Ucrania continúa su incursión en Kursk con la destrucción de varios puentes.

Europa

Ucrania amplía su invasión a la región rusa de Bryansk y Moscú descarta negociar 'hasta destruir al enemigo'

Kiev sigue volando puentes en Kursk en un intento por acorralar al Ejército ruso e impedir que pueda abastecer de armas a sus tropas.

22 agosto, 2024 02:32

Ucrania y Rusia siguen sin ceder ni un solo milímetro en sus pretensiones bélicas. Ambos contendientes se han asestado este miércoles duros golpes en un conflicto cuyo alto el fuego se antoja cada vez más lejano. Mientras el Ejército ruso mantiene la presión en Donetsk, las tropas ucranianas han ampliado su ofensiva a la región rusa de Bryansk, que también hace frontera con Bielorrusia, y han proseguido con su incursión en Kursk con la destrucción de varios puentes para tratar de acorralar al Ejército ruso. Un escenario intrincado que desbarata por completo cualquier atisbo de negociación entre los dos adversarios.

La ofensiva ucraniana en la región rusa de Kursk, la primera incursión de un ejército extranjero en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial, ha enfurecido al Kremlin. Hasta el punto de que no se sentará a negociar "hasta que el enemigo sea completamente destruido".

En su canal oficial de Telegram, el actual vicepresidente del Consejo de Seguridad del país, Dimitri Medvedev, ha dado carpetazo a las conversaciones con Kiev y ha elevado el tono contra Ucrania, a la que ha advertido de que si sigue adelante con su inscursión sobre Kursk, "habrá muchos más gastos sin sentido, mucho más equipo militar dañado y radicalmente más ataúdes".

Las posibles negociaciones entre Rusia y Ucrania estaban sobre la mesa. Varias informaciones apuntaron en los últimos días a que ambas estaban dispuestas a enviar delegaciones a Qatar, a finales de este mes, para tratar de llegar a un acuerdo de alto el fuego parcial que pusiera fin a los bombardeos contra infraestructuras energéticas y eléctricas.

Pero Medvedev no perdona la invasión ucraniana por sorpresa en Kursk y después "del acto terrorista de los neonazis, todo encajó". Para el dirigente ruso "se acabó la charla inútil de intermediarios no autorizados sobre el tema de un mundo hermoso. Ahora todos lo entienden, aunque no lo digan en alto".

La ofensiva ucraniana en Kursk es un golpe duro de asumir para Rusia. Por el momento, ha perdido el control de más de 1.260 kilómetros cuadrados en la región desde el inicio de la incursión hace dos semanas, el pasado 6 de agosto, obligando a más de 121.000 personas a ser evacuadas de las zonas fronterizas, mientras que otras 60.000 podrían ser trasladadas a sitios más seguros en los próximos días. 

Al margen de Kursk, las tropas ucranianas han ampliado a última hora de la tarde del miércoles su ofensiva en suelo ruso con un nuevo frente en Bryansk. Según ha señalado en Telegram el gobernador de esta región, un grupo de combatientes ucranianos trató de cruzar la frontera en el distrito de Klimov, una incursión que fue frustrada por las fuerzas rusas. Tras un segundo intento de avance con refuerzos, los ucranianos acabaron por retirarse.

Ucrania vuela más puentes 

La situación en el campo de batalla de Kursk ha estado marcada en los últimos días por la destrucción de todos los puentes que Rusia instaló en el río Seim, según un vídeo difundido por las Fuerzas de Operaciones Especiales de Ucrania. Otro gol por la escuadra que Kiev marca a Moscú con el objetivo, según explicó Volodímir Zelenski, de crear una zona de seguridad y desgastar la maquinaria bélica rusa. 

Una vista de dron muestra los ataques sobre los puentes sobre el río Seim.

Una vista de dron muestra los ataques sobre los puentes sobre el río Seim. Reuters

Un vídeo publicado en las redes sociales por las fuerzas especiales ucranianas muestra varios ataques a puentes en la región de Kursk, donde Moscú reconoce que al menos tres de ellos han sido destruidos. 

El primero de los tres puentes, en Glushkovo, fue el primero en ser volado por los aires el pasado viernes en un ataque en el que, según Rusia, Ucrania utilizó misiles HIMARS estadounidenses.

Dos días después, el domingo, el comandante de la fuerza aérea de Ucrania aseguró con otro vídeo en las redes sociales que habían destruido un segundo puente en Zvanoye. La tercera de las infraestructuras habría sido derribada a principios de esta semana en la aldea de Karyz.

Con la caída de estos tres puentes, las fuerzas ucranianas buscan acorralar al Ejército ruso en la ciudad de Glushkovo al impedir que Moscú pueda abastecer de armamento a sus tropas. 

El Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano subraya que la ofensiva de Kursk ha supuesto mayores avances territoriales que los logrados por Moscú en Ucrania este año.

Ataque con drones en Moscú

Moscú ha sufrido uno de los mayores ataques con drones desde que comenzó la guerra en Ucrania hace casi 30 meses. Según ha anunciado el alcalde moscovita, Serguéi Sobiánin, las defensas antiaéreas se vieron obligadas a derribar 11 aparatos no tripulados. 

Según ha informado el Ministerio de Defensa de Rusia, sus defensas aéreas destruyeron un total de 45 drones sobre territorio ruso, incluidos los 11 sobre la región de Moscú.

Bulevares, cafés, restaurantes y tiendas de Moscú permanecieron abarrotados durante el ataque, sin apenas señales de preocupación, según han informado los medios rusos. Eso sí, los aeropuertos de Moscú, Vnukovo, Domodedovo y Zhukovsky, se han visto obligados a limitar los vuelos durante cuatro horas.

El ataque con drones de este martes por la noche en Moscú estuvo a la altura de otro en mayo de 2023, cuando al menos ocho drones fueron destruidos sobre la capital, un ataque que Putin aseguró que fue un intento de Ucrania de asustar y provocar a Rusia.

El intento más reciente de atacar la capital rusa con un dron tuvo lugar el pasado 11 de julio, cuando un aparato no tripulado fue derribado en la ciudad de Stupino, a casi 100 kilómetros al sur de la megaurbe. Meses antes, el 17 de marzo, fecha en la que se celebraron elecciones presidenciales en Rusia, Moscú sufrió un ataque de cinco drones sin que estos llegaran a alcanzar su objetivo.

Durante muchos meses, Ucrania ha librado una guerra con drones cada vez más virulenta contra refinerías y aeropuertos rusos, aunque los ataques con aparatos no tripulados en la región de Moscú han sido poco frecuentes.

El frente de Donetsk

Moscú sigue ejerciendo presión en Donetsk pese a que avanza más lentamente. Con Pokrovsk en su punto de mira, las fuerzas rusas han logrado conquistar más terrenos cerca de la cercana Novogrodivka -a sólo 14 de kilómetros de su objetivo- y han realizado avances limitados al norte, cerca de Chásiv Yar. 

Así las cosas, las tropas ucranianas se han visto obligadas a replegarse de Pokrovsk, mientras tratan de repeler los intentos rusos de alcanzar la carretera que une Pokrovsk con Kostiantinivka.

Los militares ucranianos mantienen posiciones cerca de Chasiv Yar, en la región de Donetsk.

Los militares ucranianos mantienen posiciones cerca de Chasiv Yar, en la región de Donetsk. Efe

Los pequeños drones kamikaze del enemigo también han sido avistados ya en la ciudad de Mirnograd, cerca de Pokrovsk, lo que incrementa aún más el riesgo para la población civil.

Analistas militares consideran que las fuerzas rusas intentan rodear Grodivka y avanzar hacia Krasni Yar y Mirolubivka, y con este fin concentran el grueso de sus tropas en esta zona.

De hecho, la superioridad numérica rusa y el uso de docenas de potentes bombas aéreas guiadas son factores clave para el lento pero gradual avance ruso cerca de Pokrovsk.

Desde el pasado mes de julio, ya son más de 20 las localidades en la región de Donetsk conquistadas por Rusia, según diversos partes de guerra del Ministerio de Defensa del país.