Un nuevo ataque ruso con bombas aéreas guiadas sobre Zaporiyia deja al menos 13 personas muertas
- Las bombas cayeron en una de las calles más bulliciosas de la ciudad y dejó, además de 13 muertos, 18 personas heridas.
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Un nuevo ataque ruso con bombas aéreas guiadas sobre la región ucraniana de Zaporiyia deja, al menos, 13 muertos, según informaron este miércoles las autoridades ucranianas.
"Por desgracia, 13 personas han muerto. Mi pésame a sus familiares y seres queridos. El número de víctimas todavía puede aumentar", anunció el presidente, Volodímir Zelenski, a través de su canal de Telegram.
Según las autoridades locales, al menos otras 18 personas resultaron heridas en el ataque, en el que dos bombas aéreas guiadas cayeron sobre una de las calles más bulliciosas del distrito de Shevchenkivski de la capital regional.
Al menos cuatro de ellas se hallan hospitalizadas en estado crítico, según el jefe de la administración militar regional, Iván Fedórov.
Los vídeos publicados por Zelenski y por las autoridades locales muestran numerosos cuerpos tirados por la calle entre los escombros, así como un tranvía dañado y numerosos automóviles civiles y edificios incendiados.
"No hay nada más cruel que bombardear una ciudad a sabiendas de que van a sufrir los civiles normales", señaló Zelenski.
Las bombas aéreas guiadas como las que se usaron en el ataque son conocidas por su potencia, pues cada una de ellas pesa entre 250 kilos y varias toneladas, y por su falta de precisión.
El Ejército ruso utiliza cientos de ellas cada semana contra las posiciones de las fuerzas ucranianas y contra ciudades situadas a docenas de kilómetros del frente, como la propia Zaporiyia o Járkov, en el noreste.
"Hay que ejercer presión sobre Rusia en respuesta a este terror. Tenemos que apoyar la protección de las vidas en Ucrania", subrayó el presidente ucraniano, que con anterioridad había dicho que espera más ayuda de sus aliados para contrarrestar la amenaza de las bombas aéreas rusas, que no pueden ser interceptadas por las defensas antiaéreas.
La única forma de impedir estos bombardeos es derribar los aviones rusos que las lanzan y que se hallan fuera del alcance de la mayoría de las defensas antiaéreas, o bien destruirlos con misiles de fabricación occidental como los ATACMS o los Storm Shadow en sus bases en Rusia.
Ucrania dispone de escasos sistemas de defensa antiaérea de este tipo y no se arriesga a usarlos cerca del frente, donde se convierten en objetivos valiosos para Rusia.