El joven inglés Alex Batty, que desapareció en la localidad malagueña de Benahavís en 2017 cuando veraneaba junto a su madre y su abuelo, ha sido encontrado esta semana caminando por una carretera cercana a Villefranche-de-Lauragais, en el departamento francés de Ariège, según han informado medios franceses. Alex ya ha hablado con su abuela, que antes de su desaparición tenía su tutela legal, que le fue retirada a la madre del joven años atrás.
El joven ha declarado a los gendarmes franceses que lleva en Francia al menos dos años. Afirma que se refugió en "una comunidad espiritual itinerante" ubicada entre Ariège y Aude con su madre y su abuelo. Después de varios años de dormir en caravanas y tiendas de campaña, habría decidido abandonar el grupo por su cuenta.
Tras varios días de caminar por la montaña, fue recogido por el camionero Fabien Accidini en la noche del martes 12 de diciembre. En una entrevista al diario galo La Depeche, el camionero afirma que se ofreció a llevarle mientras caminaba por la carretera bajo una fuerte lluvia. "Intentamos hablar en francés, pero noté que no dominaba el idioma", señala.
Tras varias horas de conversación, Batty confesó su nombre real al camionero y le contó su historia: "Dijo que su madre lo secuestró cuando tenía 12 años. Desde entonces, había vivido en España en una casa de lujo con una docena de personas. Habría llegado a Francia alrededor de 2021. A mediados del fin de semana, decidió dejar a su madre para unirse a su familia en Inglaterra. Había estado caminando en las montañas durante más de cuatro días".
Accidini le ofreció su teléfono móvil, desde el que Batty escribió a su abuela a través de un mensaje directo en Facebook, que se quedó sin respuesta. El joven quería ir a alguna ciudad para contactar con alguna embajada, tras lo que estuvo de acuerdo en acudir a la gendarmería de la zona, en Revel, donde comenzó el proceso de identificación del joven.
Secuestro familiar
El joven estudiaba entonces en la escuela secundaria de Heathershaw College, en Oldham. Tenía entonces pelo rubio y medía cerca de 1,50 metros. El niño, que contaba entonces con 11 años, viajó el 30 de septiembre de 2017 a Málaga. Estaba acompañado por su madre, Melanie Batty, que no tenía la custodia del menor, y el padre de esta, David Batty.
Los tres desaparecieron y no tomaron el vuelo de vuelta fechado para el 8 de octubre de ese mismo año, por lo que las pesquisas policiales se enfocaron en un posible secuestro del niño por parte de su madre. Las sospechas se centraron en un viaje posterior a Marruecos.
Aparentemente, la madre acostumbraba a estar en España, mientras era la abuela, Susan Caruana, quien tenía la custodia del menor. En un viaje, la madre decidió llevarse a Alex a la costa malagueña, tras lo que se perdió todo rastro.
Tras la desaparición en 2017, la abuela señaló a los medios de comunicación que su hija y su exmarido "no son aquellos con los que ellos están de acuerdo. Simplemente viven el día a día, no querían que fuera a la escuela, no creen en la escuela normal". Caruana sugería entonces que Alex había sido secuestrado para entrar en una secta, algo que coincide al menos en parte con las declaraciones actuales del menor.