Staffan de Mistura ofrece periódicamente un repaso a la situación de la guerra en Siria. Es el enviado especial de Naciones Unidas para este país, aunque su base está en Ginebra, donde media en las conversaciones de paz. Este domingo habló ante el Consejo de Seguridad de la ONU y describió un escenario de "barbarie" en Alepo, el enclave del norte del país que centra actualmente el conflicto.
"He trabajado para 17 guerras y 46 años en la ONU y nunca había visto nada como los horrores que hemos visto estos días", lamentó De Mistura en una rueda de prensa posterior. "El nivel de bombardeos aéreos no tiene precedentes ni en cantidad ni en escala ni tipo".
"El abrumador peligro para civiles en Alepo en particular es por el bombardeo aéreo sostenido, con nuevas armas pesadas en áreas densamente pobladas. Esto es inhumano, despiadado, inmoral, realmente barbárico", añadió. "Puede ser el equivalente a un acto criminal. Debe parar".
Pero la bronca no iba únicamente dirigida al Gobierno de Bashar al Asad, sino también a los grupos opositores apoyados de palabra: "Tenemos que ser francos, también hay informes de grupos armados opositores disparando los llamados "misiles hellfire" -botes llenos de munición- contra objetivos civiles. Esto también debe parar". Tampoco le vale el argumento de que la rama de Al Qaeda en Siria esté presente en la zona.
Aunque no señaló directamente a ningún actor internacional, lo hizo a sabiendas de que quienes le habían escuchado en el Consejo eran los principales aliados de cada una de las partes: Rusia y Estados Unidos.
Rusia y EEUU deben dejar claro con palabras y hechos que de verdad querían y quieren el cese de hostilidades
De Mistura sí dio un tirón de orejas explícito a las dos grandes potencias que habían conseguido el último alto el fuego roto por Damasco a la semana de comenzar y que la pasada semana cruzaron acusaciones por el ataque mortal a un convoy humanitario: Moscú y Estados Unidos, líder de la coalición internacional que combate oficialmente al grupo terrorista Estado Islámico y a la rama de Al Qaeda en el país pero que también apoya a grupos opositores.
"La ONU se mantiene junto a las partes que negociaron aquel alto el fuego: la Federación Rusa y Estados Unidos. Les observamos, les vimos, les apoyamos, porque cuando realizaron aquel acuerdo, sabemos que trabajaron duramente, durante horas, días e incluso hasta bien entrada la noche", dijo el enviado especial. "Deben dejar claro con palabras y hechos que de verdad querían y quieren decir lo que declararon y que actuarán para garantizar que el cese de hostilidades se materialice".
El enviado especial de la ONU para Siria urgió a los miembros del Consejo de Seguridad a poner fin al bombardeo de Alepo y otros lugares del país como primera asignatura. Además, pidió recuperar un paso semanal de 48 horas para un convoy humanitario de 20 camiones que esperan cada día a las 5 de la mañana en la frontera de Turquía con Siria para llevar ayuda a los 275.000 civiles atrapados en la zona este de Alepo, en el norte del país.
De Mistura considera que "aún hay esperanza", pues le consta que Estados Unidos y Rusia siguen buscando un punto de entendimiento para el alto el fuego
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