El veterano comunista André Chassaigne es el nombre que ha puesto sobre la mesa el Nuevo Frente Popular (NFP) como candidato a la presidencia de la Asamblea Nacional francesa. Sin embargo, la coalición de izquierdas sigue sin ponerse de acuerdo sobre quien presentará para ser primer ministro.

Chassaigne, de 74 años, es la figura acordada por La Francia Insumisa (LFI), el Partido Socialista (PS), los ecologistas y el Partido Comunista Francés (PCF) para disputar el cuarto puesto jerárquico del Estado francés que se elegirá este jueves en la apertura de los trabajos legislativos.

Tras su victoria en las elecciones legislativas de Francia del 30 de junio y el 7 de julio, el Nuevo Frente Popular cuenta con 190 escaños de la Asamblea Nacional, por delante de los de la alianza centrista del presidente francés, Emmanuel Macron, y de Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, segundo y tercer grupos de la Cámara Baja, respectivamente.

"Tenemos la legitimidad colectiva para presidir la Asamblea", subrayó ante la prensa Chassaigne, diputado por el quinto distrito de la circunscripción de Puy-de-Dome, quien prometió que será "fiel" a los valores de los cuatro grupos que forman el Nuevo Frente Popular.

Para el veterano vomunista, su perfil experimentado y conocimientos de los entresijos parlamentarios le han avalado para ser escogido por la izquierda.

Chassaigne tendrá varios rivales en la votación, las dos primeras vueltas decididas por mayoría absoluta y, si no hay resultado, por mayoría simple y una tercera.

De parte del macronista Renacimiento aspira a repetir cargo Yaël Braun-Pivet, presidenta entre 2022 y 2024, y se presentará también el ultraderechista Sébastien Chenu, entre otros.

Se especula que Chenu pueda retirarse tras el primer turno de votación, dejando vía libre a través de una eventual abstención a Braun-Pivet, en caso de que esta logre los votos de la derecha clásica y sus socios, lo que superaría a la izquierda.