un hombre, su excelencia, señor primer ministro, un hombre que, por cierto, se empeñó en personalizar el voto hablando de dos personas para presidir el Gobierno", dijo el presidente de la República en aquella ocasión.

Costa sale del palacio de São Bento tras anunciar su dimisión, este lunes en Lisboa. Efe

El discurso de Rebelo de Sousa prosiguió: "Ahora que ha ganado, y ha ganado durante cuatro años y medio, estoy seguro de que su excelencia sabe que no será políticamente fácil que esa cara, esa cara que ganó las elecciones de forma indiscutible y notable, sea sustituida por otra a mitad de camino", añadió, insinuando que en ese caso convocaría elecciones parlamentarias anticipadas.

Además del PSD y Chega, otras agrupaciones también presionan al presidente para que disuelva la Asamblea de la República y lleve a los portugueses a urnas. El presidente de Iniciativa Liberal, Rui Rocha, defendió el martes que "no hay otra solución" que la disolución de la Asamblea de la República y la convocatoria de elecciones. En opinión de Rocha, "no había condiciones" para que António Costa siguiera en el cargo, y "hoy no es sólo [su] final político como primer ministro, es también el final de una solución para el país que no funcionó".