El líder del partido Reform UK Nigel Farage,

El líder del partido Reform UK Nigel Farage, Reuters

Europa

Vuelve 'Mr. Brexit': Farage, el impulsor de la salida de la UE', podría llegar, esta vez sí, al Parlamento

El adelanto electoral de Sunak buscaba pillarle desprevenido, pero el populista ha incrementado los militantes de su partido de 14.000 a 45.000.

23 junio, 2024 02:19

¿La octava es la buena? Ocho años después de la victoria del Brexit, su principal artífice, el exeurodiputado de ultraderecha Nigel Farage, está inmerso en su octavo intento por conseguir un escaño en la Cámara de los Comunes del Parlamento británico. Esta vez, todo apunta a que lo podría conseguir.

Cortar las alas a Reform UK, el antiguo Partido del Brexit liderado por Farage, fue uno de los principales objetivos del adelanto de las elecciones generales británicas al 4 de julio. El Partido Conservador buscaba pillar desprevenido a Farage e impedir que tuviera el tiempo suficiente para organizar su campaña. La estrategia no funcionó. El político populista ha hecho crecer el número de militantes de su partido de 14.000 a 45.000 y se calcula que podría obtener hasta siete escaños y dividir el voto conservador en hasta 30 circunscripciones, facilitando una victoria laborista.

La semana pasada, una encuesta de YouGov puso por primera vez a Reform UK como la segunda fuerza política en los sondeos, con un 19% de la intención de voto, por delante del 18% los tories, aunque lejos del 37% de los laboristas. "Somos los únicos rivales del Partido Laborista", proclamaba Farage en sus redes sociales. Su confianza contrasta con las declaraciones del primer ministro Rishi Sunak en una entrevista al margen de la cumbre del G7: "Lucho por cada voto".

Detrás de 'Mr Brexit'

Sin haber formado nunca parte del gobierno, Farage ha definido gran parte de la política británica de la última década, impulsando la victoria del Brexit y la postura anti-immigración de los sectores conservadores del país. El antiguo corredor de bolsa cambió el panorama político del país en 2014, aprovechando las elecciones al Parlamento Europeo para protestar contra la propia UE. La baja participación (de tan solo el 36%) jugó en su favor, permitiendo que su partido de entonces, UKIP, consiguiera la victoria con cerca del 30% de los votos. El triunfo de Farage asustó al entonces primer ministro David Cameron, que convocó el referéndum sobre el Brexit con el objetivo de evitar el éxodo de votantes hacia el partido de ultraderecha, marcando con ello el principio del fin de su gobierno.

Con una indiscutible habilidad para encontrar el momento oportuno, Farage supo acaparar todos los focos durante la campaña del Brexit, para después dejar que Theresa May y Boris Johnson lideraran las negociaciones con Bruselas. Tan sólo un día después del referéndum, Farage se distanciaba de sus propias declaraciones que prometían que la salida de la UE permitiría destinar más de 350 millones de libras en “dinero gratis” al Servicio Nacional de Salud británico. En los años siguientes, admitió que sus hijos mantienen la ciudadanía europea a través de su nacionalidad alemana y se negó a rechazar su derecho a la pensión por eurodiputado. Cuando la OBR (Oficina de Responsabilidad Presupuestaria) calculó que el Brexit costaría un impacto económico del 4% del PIB del país, Farage tachó a los políticos tories de "inútiles", culpándolos del "fracaso".

El Brexit es considerado hoy un "error" por la mayoría de los británicos. Un estudio encargado por el ayuntamiento de Londres calculó que la salida de la UE habría costado a la economía británica unos 140.000 millones de libras y dos millones de puestos de trabajo entre 2016 y 2023; 300 mil de ellos en la capital. Pero, mientras Cameron, May y Johnson caían bajo el peso de las consecuencias económicas del Brexit y el COVID, Farage se ha mantenido en un segundo plano. Cuando el Partido Conservador sufría su peor momento, Mr Brexit resurgió con una concisa publicación en X (antes Twitter): "Estoy de vuelta".

Un candidato diferente

Despreciado por el establishment británico, Farage ha sido la víctima de batidos de plátano, cemento mojado y café. El líder populista ha sacado provecho de los ataques durante la que ha descrito como "la campaña electoral más letárgica, más aburrida que hemos visto en nuestras vidas", caracterizada por la seriedad de los perfiles de Sunak y Keir Starmer, el candidato laborista. Así, la presencia de un político que el año pasado metía la cabeza en una caja de serpientes durante el programa de televisión Soy famoso ¡sacadme de aquí! ha acaparado la atención del público. Farage ha utilizado este foco mediático para hacer un llamamiento a los votantes conservadores descontentos con el estado de servicios públicos esenciales como salud y educación, así como el aumento del coste de la vida, la inflación y la falta de oportunidades.

Una joven lanza un batido a la cara del populista Nigel Farag

Una joven lanza un batido a la cara del populista Nigel Farag

Del "enemigo" en Bruselas, Farage ha trasladado a inmigrante, describiendo la llegada de inmigrantes a Reino Unido (legales e ilegales) como una "invasión". Su programa promete impedir que los "barcos" lleguen de Francia y castigar a las empresas que contraten trabajadores extranjeros. Además, busca redirigir 15 mil millones de libras de ayudas hacia recortes de impuestos como el que eximiría a aquellos con un patrimonio menor de dos millones de libras del impuesto de sucesiones. Con estas promesas, Reform UK ha puesto en jaque al Partido Conservador que se enfrenta a una derrota histórica. La situación ha llevado a Sunak a advertir que "cualquier voto que no vaya al Partido Conservador acabará favoreciendo a la oposición laborista". Sin embargo, Farage ya considera a Starmer el futuro primer ministro. Su objetivo es más lejano: "Nuestra ambición real son las elecciones generales de 2029".