Los terroristas dicen que atentaron por encargo tras ser torturados y mutilados por la policía rusa
"¡Habla, que aún te queda una oreja!": los cuerpos de seguridad rusos se mofan de uno de los sospechosos tras haberle amputado el pabellón auricular.
24 marzo, 2024 02:07Rusia logró detener en la mañana del sábado a 11 personas relacionadas con el atentado a una sala de conciertos cerca de Moscú que dejó al menos 133 víctimas mortales. Las redes sociales divulgaron parte de los momentos posteriores, donde se aprecia cómo fueron maltratados, golpeados e incluso mutilados. En el fragmento de su testimonio que ha trascendido, señalaban que habían atacado por encargo y uno de ellos lo habría hecho por apenas 5.000 euros.
Las imágenes resultan estremecedoras, demasiado violentas como para ser emitidas junto a estas líneas. Uno de los vídeos muestra cómo, una vez alcanzado por un comando en el bosque, el sospechoso es golpeado por varios agentes con puñetazos y patadas mientras se ovilla en el suelo.
Posteriormente le retienen contra el suelo, le amputan la oreja derecha e intentan hacérsela tragar. El presunto terrorista cierra la mandíbula y el agente, que ve cómo la oreja cae al suelo, le golpea en la cara ensangrentada ante la frustración.
En el camino posterior hasta el centro de detención, el prisionero lleva toda la mitad inferior de la cara cubierta de su propia sangre. Tras vendarle la cabeza, en un interrogatorio posterior un agente se mofa: "¡Habla, que aún te queda una oreja!".
A este sospechoso, le preguntan la edad y dónde ha dejado las armas, que no fueron encontradas durante su detención. Él responde que tiene 30 años y que sus compañeros se desprendieron de los rifles antes de ser arrestados.
Otro de ellos aparece en un vídeo tras ser capturado, casi cogido en volandas mientras se le sujeta la cabeza tirándole del pelo. Una imagen posterior de su perfil muestra signos evidentes de que le han golpeado la cara, con sangre en la frente, la nariz y la boca, y el pómulo notablemente hinchado.
Un tercero aparece en otras imágenes tumbado, boca abajo, con la cabeza puesta sobre la bota de un agente mientras le agarran del pelo. Posteriormente, arrodillado y maniatado, tiembla mientras le hablan los agentes que le rodean en círculo. En estos vídeos, y en otro ya sentado en un banco, afirma que "disparó gente" a cambio de dinero. Asegura que le prometieron 500.000 rublos (unos 5.000 euros al cambio), y que ya le habían transferido a su tarjeta la mitad de ese importe.
Este sospechoso asevera en el metraje difundido en grupos de redes sociales que no conocía personalmente a los organizadores de la masacre, sino que le contactaron por Telegram hace cerca de un mes.
Matanza parsimoniosa
La brutalidad del atentado ha quedado recogida no solo en los vídeos de algunos de los civiles que lograron escapar de la masacre, sino también de los propios terroristas. En otro vídeo compartido en redes sociales se aprecia cómo uno de ellos ametralla a personas que yacían muertas o moribundas en el suelo tras una puerta, mientras otro corta el cuello en reiteradas ocasiones a otra víctima que agonizaba.
"Los infieles serán derrotados, Alá es grande, los infieles están muriendo", dice uno de los terroristas mientras mira a cámara.
De estas imágenes, y de las difundidas a lo largo de la noche del viernes poco después del ataque, llaman la atención la parsimonia y tranquilidad con la que los atacantes perpetran la matanza. Casi paseando, pegando tiros parándose a elegir a quién disparar, víctima a víctima en algunos casos. Apenas se aprecia tensión entre quienes están cometiendo tal atrocidad.
¿Qué dicen los expertos?
Analistas especialistas en seguridad aseguran que la reivindicación del atentado por parte del Estado Islámico es plausible y que encaja con el patrón de ataques previos perpetrados por el grupo islamista.
Afirman que el modus operandi, el lenguaje, el contenido y los canales de comunicación que se utilizaron para la reivindicación de la autoría mostraban que ésta procedía definitivamente de Estado Islámico.
Reconocen, sin embargo, que es inusual que los asaltantes ejecutaran un plan de huida en lugar de su práctica habitual de continuar con su objetivo hasta ser abatidos.
15 ataques en 4 años
No es la primera vez que Estado Islámico atenta en suelo ruso. El grupo yihadista empezó a reivindicar acciones en Rusia en 2015, algunas de ellas sin víctimas y otras con varios muertos, como el ocurrido en los Urales en 2017 cuando la explosión de un edificio de viviendas dejó 39 fallecidos.
El grupo ha sido responsable de al menos 15 ataques en Rusia entre 2015 y 2019, el último año en que se registró una acción del Daesh hasta la de este viernes en Moscú.
En 2015, un hombre disparó a 11 turistas y mató a uno de ellos en la República de Daguestán. El siguiente año, tres ataques atribuidos a Estado Islámico sacudieron el país.
El 2017 fue un año negro para Rusia, que sufrío otros cuarto atentados, con ocho muertos y al menos treinta heridos.
En 2018 el Daesh cometió cinco atentados en el país, siendo el más mortífero el de diciembre, la explosión en Urales que se cobraría 39 vidas.
El último año en el que Estado Islámico había perpetrado algún atentado en suelo ruso fue 2019, con dos ataques.
Rusia señala a Ucrania...
Sin embargo, el por quinta vez presidente de Rusia, Vladimir Putin, sugería en su comunicado televisado este sábado que los terroristas autores de la masacre estaban relacionados con Ucrania.
El presidente, que no proporciona ningún tipo de pruebas, aseguraba en su discurso que los autores "intentaron esconderse y se dirigieron hacia Ucrania, donde, según datos preliminares, se les preparó una ventana desde el lado ucraniano para cruzar la frontera estatal".
Esta es información del Servicio Federal de Seguridad de la Deferación de Rusia, que afirmaba desde primera hora del sábado que cuatro de los detenidos tenían contactos en Ucrania. El Ministerio del Interior ruso defendía a mediodía que ninguno de estos eran ciudadanos rusos, y otras fuentes afirmaban que uno de ellos era migrante de Tayikistán.
Putin también comparaba el atentado con las atrocidades perpetradas por los nazis durante la segunda guerra mundial, defendidendo que "planearon organizar una ejecución demostrativa, un sangriento acto de intimidación".
El presidente de Siria y estrecho aliado del mandatario ruso, Bachar al Asad, iba más allá defendiendo que el atentado "está directamente relacionado con las derrotas del neonazismo y sus partidarios en el Donbás", en una referencia a Ucrania.
Sin embargo, el líder del Kremlin no ha hecho referencia a Estado Islámico o al terrorismo yihadista en ningún momento de su discurso.
También el legislador ruso y ex general, Andrei Kartaplov señalaba al país vecino al asegurar que Rusia daría una respuesta clara en el campo de batalla si descubría que Ucrania estaba detrás del ataque.
... y Ucrania señala a Rusia
Por su lado, Ucrania ha negado cualquier tipo de implicación. Andri Yusov, de la dirección de la Inteligencia Militar Ucraniana, ha acusado a Rusia de desoir las advertencias de Estados Unidos y Reino Unido sobre posibles ataques terroristas en la zona, o incluso de "estar implicado en la organización" del atentado.
Yusov, en su comunicado, recordó una serie de explosiones en edificios residenciales rusos en 1999 que llevaron a la segunda guerra de Chechenia y contribuyeron a la elección de Vladimir Putin como presidente de Rusia, lo que, a su juicio apunta a que se trata del "mismo tipo de actividades de los servicios secretos rusos. Es probable que se quiera generar histeria para la eliminar hasta los mínimos restos de libertades y derechos ciudadanos".
Sobre las acusaciones de los líderes rusos, el lider ucraniano rechazaba por completo la versión de estos: "No hay que ser un experto en seguridad para entenderlo". Yusov recordó que debido a la guerra "las zonas fronterizas están llenas de tropas enemigas, agentes especiales y representantes de las fuerzas de seguridad". "La frontera está minada, se vigila con todos los medios incluida la observación aérea de ambos lados", subrayó.