Bayrou arranca su "arduo" camino en Francia con el "frente antirrepublicano" levantado en armas contra Macron
- Macron confía en que Bayrou logrará evitar las mociones de censura al menos hasta julio, cuando Francia podría convocar nuevas elecciones parlamentarias.
- Más información: François Bayrou, el veterano centrista admirador de Enrique IV que elige Macron para enderezar el rumbo de Francia
El presidente francés, Emmanuel Macron, designó ayer viernes a su aliado clave, François Bayrou, como su cuarto primer ministro en 2024. Sin embargo, la magnitud del desafío que enfrenta el veterano centrista se hizo evidente de inmediato cuando el Partido Socialista se negó a formar parte de su gobierno de coalición.
Bayrou, de 73 años, ofreció una evaluación sobria sobre sus posibilidades de manejar un parlamento sin mayoría, el mismo que provocó la caída de su predecesor, Michel Barnier, la semana pasada. "Es un camino largo, todos lo saben", declaró a los periodistas. "No soy el primero que emprende un trayecto tan arduo".
El creciente malestar político en Francia ha generado dudas sobre si Macron logrará completar su segundo mandato presidencial hasta 2027. Asimismo, ha aumentado los costes de endeudamiento del país y dejado un vacío de poder en el centro de Europa, justo cuando Donald Trump se encamina a la Casa Blanca y Alemania enfrenta nuevas elecciones tras el colapso de su coalición gobernante.
Bayrou, fundador del partido Movimiento Democrático (MoDem) y aliado de Macron desde 2017, ha aspirado a la presidencia en tres ocasiones. Su carrera política está anclada en sus raíces rurales como alcalde de la ciudad de Pau, en el suroeste del país.
Prioridades inmediatas y retos presupuestarios
La prioridad más urgente de Bayrou será aprobar una ley especial para renovar el presupuesto de 2024. Sin embargo, a principios del próximo año enfrentará una lucha aún más dura: la aprobación de la legislación de ajuste presupuestario para 2025. El rechazo parlamentario al proyecto de ley de 2025 provocó la caída de Barnier, y los líderes de izquierda ya han advertido de que podrían intentar derrocar a Bayrou si recurre a poderes constitucionales especiales para imponer el presupuesto sin el respaldo del parlamento.
Además, la cercanía de Bayrou a Macron, cuya popularidad está profundamente erosionada, podría convertirse en un factor de vulnerabilidad. El Partido Socialista, al que Macron había intentado atraer en la búsqueda de un primer ministro, acusó al presidente de ignorar sus demandas de un líder de izquierda, optando en su lugar por un "arriesgado" macronista.
"No formaremos parte del Gobierno y permaneceremos en la oposición", afirmó Boris Vallaud, líder del bloque parlamentario socialista.
Reacciones de la izquierda
La reacción de la izquierda al nombramiento de Bayrou plantea un nuevo desafío para Macron. Se espera que el primer ministro enfrente una situación precaria, gobernando día a día y dependiendo de los movimientos de los oponentes del presidente.
Macron confía en que Bayrou logrará evitar las mociones de censura al menos hasta julio, cuando Francia podría convocar nuevas elecciones parlamentarias. Mientras tanto, los líderes del partido de extrema izquierda La Francia Insumisa anunciaron su intención de intentar destituir de inmediato al primer ministro. Por otro lado, otros partidos de izquierda adoptaron una postura más cautelosa.
Marine Tondelier, líder de los Verdes, señaló que apoyaría una moción de censura si Bayrou ignoraba sus demandas sobre impuestos y pensiones. Por su parte, el líder comunista Fabien Roussel indicó que su partido evaluaría cada caso individualmente, siempre y cuando Bayrou no utilice métodos coercitivos para aprobar legislación.
En la extrema derecha, Jordan Bardella, presidente del partido Reagrupamiento Nacional (RN), dijo que no buscaría una moción de censura inmediata. En tanto, Marine Le Pen instó a Bayrou a atender las demandas presupuestarias de la oposición.
La prueba decisiva: el presupuesto de 2025
El proyecto de presupuesto de Barnier, que buscaba ahorrar 60.000 millones de euros (63.000 millones de dólares) para calmar las preocupaciones de los inversores por el déficit del 6% de Francia, fue rechazado por la extrema derecha y la izquierda, que lo consideraron excesivamente restrictivo. La incapacidad del gobierno para resolver la parálisis ha contribuido al aumento de los costes de la deuda.
Según Kathleen Brooks, directora de investigación de XTB, el nombramiento de Bayrou probablemente no tendrá un impacto significativo en los bonos franceses. Sin embargo, destacó que el índice bursátil CAC 40 ha mostrado un desempeño inferior al de las acciones alemanas en un margen histórico de tres décadas.
"Con Francia aún sumida en la agitación política, reducir esta brecha será una tarea complicada, incluso con un nuevo primer ministro", señaló en un informe.
Cabe recordar que Macron nombró a Bayrou ministro de Justicia en 2017, aunque este renunció pocas semanas después debido a una investigación sobre el supuesto empleo irregular de asistentes parlamentarios por parte de su partido. Este año, Bayrou fue absuelto de los cargos de fraude, un hecho que podría ser crucial en la construcción de su legitimidad en este nuevo desafío político.