Vladímir Putin, a su llegada a una reunión con el presidente de EAU en el Kremlin. Reuters
Putin saca pecho con la cumbre de los BRICS que reúne a más de 30 países en Rusia: "No estamos aislados"
- El Kremlin trata de vender un mundo alternativo al dominado por Estados Unidos con unos aliados demasiado ambiguos para sus intereses.
- Más información: Putin aprovechará la próxima cumbre de los BRICS para impulsar un viejo anhelo: acabar con el poder del dólar
Rusia reúne a partir de este martes a más de 30 países en la cumbre del Grupo BRICS en Kazán, en el primer evento de esta envergadura desde el comienzo de la guerra en Ucrania. Según el Kremlin, se trata del “principal acontecimiento de la agenda mundial estos días”. “Rusia no está aislada”, quiso convencer el portavoz Dmitri Peskov. “En el mundo contemporáneo es muy difícil aislar a un país, sobre todo cuando se trata de uno como la Federación de Rusia”.
Lo cierto es que Rusia no ve a los BRICS —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, junto a nuevos miembros como Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía— como una alternativa a la ONU. Pero sí lo compara con el G7, formado por Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y Japón.
A menudo, el autócrata ruso Vladímir Putin destaca la importancia de estas economías en el mercado mundial, señala que el PIB conjunto supera los 60 billones de dólares y que su participación en la economía global ya supera a la del G7, con una tendencia al alza. Rusia busca aprovechar su presidencia en el grupo, pues, para contraponerse a los "clubes exclusivos" de Occidente, a los que acusa de imponer su visión del mundo a otros países mientras invade uno por esa misma razón.
Los funcionarios rusos subrayan que los países BRICS representan casi la mitad de la población mundial, también, y dicen que en 2028 el volumen conjunto de la agrupación en la economía global alcanzará el 38%, teniendo en cuenta los nuevos integrantes. La composición definitiva del grupo será uno de los temas clave en la cumbre, especialmente el estatus de Arabia Saudí, aún sin definir. “Informaremos quién representará a Arabia Saudí y si estará presente en la cumbre. A partir de ahí, sacaremos conclusiones", explicó Dmitri Peskov, refiriéndose a la ambigua posición de Riad, invitado a unirse en 2023.
Ese es otro aspecto clave en esta asociación. Las alianzas son menos sólidas que en el bloque occidental, y están más vinculadas a intereses puntuales que a valores fundamentales.
Más de 30 países han mostrado interés en participar en las actividades del BRICS o unirse como miembros plenos, pero son tan diversos como Cuba, Turquía o Malasia. Las autoridades de este último país subrayaron que su deseo de sumarse responde a su política de neutralidad y no afectará a sus relaciones con Occidente. Sin embargo, otros países como Kazajistán han indicado que unirse al BRICS no está en su agenda actual.
Una maratón de reuniones
El Kremlin confirmó que 24 jefes de Estado y de Gobierno asistirán a la cumbre, incluidos el presidente chino, Xi Jinping; el primer ministro indio, Narendra Modi; y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. También se espera la presencia del secretario general de la ONU, António Guterres. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, no asistirá a Kazán por motivos de salud, tras sufrir un accidente doméstico un día antes de viajar a Rusia.
La mayoría de los líderes presentes celebrarán reuniones bilaterales con Putin en los márgenes de la cumbre. Además de discutir la economía y los criterios de adhesión para nuevas naciones, los líderes abordarán temas regionales e internacionales, incluyendo el conflicto en Ucrania y la crisis en Oriente Medio, según adelantó Putin el viernes pasado.
Esta será la decimosexta cumbre del BRICS y la primera en formato ampliado tras el ingreso de cuatro nuevos miembros. Brasil asumirá la presidencia del BRICS el 1 de enero de 2025. Curiosamente, parece difícil que Putin pueda asistir a la próxima cumbre. La culpa la tiene la orden de detención de la Corte Penal Internacional, a la que el país sudamericano debe obediencia.
