Un hospital materno-infantil respaldado por la ONG Save The Children ha sido bombardeado en Idlib, al norte de Siria. La organización ha comunicado que al menos dos personas han muerto y varios bebés han resultado heridos al caerse sus incubadoras. Además, otros pacientes y miembros del personal médico han resultado heridos, aunque la organización no ha podido precisar un número por el momento.
La bomba estalló en la entrada del hospital a las 14:00 de la tarde del viernes hora peninsular española, aunque el jefe del hospital ha señalado que a las 18:00 aún había aviones sobrevolando el centro sanitario, cuya fachada ha quedado totalmente derruida.
El hospital atiende a 1.300 mujeres y 300 partos al mes. El hospital más cercano que proporciona servicios similares está a al menos 70 kilómetros de distancia.
"No hay excusas, y desafortunadamente éste es sólo el último de una serie de ataques a centros médicos en Siria", ha afirmado Sonia Khush, directora en Siria de Save The Children. Khush ha recordado que estos ataques "son ilegales bajo la ley internacional" y que se necesita "un inmediato alto en fuego en Siria y el fin de estos ataques".
En el momento del bombardeo se estaban llevando a cabo dos operaciones. Debido a los daños, sólo está funcionando la sala de emergencias, puesto que el generador de energía se ha destruido.
Al menos 18 hospitales sirios fueron atacados entre enero y febrero, según datos de Médicos Sin Fronteras. El director de MSF en España denunció en EL ESPAÑOL el "preocupante" incremento de los ataques a hospitales en zonas de guerra -no sólo en Siria- perpetrados aparentemente de forma deliberada.
Cruz Roja denunciaba hace unos días el sufrimiento de los civiles en Alepo, al norte del país, donde los hospitales -entre otras infraestructuras- han resultado dañados en las últimas semanas.