La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, en una imagen de archivo.

La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, en una imagen de archivo. Europa Press

Europa

Rusia declara en busca y captura a Kaja Kallas, primera ministra de Estonia

Es una de las voces más firmes en la UE y la OTAN en favor del suministro de armas a Ucrania y del endurecimiento de sanciones contra Rusia. 

13 febrero, 2024 10:13

Rusia ha declarado en busca y captura en su territorio a la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, según informa el Ministerio del Interior, que no precisa ni el motivo ni el artículo que justifica la emisión de la orden contra un alto funcionario en activo de un país extranjero.

Kallas, de 46 años, es una de las voces más firmes en el seno de la Unión Europea y de la OTAN en favor del suministro de armamento a Ucrania y del endurecimiento de las sanciones contra Rusia. 

En enero de 2021 se convirtió en la primera mujer que encabeza el Gobierno del país báltico, cargo que renovó al ganar su partido las elecciones legislativas celebradas en marzo del pasado año.

También fue declarado en busca y captura el secretario de Estado de Estonia, Taimar Peterkop, y el ministro de Cultura de Lituania, Simonas Kairys. Este último por la destrucción o daños causados a monumentos dedicados a los soldados soviéticos en el país báltico.

"Acciones hostiles" contra Rusia 

Al respecto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha acusado este martes en rueda de prensa a los países bálticos de "acciones hostiles contra la memoria histórica" de Rusia después de que la semana pasada el presidente ruso, Vladímir Putin, asegurara que su país no tiene planes de invadir las tres repúblicas bálticas o Polonia, que son miembros de la OTAN

"¡Por los crímenes contra la memoria de los que liberaron al mundo del nazismo y el fascismo hay que responder! ¡Esto es sólo el comienzo!", ha escrito María Zajárova, portavoz de Exteriores, en su canal de Telegram.

Rusia ha incoado 16 casos penales por destrucción, daño y profanación de monumentos, memoriales y tumbas de soldados soviéticos en los tres países bálticos, Polonia y Ucrania.

Este asunto enfrenta desde la caída de la Unión Soviética (1991) al Kremlin y a los países bálticos, que en muchos casos no ven al Ejército Rojo como liberador, sino como una fuerza de ocupación que impuso un régimen comunista en sus países desde la Segunda Guerra Mundial.