El laborista Keir Starmer será el próximo primer ministro de Reino Unido. Los sondeos a pie de urna de las elecciones parlamentarias celebradas este jueves en el país insular dan una amplia mayoría al partido sobre los conservadores del primer ministro Rishi Sunak, que han sufrido pérdidas históricas. Según el sondeo, los laboristas obtendrían 410 escaños en el Parlamento de 650 y una mayoría de 170 de ventaja, poniendo fin a 14 años de gobierno conservador y otorgando al Partido Laborista sus mejores resultados desde la elección de Tony Blair en 1997.
La victoria laborista ya se auguraba cuando Sunak disolvió el parlamento y convocó elecciones el pasado mes de mayo. El Partido Conservador acababa de sufrir el mayor golpe de su historia en las urnas tras un batacazo en las elecciones municipales. El descontento del votante con el partido gobernante era causa del incesante aumento del coste de vida, de años de inestabilidad en los gobiernos tories y luchas internas que han visto cinco primeros ministros diferentes desde 2016. "El futuro de Gran Bretaña estaba en las urnas en estas elecciones. Y, si tenemos éxito esta noche, los laboristas nos pondremos a trabajar inmediatamente con nuestros primeros pasos para el cambio", dijo en un comunicado Pat McFadden, coordinador de la campaña laborista.
Se prevé que los centristas liberaldemócratas obtengan 61 escaños, mientras que el partido populista de derechas Reform UK, del activista del brexit Nigel Farage, ganaría 13. Aunque el pronóstico para Reform es mucho mejor de lo esperado, el resultado general sugiere que el público británico ha decidido traducir su desencanto en apoyo al centroizquierda. Esto sugiere una gran diferencia de la tendencia al otro lado del canal de la Mancha: el domingo pasado, el partido de extrema derecha Agrupación Nacional, liderado por Marine Le Pen, obtuvo ganancias históricas en las elecciones legislativas de Francia.
Los comicios británicos de este domingo no sólo suponen el desplome de los conservadores. Se pronostica que el independentista Partido Nacional Escocés solamente obtenga 10 escaños, su peor resultado desde 2010. Tras un periodo de agitación en el que han dimitido dos líderes en poco más de un año, se ha abierto una investigación policial sobre las finanzas del partido y se han producido divisiones en torno a diversas políticas.
En las últimas seis elecciones británicas, sólo un sondeo a pie de urna se ha equivocado en el resultado: en 2015, cuando la encuesta predijo un Parlamento indeciso y en realidad los conservadores obtuvieron la mayoría. Los resultados oficiales se conocerán en las próximas horas.
Una campaña desastrosa
Sunak sorprendió a Westminster y a muchos de su propio partido al convocar las elecciones en un momento en que los conservadores iban por detrás de los laboristas en unos 20 puntos en los sondeos de opinión. El primer ministro esperaba que la diferencia se redujera, como ha ocurrido tradicionalmente en las elecciones británicas, pero la campaña desastrosa del partido ha hecho un flaco favor a la crisis de popularidad de la derecha.
Inmediatamente después del anuncio, un escándalo de apuestas sospechosas sobre la fecha de las elecciones salpicó a ayudantes y candidatos conservadores. Más tarde, la salida anticipada de Sunak de los actos conmemorativos del desembarco de Normandía en Francia para hacer una entrevista televisiva enfureció a los veteranos del ejército, e incluso los de su propio partido dijeron que planteaba dudas sobre su perspicacia política.
Si el sondeo a pie de urna da la razón a Starmer, supondrá un giro increíble para los laboristas, que, según sus críticos y partidarios, se enfrentaban a una crisis existencial hace sólo tres años, cuando perdieron un escaño parlamentario por una diferencia del 16% frente a los conservadores, una victoria casi única para un partido gobernante.
En aquel momento, una serie de escándalos —sobre todo las revelaciones sobre las fiestas en Downing Street durante los encierros de COVID— minaron al entonces primer ministro Boris Johnson, y en noviembre de 2021 cayó en picado la ventaja de los conservadores en las encuestas, que había sido más alta que en ningún otro momento durante los 11 años de gobierno de Margaret Thatcher.
Tras la salida forzada de Johnson a finales de 2022, el desastroso mandato de seis semanas de Liz Truss consolidó el declive de la derecha tradicional británica. Desde entonces, Sunak ha sido incapaz de ganarle puntos a la aplastante ventaja de los laboristas en las encuestas, que hoy se ha materializado en la primera victoria de la izquierda en catorce años.