El alto representante de la Unión Europea para la Política de Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, ha sostenido este viernes que "Hamás ha sido financiado por Israel durante años para intentar restar poder a la Autoridad Palestina de Fatah".
Y ha abogado por "imponer desde el exterior" la creación de un Estado palestino, como fórmula para resolver el conflicto de Oriente Próximo, aunque no lo acepte el actual Gobierno de Israel. Porque, "si no intervenimos", ha afirmado, "la espiral de odio seguirá de generación en generación, de funeral en funeral".
Josep Borrell ha demandado acordar con "urgencia" una pausa humanitaria para que la situación se "estabilice" en la franja, los rehenes israelíes sean "liberados" y, una vez esto suceda, Israel se "retire de Gaza".
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El alto representante de la UE ha efectuado estas manifestaciones durante el discurso en su investidura como doctor honoris causa de la Universidad de Valladolid, a propuesta del Instituto de Estudios Europeos.
Concluido el acto, ha anunciado, a preguntas de los periodistas, que la Unión Europea enviará buques al mar Rojo para proteger la navegación, pero no en misiones activas de combate como pretende EEUU.
En este último caso, ha advertido Borrell, se correría el "grave riesgo de una escalada de la guerra en Gaza", que pondría en peligro "la navegación por una arteria vital".
"Nosotros estamos preparando una misión naval con el único objetivo es proteger la navegación y no entrar a escalar el conflicto", ha indicado Borrell, quien ha subrayado que el mundo está "al borde de una situación que puede ser muy peligrosa, porque en cualquier momento puede saltar una chispa".
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Durante su discurso como doctor honoris causa, el expresidente del Parlamento europeo ha señalado que el conflicto de Oriente Próximo tiene una "base territorial, pues enfrenta a dos pueblos que tienen derecho a vivir en la misma tierra. En la práctica, uno disfruta ese derecho más que otro, porque ha sido más fuerte con nuestra ayuda", ha añadido en alusión a Israel.
Pero a diferencia de la guerra de Ucrania, ha lamentado, la UE no se ha mostrado unida respecto al conflicto entre Israel y Palestina. En parte, ha sugerido, porque el "complejo de culpabilidad" de Alemania por el Holocausto le impide admitir la actual responsabilidad del Gobierno israelí.
"Lejos de una posición común", ha señalado, "cada uno declina de una forma distinta lo que se decide en el Consejo Europeo y ponemos de manifiesto nuestra división sabiendo que eso no ayuda a resolver el conflicto".
Respecto a la Rusia de Vládimir Putin, Josep Borrell ha advertido que "es una amenaza estratégica que está aquí para quedarse, hemos de asumir la perspectiva de una guerra de alta intensidad en Europa en nuestro horizonte político y responder a ella de forma cohesionada. Si no lo hacemos", ha puntualizado, "la UE corre el riesgo de desintegrarse".
Según el exministro español de Asuntos Exteriores, la guerra de Ucrania le ha costado a la UE hasta ahora 80.000 millones de euros, sin contar el coste indirecto que supone la mayor inflación y la subida de los tipos de interés. "Para nosotros esta guerra tiene costes, aunque no ponemos los muertos", ha dicho al respecto.
Ante la certeza de que "la supremacía de Occidente sobre el mundo está llegando a su fin", Borrell ha considerado que Europa tiene que cooperar con China, porque "es imposible resolver los problemas del cambio climático" sin este país que "quema más carbón que todo el resto del mundo".
A su juicio, China es al mismo tiempo "un socio, un competidor y un rival" de Europa: "Todos los días intercambiamos tres billones de euros de un lado a otro del Pacífico". Pero también ha considerado que "tenemos que disminuir los riesgos que implica una excesiva dependencia tecnológica de China", como le ha ocurrido a Europa con el gas ruso.
Josep Borrel ha constatado que Europa no estaba preparada para afrontar conflicto como los de Ucrania y Oriente Próximo, precisamente porque el proyecto de la UE se diseñó para cohesionar el continente tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.
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"Nunca más fue el grito lanzado entre las ruinas de un continente destruido, que había sido llevado al borde de la locura por alguno de sus dirigentes", ha relatado Borrell, "hoy la perspectiva de una guerra entre los europeos está fuera de nuestro imaginario mental. Los jóvenes europeos han expulsado la guerra de su horizonte y creen que la paz es el estado natural de las cosas".
Pero la realidad desmiente estas intenciones. Sin embargo, ha añadido Borrell durante su discurso en la Universidad de Valladolid, "a fuerza de creer que la guerra había desaparecido del horizonte del continente, pensamos que también habían desaparecido del resto del mundo".
"Sabíamos que había guerras en otros lugares, pero no nos concernían, eran las guerras de los demás, lejanas y distantes", ha señalado el expresidente del Parlamento Europeo, "en algunas participamos".
Como en la guerra de Irak, que "desestabilizó todo el Oriente Próximo sin aportar ninguna solución, o la de Afganistan, que fuimos incapaces de ganar a pesar de la aplastante superioridad militar de Occidente".
Tras la deshonrosa evacuación de las tropas de la alianza internacional por el aeropuerto de Kabul en agosto 2021, ha lamentado Josep Borell, hoy Afganistán "se ha convertido en un verdadero apartheid por razones de género, donde ya no se nos ocurre intervenir ni militar ni políticamente".
Este "marco mental" de Europa, ha agregado el nuevo doctor honoris causa de la Universidad de Valladolid, "funcionó durante la guerra fría, que afortunadamente fue fría, porque si se hubiera calentado hubiera sido el Apocalipsis nuclear".
En todo caso, ha seguido narrando, "EEUU estaba allí para protegernos, la seguridad militar era cosa de la OTAN. Luego acabó la guerra fría y la OTAN se quedó sin enemigos". O eso esperaba todo Occidente. "Esperábamos integrar a Rusia en el campo de las potencias razonablemente democráticas y pacíficas, quizá no hicimos todo lo necesario para que así fuera".