El canciller alemán, Olaf Scholz, y el primer ministro británico, Keir Starmer, anunciaron este miércoles en Berlín que los dos Gobiernos empezarán a trabajar en un tratado bilateral para profundizar las relaciones y atender áreas prioritarias de ambos gobiernos en política exterior como seguridad o inmigración irregular.
"Alemania y el Reino Unido están ligados por una amistad firme y por valores e intereses comunes. Somos socios en Europa y en la OTAN y en vista de los retos ante los que se encuentran nuestros dos países creemos que es tiempo de elevar nuestras relaciones a otro nivel", dice una declaración común de los dos mandatarios.
En una comparecencia conjunta, Scholz señaló que será el primer tratado de ese tipo entre Alemania y el Reino Unido. El canciller también se refirió al anuncio de Starmer de querer mejorar las relaciones entre el Reino Unido y la UE y dijo que se alegraba de "la mano tendida".
"La decisión histórica de salir de la UE fue tomada por los británicos y no se trata de revocar el brexit. Pero sí de lograr las mejores relaciones posibles para beneficio de las dos partes", declaró.
Starmer, por su parte, recordó que Alemania es el segundo socio comercial del Reino Unido y que con una intensificación de la cooperación se pueden crear puestos de trabajo en ambos países. El jefe del Gobierno británico dijo además que esperaba que el tratado pudiera estar listo para finales de este año.
Starmer aclaró que en el acuerdo se fijan cuestiones bilaterales, pero que también puede ser un comienzo para la mejora de relaciones con la UE. Los temas que abordará el tratado serán, entre otros, la cooperación en política exterior, la transformación industrial y la cooperación en la lucha contra la migración irregular. "Juntos queremos fortalecer el pilar europeo de la OTAN", dijo Scholz.
Con respecto a la lucha contra la migración irregular Starmer dijo que la clave será la cooperación para desmantelar las bandas de tráfico de personas. En este sentido, adelantaron que lucharán contra la migración ilegal y las mafias de migrantes mediante el intercambio de inteligencia y datos.
Inversión en países de origen
Starmer ha expresado en varias ocasiones su objetivo de acabar con las mafias de migrantes. En la cuarta cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) celebrada en julio en Oxfordshire, prometió crear un nuevo Comando de Seguridad Fronteriza, que reúna a funcionarios de la Fuerza Fronteriza, la policía y las agencias de inteligencia, y utilizar poderes antiterroristas para combatir a las bandas de tráfico de personas.
También ha destacado la necesidad de trabajar con los países de origen como método "pragmático" para frenar la inmigración irregular en Europa. En esa misma cumbre, anunció que Reino Unido daría 84 millones de libras para proyectos en África y Oriente Medio durante los próximos tres años. El objetivo es financiar proyectos de educación, empleo y apoyo humanitario, para evitar que miles de personas tengan que abandonar sus países.
Asimismo, nada más asumir el puesto de primer ministro, descartó la propuesta de su antecesor, el conservador Rishi Sunak, de llevar a los migrantes a Ruanda mientras se tramitasen sus peticiones de asilo para acceder al país, una iniciativa que calificó de "truco costoso".
Una estrategia parecida a la de Starmer es la que ha seguido la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que, en lo que llevamos de año, ha conseguido reducir la llegada de migrantes ilegales en un 62,36% con respecto al año anterior, según cifras de su propio gobierno.
Al igual que plantea Starmer, Meloni llegó a acuerdos bilaterales con países de origen. Concretamente, ha invertido 5.500 millones de euros en proyectos de países como Túnez, Marruecos, Costa de Marfil, Argelia y Mozambique, entre otros.
Otra clave de la política migratoria de Meloni ha sido la externalización de fronteras. A diferencia de Starmer, que por el momento rechaza esta medida, Meloni sí que ha impulsado acuerdos con el gobierno de Albania para trasladar a ese tercer país a los migrantes que estén a la espera de la tramitación de sus peticiones de asilo.
Este pacto fue anunciado en julio y hasta principios de este mes no se ha abierto el primer centro de migrantes. La idea es que albergue a 3.000 personas mensualmente, según reveló la BBC. Por lo tanto, aún no hay datos sobre su puesta en marcha ni sobre el impacto real que tiene la externalización de fronteras a la hora de frenar la llegada de migrantes o aliviar la presión en los centros ubicados en Italia.